Una reapertura recibida con escepticismo

La Carretera de Cádiz empezó a recuperar ayer su fisonomía de siempre con la reapertura de los dos carriles centrales en ambos sentidos a la altura de la barriada de El Torcal. Las vías laterales ya se han cerrado.

Pero el cambio -que supone el retorno del tráfico en el eje completo de la carretera tras cuatro años de obras del Metro- era recibido con bastante escepticismo por los comerciantes de la zona que temen que si se quitan aparcamientos, sus negocios no levanten cabeza.

Manuel Afkir esperaba ayer clientes en Baro Motor. Al mediodía no había nadie en su tienda. "No va a tener la misma circulación que antes. Esta ha sido la mejor calle del entorno para establecer un comercio. Nosotros nos hemos mantenido gracias a que llevábamos 10 años y teníamos un nombre", cuenta. Pero Manuel tuvo que cerrar otros dos negocios de coches que tenía en la avenida. Durante los años que duró la obra del Metro se las ingenió para mantener a la clientela. Como muchos no sabían llegar hasta su establecimiento debido a los desvíos de las obras, quedaba con los clientes en el Carrefour Los Patios y los guiaba con su moto hasta el negocio.

Enfrente está la cafetería El Brillante. Francisco Fernández, propietario del establecimiento, se alegraba ayer de que ya se hayan reabierto los carriles centrales y de que la Avenida de Velázquez vaya siendo la de siempre. Aseguraba que su local, al ser de hostelería, ha campeado los efectos de las obras del suburbano, no como otros. No obstante, estimaba que durante los últimos cuatro años sus ventas se han recortado por lo menos un tercio: "Para colmo se han juntado el Metro y la crisis. Ya no sé cuál es la causa de la caída de ingresos. Pero hoy estamos contentos".

Una vecina se quejaba de que aún hay boquetes y desniveles en la calzada. A lo largo del mes de julio, las máquinas arreglarán las vías laterales de la avenida en el entorno de El Torcal. Cuando esta fase esté finalizada, se extenderá la capa asfáltica que devolverá a Carretera de Cádiz el aspecto que tenía antes de que empezaran las obras.

Aunque la vía ya está abierta al tráfico, todavía quedan señales que prohíben el acceso excepto para servicios públicos; unas indicaciones que confunden a los conductores que no son de la zona. Un comerciante protestaba porque todavía en la autovía hay carteles informativos que indican que Carretera de Cádiz está cerrada. "Así no vamos a recuperar clientes", protestaba.

Más hacia el centro, la avenida lleva más tiempo abierta. Pero los comerciantes apuntan que el tráfico no es el que era. Ni los ingresos. Jesús Arias, de Galerías Sedeño, se lamentaba: "Nos han quitado tráfico, aparcamientos y, por lo tanto, ventas". Los trabajadores ennumeraban los establecimietos cercanos que han cerrado. Muebles Acuña, Muebles La fábrica, Provenzalia, Distipla, Vivas Hermanos... A lo largo de toda la avenida hay muchos locales con las persianas bajadas y llenas de polvo.

Por la mañana, la circulación por la zona no era muy intensa, pero a medida que iba avanzando la tarde, la avenida fue recuperando tráfico. Los comerciantes reconocen que el Metro mejorará las comunicaciones de la ciudad, pero se lamentan por "el daño" que ha hecho en sus negocios.

Encarnación Macías tiene un kiosco sobre Carretera de Cádiz, justo en el tramo que se reabrió ayer. La vía lateral por la que discurría el tráfico hasta hace un par de días pasaba a escasos dos metros de su negocio. "Después de tanto tiempo, entre el ruido de las obras y el de los autobuses estoy medio sorda", decía. Pero su principal queja era la falta de ayudas o de exenciones para los comercios de la zona. "Nos deberían haber bajado los impuestos para compensar el descenso de ingresos", reclamaba. Manuel, su vecino de la acera de enfrente, coincidía en la queja: "Lo único que nos han dado han sido dos entradas para ver el baloncesto".