El retraso de una obra hidráulica clave en Málaga hace peligrar los fondos de la UE

Primero hubo que cambiar el proyecto inicial cuando ya estaba incluso adjudicado por el rechazo vecinal, luego hubo discrepancias entre las tres administraciones competentes sobre la financiación y al final tanto retraso amenaza con que se pierdan los fondos dados por la Unión Europea para llevar a cabo esta importante obra que permitirá a la capital malagueña disponer de agua de reserva en caso de necesidad. Parte del proyecto, con el que la sociedad estatal Aguas de la Cuenca Mediterránea (Acuamed) pretendía compensar otro en el que se contemplaba la construcción de una pequeña presa en el río Grande para abastecer a Málaga con unos 20 hectómetros anuales de los excedentes invernales y que se descartó por la presión que ejercieron los alcaldes del Valle del Guadalhorce a pesar de habían suscrito el acuerdo en agosto de 2006, sigue sin terminarse y, lo que es peor, sin financiación asegurada.

Según pudo saber este periódico, la Junta de Andalucía solamente ha pagado hasta la fecha 5 de los alrededor de 40 millones de euros (el 48% del total de la obra) que debía abonar para llevar a cabo las actuaciones alternativas que se plantearon ante el desecho del azud de río Grande y que consistía en conectar la desalobradora de El Atabal con los acuíferos de Aljaima y éstos a su vez con la plante de Pilones como depósito de reserva.

De momento, ha sido el organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, que se comprometió a financiar 17 millones de euros (el 20% del total), el que ha adelantado parte de la inversión necesaria para avanzar en la obra. El Ayuntamiento de Málaga, en cambio, tendría que aportar el 32% restante pero en un plazo de 50 años a partir del año siguiente del término de una obra a la que todavía le queda un largo camino que recorrer. Hasta la fecha, y después de cinco años, sólo se ha terminado el tramo de Aljaima a El Atabal y un tramo de la conexión con Pilones, según varias fuentes consultadas.

El problema surgió hace un año y medio cuando Acuamed aprobó la tramitación de una obra complementaría que costará unos 22 millones de euros para adecuar la planta de tratamiento de agua potable del arroyo Pilones como depósito de reserva en el caso de que las instalaciones de El Atabal sufran una avería. Hasta ahí bien, sino fuera porque sólo unos meses antes saltaba la polémica entre la propia sociedad estatal, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga por las diferencias sobre los porcentajes de financiación de los 24 millones de euros que costaría la obra para construir además una conducción de unos 13 kilómetros entre las plantas de Pilones y El Atabal. Esa inversión se sumaba a los casi 43 millones de euros que cuesta la conducción de 20 kilómetros que se está construyendo entre la zona de los acuíferos de Aljaima y la planta de El Atabal.

Pero en el nuevo convenio, que aún no ha sido firmado, la sociedad estatal proponía asumir el 20% y que del resto la Junta de Andalucía se encargaría del 60% y el Ayuntamiento de la capital del 40% restante. Ese reparto frenó el proyecto en 2010 y, salvo la reunión que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, mantuvo en marzo con la nueva cúpula del Ministerio de Medio Ambiente, no ha vuelto a haber nuevos acercamientos.

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