Recuerdos cataríes para la Marina de San Andrés: cuando el jeque perdió La Bajadilla por impago
En 2016 Al Thani perdió la concesión en Marbella, entonces, pese a varios reclamos, no existía ni proyecto técnico
El Puerto de Málaga deniega el aplazamiento del canon a los cataríes en San Andrés, pero le da un balón de oxígeno
Cuando todo hacía indicar que la Marina de San Andrés en Málaga –para algunos el Puerto Banús de la capital de la Costa del Sol– andaba con paso firme y sin problema alguno a empezar las obras de la infraestructura que venía a renovar El Bulto, la demora en el pago del canon de ocupación por parte de su adjudicataria, Málaga San trajeron la marejadilla a la Autoridad Portuaria de Málaga. Ahora a los más pesimistas les vienen recuerdos de otro proyecto de puerto con financiación catarí en la provincia: el puerto de la Bajadilla en Marbella que fue concedido al jeque del Málaga, Abdullah Al Thani. Para la marina marbellí el final fue oscuro: la Junta le retiró la concesión por impago.
A principios del pasado mes de abril la concesionaria, perteneciente a Al Alfia, el fondo relacionado con la familia real catarí que también impulsa la torre del puerto, debía hacer frente a un pago de más de 300.000 euros correspondiente al canon anual por la concesión. La transferencia no se realizó en plazo y pidieron un aplazamiento. Este les fue denegado con un balón de oxígeno de más de una veintena de días (sumando los diez días hábiles de plazo a la decena de días antes de que se dé por notificado el requerimiento) para que presenten un informe económico de la empresa, en el que se demuestre que las cuentas están saneadas y afronte el pago del mismo.
De momento, el presidente del Puerto de Málaga, Carlos Rubio, ha venido descartando que desde el Puerto vayan a presentar la caducidad de la concesión por impago de la misma, señalando que en caso de que no abone el mismo se pasará a "la vía ejecutiva". Esta implicaría, además, el pago de interés por el retraso. Ahora mismo el único responsable del pago y las cuentas es Christopher Rodia, administrador único de la sociedad y hombre de confianza de los cataríes.
En el caso de Marbella, la cabeza visible era Al Thani. El jeque previó una inversión de 100 millones de euros, aunque el pasado mes de diciembre la elevó en sus redes sociales hasta los 520 millones –asegura que se hubiera hecho en dos fases, una primera de 250 millones para la infraestructura básica y una segunda por los 270 millones restantes para desarrollar las áreas traseras y "convertir el puerto en un destino global"–. Entonces atribuyó la caída del puerto a una suerte de mano negra, pero fueron los numerosos y graves incumplimientos los que obligaron a la adminsitración a resolver el contrato con el empresario catarí.
Su versión es que "la manipulación y la mala gestión de ciertos actores impidieron que pudiera hacerse realidad" el proyecto que tenía "el potencial de crear miles de empleos directos e indirectos, impulsar empresas locales y fortalecer la economía de la región". Fueron, según el empresario, unas "campañas" las que probarían que "existen fuerzas que buscan obstaculizar cualquier contribución positiva que intento hacer en la región, ya sea en infraestructuras o en deportes".
Lo cierto es que desde Puertos de Andalucía apuntaron al no inicio de las obras en la marina y el impago del canon comprometido en los ejercicios 2015 y 2016, con una deuda que ya superaba el millón de euros. A esto se suma que la empresa Nas Marbella llevaba ya más de cuatro años de retraso en la presentación del proyecto de intervención, otro de los requisitos esenciales del acuerdo.
La concesión otorgada al jeque estuvo marcada por las incumplimientos acumulados, principalmente, por su reticencia a acometer la inversión. Se dio un retraso en la entrega del proyecto superior a los cuatro años, a pesar de los requerimiento realizados por la Administración autonómica. A la fecha de la resolución, no se tuvo conocimiento siquiera, a pesar de los numerosas y reiteradas solicitudes, del equipo redactor ni de la progresión de los trabajos.
En este punto, el del proyecto técnico, San Andrés y La Bajadilla viven realidades diametralmente opuestas –a pesar de compartir arquitecto, el valenciano José Seguí–. Si del proyecto marbellí no se presentó el proyecto de intervención, en Málaga, pese al retraso de la obra, sí que está el proyecto técnico en regla. Desde el Ayuntamiento precisan que "están trabajando en la licencia". El estudio de detalle definitivo, que necesitaba acompasarse al futuro Auditorio de la música en San Andrés, está resuelto a falta de detalles menores como unas pasarelas que unan ambas infraestructuas. El Puerto ya adjudicó el estudio de comunicación del mismo.
La duda, en tanto no se afronte el pago del canon, viene del lado económico. No parece que Al Alfia tenga problemas de liquidez en Oriente Medio, pero aún no ha presentado las cuentas saneadas de Málaga San, su rama española para la Marina de San Andrés.
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