Los recortes frenan una técnica menos cruenta para esterilizar a las mujeres

El dispositivo cuesta casi mil euros y se reserva a pacientes que no pueden ser anestesiadas

Leonor García Málaga

07 de julio 2014 - 01:00

Las mujeres que no quieren tener más hijos pueden someterse a dos métodos anticonceptivos definitivos: la ligadura de trompas o la colocación de un dispositivo llamado esure. Esta última técnica supuso un avance porque no requiere anestesia, permite el alta en una hora y es menos cruenta para la paciente. El Servicio Andaluz de Salud comenzó a utilizarla en el Hospital Materno en 2007. Pero los recortes amenazan este avance médico. La razón es que cada dispositivo cuesta cerca de mil euros.

Sanitarios de centros de salud, de hospitales y también pacientes han denunciado que esta alternativa terapéutica -pese a ser una mejora en los tratamientos- está casi paralizada. "Prácticamente está reservada para pacientes que por sus patologías no pueden ser anestesiadas", apuntó un profesional. Otro facultativo agregó que también se priorizan para esta técnica mujeres que reinciden en el aborto.

Carmen -una joven sana, con dos hijos y que no desea tener más- relata que en su centro de salud le informaron que la técnica del esure estaba bloqueada por los recortes. "Voy a echar los papeles, pero mi médico dice que hay años de lista de espera. Así que de momento me pondré el DIU", comentó. Un facultativo de un centro de salud reconocía que hay demasiada demora, pero no aventuraba las causas de que se ha reducido su uso.

Un profesional del Materno aseguró que "son simbólicos" los dispositivos que ponen. "Esa técnica ya lleva tiempo reducida al mínimo; evidentemente, por una cuestión de costes", acotó. No obstante, distintos profesionales explicaron que aunque el esure sea más caro, a la larga es más rentable que la ligadura de trompas ya que este último tratamiento requiere anestesia, quirófano y hospitalización. El esure se coloca por la vagina, mediante histeroscopia. Los ginecólogos buscan el camino ascendente de la trompa de Falopio y allí sueltan un dispositivo similar al espiral de un bolígrafo que mide unos tres centímetros. Al ser un objeto extraño, se produce una reacción por la que el cuerpo cierra desde dentro el paso por la trompa, de modo que el espermatozoide no llega al óvulo. La ligadura en cambio se hace por el abdomen, con laparoscopia, quemando con electricidad desde fuera un trozo de la trompa.

El hospital aseguró que "no se trata de ningún recorte económico". Y añadió: "Este dispositivo mínimamente invasivo se lleva a cabo tras la valoración de las pacientes y bajo criterio clínico. La inserción de este sistema de control de natalidad se está llevando a cabo en las mujeres que presentan alto riesgo, que no pueden realizarse la ligadura de forma convencional".

Un profesional aclaró que el problema es que mientras hace unos años se ofertaba a casi todas las mujeres que querían un método anticonceptivo definitivo, ahora cuando se acaban los dispositivos esure, si los fondos del capítulo de material fungible están agotados, los centros no pueden adquirir más. Por ello, tienen que recurrir a la ligadura de trompas aunque esta sea una técnica más molesta y ya superada por los avances médicos.

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