Los ‘ruteros’ inundan Málaga

Los participantes de la Ruta Quetzal hicieron ayer escala en la capital para conocer mejor su ámbito histórico y cultural

Miriam Valero

14 de julio 2009 - 07:23

Los jóvenes que participan este año en la Ruta Quetzal BBVA 2009 llenaron ayer con sus mochilas las calles de Málaga. Miguel de la Quadra-Salcedo inició hace ya 30 años este encuentro entre la cultura española e iberoamericana. La expedición de este año rememora el viaje del aventurero Robinson Crusoe y los bicentenarios de las independencias americanas. Por ello, la expedición visitó ayer la capital para conocer mejor al malagueño Bernardo de Gálvez, uno de los luchadores por la independencia de Texas.

Los 270 expedicionarios de la XXIV edición de la Ruta Quetzal atracaron ayer en el puerto de Málaga a bordo del buque anfibio Galicia. Los jóvenes comenzaron su jornada escuchando una charla sobre Bernardo de Gálvez y después se trasladaron hasta Macharaviaya, pueblo natal del malagueño donde realizaron diferentes actividades. Los ruteros también visitaron en la jornada de ayer los principales monumentos de la ciudad y se acercaron hasta los astilleros Nereo para conocer el arte de la pesca tradicional. Miguel de la Quadra-Salcedo, fundador de la expedición, y Francisco de la Torre, Alcalde de Málaga, los acompañaron ayer durante su expedición por la capital.

La experiencia más destacada y la que más impacta a los jóvenes que viven la Ruta Quetzal es la de convivir directamente con los grupos indígenas de los países de América. Los participantes se meten en el papel de estos pueblos a través del conocimiento de sus ritos, su agricultura o su artesanía. “Tratamos de fomentar valores como el respeto por los demás a través del conocimiento de otras formas de vivir”, afirma Andrés Ciudad Ruiz, Subdirector de la Ruta Quetzal 2009.

“Somos como una gran familia de todas partes del mundo” afirma Deyler Prado, un expedicionario de Cuba. Las condiciones duras del viaje y las experiencias nuevas que comparten forman fuertes lazos de amistad entre los participantes. En el transcurso de la expedición los ruteros no pueden contactar con su familia por lo que tienen que apoyarse entre ellos como afirma Hipólito Flores, un malagueño que participo en 2006 en la expedición: “El clima y las condiciones de vida de los lugares que visitas hacen que a veces el viaje sea muy duro”. Los monitores también se unen mucho a los jóvenes como cuenta José Moragues: “Los monitores a veces tenemos que hacer de psicólogos o de padres cuando los chavales se agobian”.

Los jóvenes de la ruta seguirán su viaje hoy en Cádiz. La expedición se divide este año excepcionalmente en dos partes diferenciadas que se realizarán en dos periodos diferentes de 2009. La primera parte es la española que comenzó el 7 de julio en Madrid y finalizará de nuevo en la ciudad el día 25. En diciembre se retoma la segunda parte de la expedición que finalizará en Chile.

Todo son palabras positivas de los participantes acerca de la Ruta Quetzal: “Una aventura y una experiencia fabulosa” asegura Deyler. “Es inolvidable, no creo que vuelva a vivir algo así en la vida”, afirma Ignacio Torrico, otro viajero procedente de Madrid.

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