"Las recientes manifestaciones pro aborto encubren asesinatos en masa"

Abrió en 1982 la primera clínica para interrupción del embarazo en España y por ello fue tres veces a la cárcel, pero defiende las inspecciones y que se persigan las intervenciones a 22 semanas de gestación

Germán Sáenz de Santamaría, ayer en su despacho de abogados, durante la entrevista.
Germán Sáenz de Santamaría, ayer en su despacho de abogados, durante la entrevista.
Rebeca Tobelem / Málaga

25 de enero 2008 - 01:00

Si alguien puede estar legitimado hoy en España para hablar del aborto, de su legislación, de las recientes irregularidades destapadas en algunas clínicas y de las reivindicaciones encontradas que han surgido esta misma semana de parte de sectores conservadores o progresistas, ése es el ginecólogo Sáenz de Santamaría. El médico ha pasado tres veces por la cárcel y se licenció en Derecho por defender "ese derecho de la mujer". Su clínica en Málaga fue la primera de España en practicar abortos, en 1982, y hoy lleva a cabo una media de 3.000 interrupciones voluntarias del embarazo en sus cuatro centros.

-El miércoles hubo manifestaciones en toda España que denunciaban la persecución a la que están siendo sometidas las clínicas y las personas que deciden abortar, tras las irregularidades destapadas en algunos centros ¿Están siendo más vigilados? ¿Qué opina de todo lo que está pasando?

-En España se está actuando mal y tarde; el Poder Judicial llega tarde a defender a alguien que tiene derecho a vivir. Interrumpir un embarazo de 23 semanas es un asesinato porque en ese momento ya hay una elevada tasa de supervivencia fetal y todo eso se ha hecho con total impunidad. Quien asume ahora la responsabilidad de decenas de miles de asesinatos en masa que se han estado cometiendo. A nosotros no nos han inspeccionado de forma especial, aunque la Junta de Andalucía es muy exigente y me parece muy bien. Somos hospitales de día, que utilizamos anestesia general y tenemos que tener un control en todo, por ejemplo, en cumplir la norma de retirada de restos de fetos, que cumplimos de forma estricta.

-Pero las personas que se manifiestan pidiendo más libertad para el aborto quizá temen que ahora haya un retroceso...

-Esas manifestaciones de hipotético ataque a la libertad son una indecencia, me recuerdan a las celebradas en Nuremberg cuando asesinaban a los judíos; están encubriendo prácticas como las de tirar restos de feto a la basura. Un retroceso no puede haber porque la ley está muy clara y marca el límite en la semana 22 de embarazo. El límite lo marca la ley y nunca un real decreto. No entiendo el histerismo cuando hace apenas seis años a nosotros nos abrieron diligencias porque una mujer abortó sin tener el permiso del marido y nadie se movilizó y eso sí que fue grave.

-¿Cree usted que los abortos tardíos es una práctica frecuente? ¿Se ha visto en la tesitura?

-Sí ha sido muy frecuente, pero no en Málaga. En la provincia sólo hay otra clínica, además de la mía, con permiso para practicar abortos después de la semana 16, pero apenas se hacen. Yo, como máximo hasta la 22. No entiendo cómo la asociación de clínicas legalizadas ha admitido que han interrumpido embarazos de 26 semanas y no se actúa contra ellos. Es frecuente que nos pidan abortos después de la semana 22.

-¿Cómo ha evolucionado el perfil de la mujer que decide abortar? ¿Por qué aumentan cada año?

-Hay una sobrerrepresentación de inmigrantes: si el porcentaje de mujeres inmigrantes en España es del 10 por ciento, el nuestro sube al 40. Ha habido una disminución de abortos después de la semana 16 y hay muchas chicas jóvenes, pese a que hay educación sexual de sobra, pero es un problema cultural.

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