Málaga

En el recuerdo 1989

  • Fallecieron 8 personas en solo tres semanas y el día más trágico se produjo en la capital el 14 de noviembre, cuando cayeron 150 litros en hora y media

Málaga revivió ayer una de las peores catástrofes que se recuerdan por culpa de las lluvias. Sin llegar a las consecuencias de aquel trágico mes de noviembre de 1989, la tromba de agua caída sobre la capital seguro que hizo a muchos rememorar las graves inundaciones ocurridas entonces y que dejaron atrás ocho víctimas mortales en apenas tres semanas. Fueron muchos días consecutivos de fuertes lluvias, aunque la mayor tragedia se produjo con la tromba de agua y granizo que sorprendió a la ciudad el 14 de noviembre de 1989 y que dejó un panorama desolador por culpa de unas inundaciones sin precedentes provocadas por los 150 litros por metro cuadrado que cayeron en apenas una hora y media sobre la capital, desbordando ríos, acequias y vías.

No fue hasta las 13:00 de la tarde de ese día cuando la lluvia hizo acto de presencia en Málaga. Todo se oscureció de repente y el encendido del alumbrado público en pleno día hacía presagiar lo peor. Empezó a caer con moderación, pero la intensidad que alcanzó en sólo unos minutos desbordó cualquier previsión y dejó a la capital de la Costa del Sol sumida en el más absoluto caos.

Un matrimonio fallecido, barriadas enteras incomunicadas, trabajadores encaramados a los tejados de sus naves para no ser arrastrados por la corriente, calles convertidas en improvisados ríos, coches arrastrados y amontonados por la fuerza del agua, casas anegadas, carreteras cortadas, polígonos industriales rodeados por un repentino lago y cultivos engullidos por la riada. Una impresionante tromba de agua y granizo había descargado con una fuerza descomunal sobre una ciudad en la que las comunicaciones telefónicas se volvieron una misión imposible, el suministro eléctrico sólo funcionaba en algunas zonas y el abastecimiento de agua comenzó a escasear.

El problema fue que al día siguiente las intensas lluvias continuaron y otras tres personas fallecieron a causa de las inundaciones. La capital se quedó definitivamente sin luz y sin agua y el primer balance arrojaba pérdidas materiales millonarias y cuantiosos destrozos. Otra tromba de agua volvió a dejar sumida en el caos a la ciudad tan sólo dos días después, es decir casualmente tal día como ayer de hace 23 años, por culpa de los 45 litros por metro cuadrado que cayeron en media hora y un agricultor murió al intentar cruzar con su vehículo el río Campanillas.

Cuando la capital comenzaba a recuperar la normalidad se produjo una nueva inundación el 26 de ese mismo mes y ésta vez fue la zona este de la que sufrió los mayores daños. Una mujer murió cuando el agua le sorprendió en su vivienda y un día más tarde fue un vagabundo el que murió arrastrado por el desbordamiento de un arroyo.

A diferencia de lo acaecido ayer en Málaga, aquel temporal de hace ahora 23 años, se alargó durante varias semanas y hasta el 8 de diciembre, día en el que la capital sufrió la cuarta inundación en sólo tres semanas por culpa del río Guadalhorce, la pesadilla no terminó. Desde aquellas fatídicas semanas de 1989 hay que dar un salto hasta el año 2006 para recordar una inundación devastadora en la capital. Y de nuevo fue en noviembre. Exactamente el día 7 cuando una impresionante tromba de agua que descargó sobre el mediodía hizo que el arroyo La Caleta bajara con tanta fuerza que una docena de coches que estaban aparcados en el cauce fueron arrastrados hasta el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso. No hubo víctimas, pero los propietarios de los coches afectados se llevaron un buen susto sobre las 15:30 de la tarde cuando vieron la riada que arrasaba todo lo que se encontraba a su paso debido a que los arroyos Toquero y Caleta, que confluyen en la zona de El Limonar, llevaban un caudal pocas veces visto hasta ese momento por culpa de la gran tormenta que cayó en los montes malagueños durante las horas previas.

El cielo llegó a descargar sobre la ciudad hasta 100 litros por metro cuadro en apenas unas horas y el caos volvió a imponerse. Después hubo que esperar a 2010 para volver a temer el impacto de la lluvia. La primera gran tromba de agua tuvo lugar el 7 de enero y en apenas una hora se registraron sobre la ciudad 50 litros por metro cuadrado que provocaron graves inundaciones en numerosos puntos como en El Palo y la zona de Nuevo San Andrés. A mediados de febrero de ese mismo año, el río Guadalhorce se desborda como consecuencia de una tromba que, en menos de 24 horas, dejó 130 litros por metro cuadrado en la zona. En esa ocasión, Málaga capital no fue la única afectada, ya que en la comarca del Guadalhorce la riada obligó a rescatar a 23 personas, anegó grandes superficies de cultivos e inundó decenas de viviendas, la inmensa mayoría levantadas sobre suelo inundable.

La última vez que Málaga estuvo en alerta roja por el riesgo de fuertes precipitaciones fue hace apena un mes y medio. Pero la espectacular masa de agua caída el pasado 28 de septiembre se cebó con las comarcas del interior donde se sobrepasaron incluso los límites de la tromba de 1989. La capital no sufrió sus devastadores efectos en esa ocasión, aunque sí el pasado 9 de noviembre cuando otra gran tormenta puso en jaque a los servicios de emergencia por el desbordamiento de arroyos, la inundación de viviendas y garajes, y la formación de balsas en numerosas vías. Ayer esos daños se superaron con creces y Málaga volvió a mirar al cielo temerosa de repetir una y otra vez la misma catástrofe.

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