Málaga

El renacer de Proteo

  • La librería más longeva de la capital malagueña abrirá sus puertas a finales de febrero después de ocho meses del incendio que sufrió

Jesús Otaola junto a las cajas y libros que se amontonan en la librería.

Jesús Otaola junto a las cajas y libros que se amontonan en la librería. / JAVIER ALBIÑANA (MÁLAGA)

Eran las 11 de la noche del 6 de mayo de 2021 cuando los libreros de Proteo y Prometeo recibieron la voz de alarma de los vecinos. “La librería -más longeva de la capital malagueña- estaba ardiendo” y las redes sociales en seguida se hicieron eco del desastre. Una fecha que, aunque ha quedado grabada en el imaginario colectivo de la capital, pocas secuelas mantiene ya de aquel episodio. El olor a quemado es ya historia de esta librería que, a finales de febrero, verá su renacer.

“Nos encontramos envueltos en un caos de libros”, manifiesta su director, Jesús Otaola. Y es que solo hace falta echar un vistazo rápido a la primera planta del local para corroborar esta afirmación. Aunque confiesa estar ilusionado y con ganas de dar el pistoletazo de salida, no se atreve a anunciar una fecha exacta para la reapertura. “Queremos que sea este mes, pero no queremos abrirla sin que esté repleta de libros”. Aunque “no paran de recibir” cientos de ejemplares, todavía tienen que distribuirlos y colocarlos de forma ordenada en las estanterías que reposan sobre las cuatro plantas que conforman el edificio ubicado en el número 3 de la calle Puerta Buenaventura, pleno Centro Histórico de la capital malagueña.

Una de las trabajadoras colocando libros. Una de las trabajadoras colocando libros.

Una de las trabajadoras colocando libros. / JAVIER ALBIÑANA (MÁLAGA)

Con 125 años de historia y casi 700 metros, la estructura del edificio sobre el que se asienta la librería no se ha visto afectado. Tampoco lo ha hecho la muralla del siglo XIII integrada en el establecimiento, que solo ha quedado un poco negra por la parte superior. La gran parte del suelo también sigue intacto. Sin embargo, en torno a 100.000 ejemplares han quedado calcinados por las llamas o desintegrados por el agua de las mangueras que los bomberos emplearon para apagar el fuego. Algunos -aunque en malas condiciones- sobrevivieron y se podrán observar en una estantería en unas repisas ubicadas en la segunda planta para que “la gente sea conocedora de lo que ocurrió”, expresa Otaola.

Asimismo, cuenta que su oficina quedó “horrible”. “Todas las pantallas y teclados derretidos sobre las mesas”, recuerda. Esto mismo ocurrió con la documentación y con el Premio Librería Cultural 2017 que Cegal (Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros) y un jurado compuesto por personalidades relevantes del sector les concedió. “El pobre se ha quedado que parece que tiene la viruela”, bromea Otaola mientras señala la estatua.

Echa la vista atrás y relata que, como si de una premonición se tratase, uno de los libros que sobrevivió fue el de Fahrenheit 451, una novela distópica del escritor estadounidense Ray Bradbury, que presenta una sociedad estadounidense del futuro en la que los libros están prohibidos y queman cualquiera que encuentre.

La nada

“La palabra nada la utilizamos frecuentemente en nuestro día a día, pero su significado realmente no lo conocemos”, lamenta el director de Proteo. Y es que Jesús Otaola -junto a los trabajadores de la librería- se vieron sin nada de la noche a la mañana. Pero, ¿qué hicieron? A primera hora del día posterior al incendio la página web de Proteo ya estaba funcionando. El lunes siguiente, todos los empleados se trasladaron a un almacén provisional que les dejaron para empezar a repartir pedidos online. Y al mes y medio, y gracias al Ayuntamiento de la capital malagueña -recalca Otaola- ya estaban instalados en un local de calle Álamos, que lo llenaron con los libros que “los editores iban mandando”, explica el librero.

Proteo está volviendo a resurgir entre las cenizas tan solo nueve meses después de lo acaecido y su director asegura que no hay secreto. “Hacerlo todo con mucho corazón y tener ganas de trabajar” es el único misterio, revela Jesús Otaola. Además, la solidaridad y el afecto de los malagueños ha sido un pilar clave en la supervivencia de este espacio cultural.

Entre los muchos gestos que la ciudadanía ha protagonizado para remar hacia la rehabilitación de Proteo, señala el compañerismo del resto de librerías malagueñas, que pidieron que no compraran esos días en sus establecimientos, sino que lo hicieran en Proteo. Además, la misma noche del incendio, Otaola recuerda emocionado que en las redes sociales se creó el hashtag #TodosConProteo.

Además, se han organizado multitud de actividades para aportar un granito de área, entre las que se encuentra una gala benéfica a la que se sumaron artistas malagueños de diferentes géneros musicales como Danza Invisible, Conde, Tabletom o Julia Martín, entre otros. “Dentro del horror ha sido muy bonito ver cómo se ha volcado la gente”, apunta el director.

A pesar de la ayuda recibida, Jesús Otaola confiesa que la inversión que se ha hecho asciende al medio millón de euros. “Y todavía queda”, añade. Si bien, no quiere hacer hincapié en las dificultades y la ilusión por la reapertura le ilumina el rostro. “Como mínimo tenemos que estar abiertos 50 años”, manifiesta.

Actualmente trabajan en la librería doce personas, aunque algunas más se prestan a realizar tareas voluntariamente. Entre todos han montado una sala de presentación de libros en la tercera planta, con una parte del suelo orinal del edificio, que mezcla los tonos marrones con el azul y el rojo. El creador y artistas malagueño Juan Santos ha cedido una mesa y varias sillas para completar este espacio. Además, Otaola revela que quieren instalar una cámara, micrófonos inalámbricos y unos altavoces para retransmtir las presentaciones en redes sociales y que todos los amantes de la lectura puedan disfrutar de estos encuentros, aunque no puedan asistir presencialmente.

Sala de presentación de libros. Sala de presentación de libros.

Sala de presentación de libros. / JAVIER ALBIÑANA (MÁLAGA)

Iniciativas que seguro habría apreciado Paco Puche, el librero, editor y profesor que en 1969 fundó Proteo Prometeo como agente cultural clave en la ciudad muy a pesar de la estricta vigilancia de las autoridades franquistas (sorteada también a través de la actividad clandestina cuando de libros censurados se trataba). “Murió solo dos meses después del incendio y el pobre no va a poder ver el renacer de su negocio”, lamenta Jesús Otaola, al tiempo que reconoce que todos los días piensa "si estará orgulloso de ver cómo estamos luchando en que esto siga hacia adelante”. También admite que lo tiene presenta en toda la reforma que están llevando a cabo, ya que él era ecologista. “En la primera reforma que se hizo al edificio en 2004 res ya respetamos el medio ambiente, muy por encima de lo que exigen las normas y ahora lo hemos hecho otra vez”.

-¿Lo habéis hecho así por qué él os lo pidió?

-Él nunca pedía nada, solo daba.

Jesús Otaola, amante de los libros y de todos sus géneros, asegura que no puede elegir un favorito. “Jamás elegiría uno con todos los que hay. Eso es imposible”, relata mientras baja por las escaleras de la librería. Su librería, a la que le está dando una segunda vida.

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