Sequía cronificada y medidas tardías: un informe alerta de que la escasez de agua persiste en Málaga
Señala que la falta de lluvias, que se remonta a 2020, no se ha visto acompañada de medidas de gestión y control hasta las últimas fases del escenario de emergencia
2024, el año de la sequía... y de las danas en Málaga
Las abundantes lluvias de finales de año otorgaron un balón de oxígeno a las reservas malagueñas con efectos que aún perduran, sin embargo, las precipitaciones distaron mucho de ser suficientes para garantizar el consumo a largo plazo. Un escenario que lleva repitiéndose durante los últimos cinco años, calificados como secos por la Aemet. Algo que, según alerta la Asociación de Operadores Públicos de Agua (Aeopas) en su último informe, en el que analiza el primer trimestre del año hidrológico 2024/2025 (de octubre a diciembre), ha supuesto que la situación de sequía se haya "cronificado" en zonas de la provincia tales como "la aglomeración urbana de la costa de Málaga y la Axarquía". Estas, añade, se han visto agravadas por el "acusado y progresivo descenso de los recursos hídricos que abastecen el litoral desde 2020", puesto que "no se ha visto acompañado de medidas de gestión y control hasta las últimas fases del escenario de emergencia".
El documento muestra un mapeo de recursos hídricos de la península, donde la sequía, igual que en el caso de Málaga, se ha cronificado, en la medida en que llevan conviviendo con este déficit años. Los territorios que se destacan son el levante almeriense o el norte de las Cuencas Internas de Cataluña. Con todo, señala que "los cortes de suministro en abastecimientos urbanos derivados de la sequía se han reducido ostensiblemente y en este periodo no se han identificado casos relevantes". También pone el foco en que la "mejora en la situación de los recursos hídricos ha posibilitado la flexibilización de las restricciones tanto en los sistemas de la cuenca como en algunos abastecimientos urbanos".
No obstante, el documento recuerda que las últimas precipitaciones torrenciales que trajeron consigo las dos danas en Málaga han multiplicado por dos los acumulados normales, con una cantidad media situada en torno a los 150 litros por metro cuadrado, la misma cifra que se ha recogido en el sur de Albacete, Sevilla, Cádiz y el interior de Granada. Estas lluvias, unido al descenso de la demanda, han provocado en nuestra provincia una "notable mejora" en las unidades de escasez territorial (UTE) (así es como se denomina a los sistemas de explotación establecidos en el Plan Hidrológico), de manera que "solo los sistemas de abastecimiento a Málaga y el embalse de La Viñuela se encuentran en situación de emergencia". Un escenario que ocurre incluso teniendo en cuenta que "entre octubre y noviembre las lluvias han recogido el 23% de lo que llueve en un año normal" en Málaga.
De hecho, el documento señala que dentro de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas son cinco (dos de ellas malagueñas) las UTE en escenario de emergencia. Estas son Níjar, Sierras de Filabres y Estancias, abastecimiento a Málaga-ZR Guadalhorce, embalse de La Viñuela y Levante Almeriense, mientras dos se mantienen en alerta, situación que demuestra una ligera mejora en comparación a las cinco UTE en alerta en el mes de octubre.
Ante este escenario de escasez, los operadores de agua resaltan la necesidad de tomar medidas, sobre todo con el agua que se pierde por averías. "Nos escandalizamos de que nuestras tuberías tengan fugas, pero al mismo tiempo rehuimos de cualquier incremento de precio que permita repararlas. Sabemos que algunos municipios malagueños pierden más de 50% del agua de su red de suministro. Esta es una de las conclusiones de un estudio de la propia Diputación Provincial, que cifra en ocho hectómetros cúbicos el agua que se pierde en 51 localidades", apunta el informe. "Lo que perdemos no es sólo agua sino energía y compuestos químicos para potabilizarla. Este tipo de situaciones aconseja crear urgentemente un plan nacional y planes provinciales de los servicios de agua y saneamiento municipales y un plan de choque de reducción de pérdidas", sostiene.
Además, indica que para poder dar por superada la sequía lo deseable es enfocarse en estrategias a largo plazo para los futuros periodos secos como "la contención de demandas, la racionalización de consumos, la protección de los perímetros de captación de aguas subterráneas, el fomento de la regeneración, la reducción de fugas estructurales, la digitalización del ciclo urbano del agua, la implementación efectiva de planes de sequía, la protección de los colectivos vulnerables y la sensibilización tanto en el ámbito doméstico como institucional y económico. La vigilancia y control junto con la gestión proactiva y coordinada será clave para enfrentar los retos hídricos en el futuro", remacha.
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