Un escape de agua debido a la rotura de una tubería llenó la calle Granada de un río de lodos fecales de excrementos y de un insoportable olor. El incidente, que tuvo lugar a las 12:30, alteró el tránsito habitual de la vía y la cubrió de barro, dificultando así la circulación de los viandantes. Además, el agua que expulsaban las cañerías produjo un fuerte hedor, del que se quejaban los transeúntes, que se tapaban las caras con pañuelos y con sus propias vestimentas para poder evitarlo. "Espero que esto lo arreglen pronto porque el olor es insoportable y además por aquí no se puede pasar con tanto barro", afirmó un comerciante. "Estábamos trabajando abriendo el agua potable y de repente ha reventado una tubería, debido a que habría alguna burbuja de aire, lo que ha dado lugar a que el agua salga disparada por la alcantarilla", declaró uno de los trabajadores de la Empresa Municipal de Aguas de Málaga que se encontraba trabajando en la vía. "En una hora calculamos que ya todo esté arreglado. Ahora vendrá un camión y más trabajadores de la empresa para reparar el desperfecto y limpiar la calle", añadió. La avería afectó también al tráfico de la calle Álamos, que se vio más congestionado que de costumbre, debido a las tareas de limpieza llevadas a cabo por Emasa.

Los operarios de la empresa tuvieron que colocar unas tablillas de madera en las zonas más anegadas de barro para facilitar la circulación de los peatones y evitar caídas y resbalones. La Policía Local informó del incidente a la oficina central de la Empresa Municipal de Aguas de Málaga.

Así, transcurrida una media hora del percance, se desplazó hasta el lugar un camión de la compañía Emasa, que portaba mangueras y palas con las que los trabajadores se encargaron de eliminar el lodo que se había creado y limpiaron la calle. Asimismo, se cercó, con ayuda de unos conos viales, la zona más dañada (a la altura de la Plaza de la Merced) para no dificultar la labor de los trabajadores y del servicio de limpieza, que también se trasladó hasta la vía afectada.