Los patinetes dock less, sin anclajes fijos en los que estacionar, han recalado con ímpetu en la ciudad ayudados por el buen clima, las distancias no muy largas entre el centro y los barrios y los esfuerzos en la búsqueda de una movilidad menos o nada contaminante. Pero, sobre todo, se han extendido al amparo de la falta de regulación. Las áreas municipales de Movilidad y Vía Pública trabajan en la modificación de la ordenanza con el ánimo de hacer más compatible esta forma de desplazarse con la vida ciudadana. Pero todavía, el buen uso de estos vehículos es la asignatura pendiente y uno de los quebraderos de cabeza del Consistorio malagueño.

Un equipo de cada firma recoge a diario los patinetes para recolocarlos en los sitios acordados con los negocios privados y “estar correctamente distribuidos”. Eso sobre el papel, porque en la práctica se están colocando en el paseo del Parque, en la plaza de la Marina, junto a la Catedral y en la calle Alcazabilla, entre otros puntos del centro. Eso sin contar los que dejan lo usuarios en cualquier lugar. También se pueden ver estacionados en las aceras de gimnasios y comercios, pero en la vía pública, no en los espacios privados.

Un grupo circula por el parque de Málaga.

“Estamos trabajando en la modificación de la ordenanza para regular el estacionamiento de los patinetes”, apunta la concejala de Movilidad, Elvira Maeso. Al tiempo se avanza en los aspectos que tienen que ver con su circulación “para poder adaptarla a lo que la Dirección General de Tráfico indique”, una normativa que la DGT prevé tener lista en verano. “Se está modificando la ordenanza de vía pública para intentar que no los dejen encima de las aceras y que la Policía pueda retirar los vehículos que ocupen la vía pública”, agrega Maeso y subraya que “están trabajando los técnicos en todos los puntos a los que afecta este nuevo transporte”.

Maeso señala que la Policía está multando a las empresas pero no están retirando los patinetes por algún tipo de problema jurídico, “tenemos que garantizar la legalidad jurídica de la acción de retirada”, apunta y subraya que entre 16 y 18 empresas se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para iniciar su negocio en Málaga. “Queremos que se haga una integración paulatina, regulada, sin que moleste ni a peatones, ni a personas con movilidad reducida, ni a bicicletas o coches”, apunta la concejala.

Dos usuarios comparten un vehículo.

También recalca que “los patinetes tienen que ir por la acera y a la velocidad del peatón, por lo que la velocidad también hay que controlarla”. Y destaca que algunos vehículos “no están ni homologados, no se sabe la peligrosidad que conllevan, la velocidad máxima, el tipo de frenos que tiene, así que queremos que la integración sea ordenada para garantizar la seguridad de todos, empezando por el usuario”.

Las empresas están haciendo sus esfuerzos, dicen, “por integrarnos de la mejor forma posible”. Las seis firmas que operan actualmente se han reunido para elaborar un código de conducta común. “Existe la necesidad de tener unas bases comunes que respetemos todos mientras llega la regulación”, apuntan desde VOI.