Llegados de urgencia a Málaga el 9 de marzo de 2019, los remolcadores Lamnalco Merlin y Lamnalco Macaw, ahora Sea Merlin y Sea Macaw, permanecen desde entonces parados a la espera de ver cuál será su futuro. Inmersos en diferentes trámites judiciales, estos dos remolcadores de altura diseñados para trabajar en plataformas petrolíferas, sin un consignatario ni tripulación a su bordo, en unos días cumplirán tres años de estancia en las aguas malacitanas.

Tras haber pasado por varios muelles y, después de permanecer entre julio y septiembre de 2020 en el dique flotante para ser reparados y rebautizados con sus actuales nombres, desde enero de 2021, estos barcos se mantienen amarrados en el muelle número cuatro.

Cancelado el viaje que los llevaba al desguace en la localidad griega de Lakkion (su entrada de emergencia en Málaga paralizaba esta actuación), entre los meses de junio y julio de 2020 la compañía Seamed France tramitaba su compra; una gestión que en aquel momento los salvó de ser desmantelados. Manteniendo por aquellas fechas una tripulación mínima, en octubre de ese mismo año, los ya renombrados como Sea Merlin y Sea Macaw que respectivamente fueron matriculados en Portugal se quedaban sin consignatario.

Manteniendo desde entonces un representante de la empresa armadora en la localidad gerundense de Rosas, estos dos barcos, ya sin tripulación instauraban en los primeros meses de 2021 un servicio de vigilancia externa; una medida que dejaba de ejecutarse poco tiempo después. Acumulando problemas y muchas deudas, en el último trimestre del pasado ejercicio una cuadrilla de trabajadores, también externos, se embarcaban para cumplimentar diferentes trabajos; unas labores que, según ha podido saber Málaga Hoy, se centraron en intentar habilitar a uno de ellos, en concreto el Sea Macaw para su posible vuelta a la actividad.

Abarloados en la actualidad en el muelle número cuatro y a punto de cumplir tres años de estancia en aguas malagueñas, estos dos remolcadores de 53 metros construidos en 2007 en los astilleros ABG de la India esperan para ver cuál será su futuro. Una odisea que, a tenor de los hechos, tal vez podría finalizar con una nueva venta o un viaje con destino al desguace. Dos posibilidades a las que se les podría añadir el abandono parte de su armador; una actuación que implicaría un largo trámite que los llevaría a una subasta pública.

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