Málaga

Oleada de robos en contenedores de ropa: Madre Coraje recoge solo la mitad de prendas que en 2022

Un hombre se introduce en un contenedor de ropa en Málaga

Un hombre se introduce en un contenedor de ropa en Málaga / Javier Albiñana

"Me remueven las entrañas. Si les hace falta ropa, que vengan aquí, que se la damos gratis". La delegación de la ONG Madre Coraje en Málaga capital está sufriendo una nueva oleada de robos y destrozos en los contenedores blancos de rosa usada que tiene repartidos por la ciudad. "Los robos cada día crecen más. Con ganchos, sacan las bolsas a través de la boca del container, pero también se meten dentro como pueden. Aunque es casi imposible, lo consiguen, con el riesgo que implica para su vida", denuncia el gerente de la asociación, Avelino Mañas. Las pérdidas, que no pueden cuantificar, son relevantes. El impacto es tal que, en lo que va de año, los responsables solo han podido recoger la mitad de prendas donadas respecto a 2022.

Los ataques de los ladrones se están registrando, principalmente, en la zona este, donde -sostiene- la ropa que los malagueños ceden "es de mayor calidad". También Teatinos y Carretera de Cádiz son otros de los puntos en los que la ONG viene observando más casos. El daño, lamenta el portavoz, es grave porque el material usurpado ya no llegará a quien lo necesita.

La hipótesis que Madre Coraje contempla es que detrás de aquellos que se encaraman a estos depósitos solidarios para sacar la mercancía donada se esconden "mafias que, para lucrarse, venden la ropa en países del Este o África". "El pobre desgraciado que arriesga su vida sobrevive, pero habría que perseguir el problema que hay detrás", recalca el gerente. Y a renglón seguido, como en el cuento de los altramuces y las cáscaras, al que refiere El Conde Lucanor, denuncia organizaciones criminales están utilizando a personas sin recursos para robar prendas destinadas a otras personas, aún más necesitadas, del Tercer Mundo.

Así sacan la ropa de los contenedores

El modus operandi que estos delincuentes emplean, a plena luz del día, es de sobra conocido por la asociación afectada: "Estamos cansados de llamar al herrero porque arrancan la chapa y, como en la vía pública no se puede soldar, tenemos que llevarnos los contenedores a nuestras instalaciones", destaca. Pero ahora los autores de estas prácticas han perfeccionado sus métodos. "Con un molde, se han debido de hacer con copias de la llave del candado del contenedor. Lo abren, sacan las bolsas y se marchan. Cuando llegamos, ya no hay ropa", remacha. Testigos, e incluso el personal de Madre Coraje, han detectado la presencia de personas que, de madrugada, cargan en furgonetas la mercancía que han conseguido extraer. 

"El pobre desgraciado que arriesga su vida sobrevive, pero habría que perseguir el problema que hay detrás"

Los trabajadores de la ONG se ven obligados a recoger las prendas que los cacos, previamente, han desechado tras una minuciosa selección para quedarse con las de mejor calidad o estado. "Dejan en el suelo las que no quieren, lo que da una mala imagen de Madre Coraje y de la ciudad", asevera el responsable de la asociación.

"Se juegan la vida"

La situación ya obligó a la ONG en 2016 a poner en marcha un plan para reducir la boca de los contenedores y, así, impedir, o dificultar, los robos de ropa. "Hicimos una gran inversión a costa de nuestros beneficiarios para achicar los huecos, que no miden más de 4 o 5 centímetros. A pesar de eso fuerzan los mecanismos y consiguen introducirse dentro. No es fácil meterse porque es un cilindro pequeño que gira, pero se juegan la vida", denuncia el portavoz.

El riesgo no resulta baladí para los más osados. De hecho, hace un par de años murió un joven al quedar, supuestamente, atrapado en uno de los depósitos de ropa situado en la zona de Arroyo de los Ángeles. La investigación apuntaba entonces a que el sillón al que se había subido para encaramarse y sacar prendas acabó cediendo. El contenedor se cerró y el individuo murió asfixiado.

Madre Coraje ha hecho un llamamiento a los vecinos para que, en caso de que observen algún robo de este tipo, se pongan en contacto con la Policía y anoten la matrícula del vehículo -si lo hubiera- a la fuga. Y a renglón seguido pide a los malagueños que no dejen de depositar ropa en los contenedores. "Que tengan la certeza de que las prendas que recogemos son para un buen fin. No sé cómo vamos a salir de esto pero debe ser la autoridad policial la que ponga freno", concluye Avelino.

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