Las salidas extraordinarias, a debate en el mundo cofrade

El centro histórico de Málaga ha sido testimonio, en los últimos diez meses, de múltiples acontecimientos. La cabalgata de los Reyes Magos, las fiestas de Carnaval, las procesiones de Semana Santa, la Feria de agosto, manifestaciones, pasarelas de moda, e incluso desfiles militares han cambiado la vida habitual de los ciudadanos que viven o trabajan dentro de las calles de la denominada almendra. Sin embargo, en 2015 se han sumado a este latir un fenómeno nunca visto antes en la capital: la realización de hasta cinco procesiones extraordinarias fuera de sus fechas habituales.

Este tipo de manifestaciones públicas de fe -no recogidas en los estatutos de las corporaciones y que se realiza fuera de las fechas habituales, ya sea una cofradía de Pasión o de Gloria- destaca por celebrar una efeméride importante en la historia de la hermandad que decide poner en la calle a sus Sagradas Imágenes. Aniversarios de talla, de advocación, de creación o fusión de la hermandad, proclamaciones de Dogmas y coronaciones canónicas han sido, en los últimos años, los principales motivos que han llevado a realizar una salida de estas características. En la última década, la capital ha registrado cerca de treinta procesiones de este tipo.

Estas celebraciones requieren el visto bueno del Obispado de Málaga para su puesta en escena. Desde la delegación de Hermandades y Cofradías, dirigida por el sacerdote Antonio Coronado, afirman que "a día de hoy se revisa cada solicitud de manera particular. En base a ello se toma la decisión de permitir la celebración de esa salida extraordinaria o no". Igualmente, desde la Delegación descartan la creación, al menos a corto plazo, de un reglamento para regular estas procesiones, tal y como el Arzobispado de Sevilla ha realizado recientemente, con el fin de establecer unos criterios mínimos de celebraciones cada 25 años. Hace unos meses, el Obispado malagueño consultó a las hermandades acerca de este asunto para conocer su parecer.

A ese respecto, en el presente curso el Obispado de Málaga ha negado la salida extraordinaria a dos hermandades: en la capital, a la archicofradía del Huerto, que aprobó en junio la realización de una procesión por el 20 aniversario de su cotitular, la Virgen de la Oliva. Con respecto a la provincia, el Huerto de Archidona celebraba su 400 aniversario pero desde la autoridad eclesiástica recibieron la negativa para conmemorar la efeméride con una procesión.

En 2015, el Nazareno del Paso y el Cristo de Expiración fueron los primeros en realizar, por el 75 aniversario de la llegada de ambas tallas a Málaga, sus salidas los días 20 de febrero y 9 de mayo, respectivamente. El titular de la archicofradía de la Esperanza lo haría como imagen que presidió el Vía Crucis que la Agrupación de Cofradías realiza anualmente, volviendo a su basílica en un recorrido inédito, pero dentro de un régimen procesional ordinario. El Crucificado de Mariano Benlliure destacó, por su parte, por realizar su salida por las calles del barrio del Perchel en detrimento del centro, visitando la parroquia del Carmen en su trono procesional.

El 27 de junio, el Nazareno de Misericordia salió en procesión por el 150 aniversario de la actual hermandad. El Chiquito sería quien abriese las puertas de la Catedral para las tres siguientes conmemoraciones: La coronación canónica de la Virgen del Rocío, el 12 de septiembre; el 400 aniversario de la fundación de la hermandad de Jesús Nazareno de Viñeros, el 3 de octubre, y el centenario de la fusión de la actual Congregación de Mena, que unió a sus dos Titulares en un solo trono el pasado sábado 10, cerrando así el círculo de citas procesionales de este año.

Sobre este fenómeno opinan los cofrades, que a la vista tienen, el próximo 11 de junio de 2016, la coronación canónica de la Virgen de la Soledad de Mena. Pablo Atencia, presidente de la Agrupación de cofradías, destaca que "estaban más que justificadas, la que menos cumplía 75 años. Estas procesiones nunca tienen que perder ese carácter de extraordinaria". Atencia entiende que, de realizarse un reglamento para su regulación desde la Diócesis, debe ser "siembre bajo un consenso entre todas las partes".

La experiencia de Miguel Alfonso Gutiérrez, hermano mayor de Expiración, estuvo marcada por las recomendaciones del Obispado: "Estimaron que podíamos hacer una extraordinaria pero que era mejor dentro de la feligresía. Planteamos ir a la Catedral porque el Cristo se bendijo allí. Como estuvimos entre 1940 y 1943 en la iglesia del Carmen fuimos allí a hacer el acto, aunque no pudiésemos acceder al templo por las dimensiones del trono". El dirigente de la corporación de San Pedro recordó que "cuando se hace una extraordinaria es porque hay un motivo significativo. No todas las cofradías salen a la calle fuera de Semana Santa, se realizan para conmemorar una efeméride importante para los cofrades".

Sin embargo, dentro de las opiniones de los cofrades existe un sentimiento de necesidad de revisar este tipo de celebraciones. Leopoldo Guerrero, hermano mayor de la hermandad de Viñeros, cree que las procesiones extraordinarias deberían dar un giro: "Los principales motivos deberían ser la celebración de una coronación canónica o un aniversario muy relevante, pero aprovechando la oportunidad que ofrece la Agrupación de Cofradías con su Vía Crucis o realizando un acto similar por la feligresía", argumenta. De igual manera, Guerrero indica que "se podría hacer una magna procesión unificando las celebraciones de varias hermandades, estudiada y preparada con mucho tiempo, que tuviese el visto bueno del Obispado y que para el Ayuntamiento suponga menos cortes de tráfico, movilización de policía y retirada de andamios cada cierto tiempo".

Por su parte, el máximo dirigente de la cofradía de Crucifixión, José Núñez, entiende los motivos que las hermandades argumentan para su realización, si bien necesitan una dosis de mesura: "Las vividas este año me han parecido bien y suficientemente justificadas. Sí que habría que intentar distanciarlas en el tiempo, ya que podemos acabar cansando a la gente. De todas formas, si hubiese exceso en el número de procesiones extraordinarias, el Obispado hubiese tomado ya cartas en el asunto".

Sobre la magnitud de las procesiones extraordinarias opina también Mario Moreno, hermano mayor de la archicofradía de la Sangre, cuyo Crucificado protagonizará, a falta de la aprobación en junta de gobierno, el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías en 2016, coincidiendo con el 75 aniversario de la talla de Palma Burgos. Moreno explica a este medio que "nuestra intención, si no salíamos elegidos para el Vía Crucis, era realizar una procesión sencilla por la feligresía y el entorno de la extinta iglesia de la Merced. No queríamos causar grandes problemas a los vecinos del centro ni a las instituciones". Sobre el fenómeno procesional fuera de Semana Santa, el hermano mayor de la Sangre cree que deben estudiarse los motivos que dan lugar a estas procesiones, porque "no se puede crear la disyuntiva de todo vale para salir, hay que ver por qué y de qué manera".

Pero en estos acontecimientos también tienen voz quienes las viven desde el mismo centro histórico. La Asociación de Comerciantes indica que "no existen quejas por estas salidas procesionales. Es cierto que, quienes salen a ver una procesión, no suele aprovechar para comprar en estos días, pero durante la espera para ver el cortejo pueden ver los escaparates y volver otro día. Por otro lado, esos días las calles se colapsan de público, lo que no termina de ser bueno para los comercios".

El debate se abre entre cofrades y ciudadanos, que se ven a la vez beneficiados y perjudicados por un fenómeno que ha ido en aumento con los años. Las fórmulas para no desembocar en algo más difícil de controlar ya se plantean entre las partes, que deberán velar para evitar que lo extraordinario pase a ser habitual.