Málaga

El uso del sistema antiplagio de la Universidad de Málaga se multiplica tras la pandemia

  • La herramienta compara la coincidencia con material publicado en otras instituciones e internet

Alumnas en la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

Alumnas en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. / Javier Albiñana (Málaga)

Desde 2017 la Universidad de Málaga dispone de una herramienta antiplagio con la que los profesores pueden comprobar el nivel de coincidencia con otro material de los trabajos de sus alumnos. Hasta antes de la pandemia, se usaba con menor frecuencia, utilizándose en la mayoría de los casos para trabajos de fin de grado o máster y tesis. Sin embargo, la irrupción de la enseñanza online con el COVID-19 provocó que los profesores echasen mano de la herramienta para tareas de clase o trabajos de grupo. Turnitin, el software utilizado para el chequeo, analizó en el curso 2020-21 el doble de trabajos que en el curso 2018-19.

El último curso antes de que llegara el virus, un total de 133.156 documentos pasaron por el sistema antiplagio. Al año siguiente, con la llegada del COVID, la cifra se situó en 241.704 y en el curso 2020-21, en el que la enseñanza fue semipresencial, el software procesó 290.290 trabajos. En el curso actual, a fecha de 6 de abril, se ha comprobado la autenticidad de 110.541 documentos. Respecto a las facultades, la de Filosofía y Letras es la que más utiliza la herramienta (14.089 documentos examinados en este curso académico), seguida de la de Ciencias de la educación (13.714) y la de Estudios Sociales y del Trabajo (11.465). A estas le siguen la de Derecho (9.683), la de Ciencias de la Comunicación (8.191) y la de Económicas y Empresariales (8.148).

El director del servicio de Enseñanza Virtual de la universidad, Juan José Ortega, indica que en estas facultades son en las que más plagio se da tanto por la naturaleza de su trabajo como porque son las que mayor número de alumnos reúnen. Además, la herramienta no examina fórmulas, ni el texto contenido en imágenes o tablas, por lo que en otros grados es difícil medir la similitudes. Por otra parte, no detecta plagio en otros idiomas. De esta forma, durante el curso pasado en el 65% de los trabajos examinados se detecto un 20% o menos de plagio y en el 14% del total se observó entre el 20% y 40% de similitud. “Este nivel de plagio no levanta sospechas”, indica Ortega, quien aproxima que a partir del 30% o 40% hay que estar atento. Así, el año pasado un 14% del material contenían entre el 40% y el 80% de plagio y solo el 7% superaba el 80%.

“El software antiplagio es necesario como sistema de garantía, aunque el profesor debe sabe interpretarlo y conocer cómo manejar la herramienta”, afirma Ortega. Los docentes tienen la opción, a través del Campus Virtual, de activar Turnitin en cualquiera de las tareas que suban los alumnos a través de la plataforma. Para ello, compara el documento con los incluidos en el repositorio entre los que están todos los documentos del resto de universidades en las que se opera con Turnitin y los textos de internet. “Las páginas como elrincondelvago.com las tiene localizadas”, explica. La herramienta, además de determinar el nivel de plagio, elabora un informe de similitud. “En muchas ocasiones las coincidencias se dan porque hay citas que no están correctamente referenciadas o que el plagio se ha dado en los enunciados, por lo que hay que comprobar muy bien el informe. Los profesores recibieron una formación para esto”, explica Ortega.

“La herramienta es buena tanto para los alumnos, como para los profesores, quienes han repensado el contenido del trabajo que exigían en sus clases”, explica el director del servicio. Desde la Universidad indican que tras la pandemia los docentes se han percatado de que es necesario incluir más trabajo de opinión y reflexión a los alumnos, ya que si lo único que exigen son datos, todos van a ser similares, ya que la información viene de mismo sitio y está al alcance de todo. “Se está pidiendo un trabajo más personal frente al trabajo memorísitico que se exigía antes”, explica Ortega quien añade que los profesores también se están preocupando en mayor medida por el contenido que exponen en sus lecciones.

Desde que la Universidad de Málaga optó por adoptar este servicio, se han probado tres softwares: Ephorus, Unicheck, que se vino usando hasta principios del curso, y Turnitin. Ortega indica que la empresa con la que operan ahora ha absorbido a casi toda la competencia y que fue la única que se presentó al último concurso en septiembre de 2021. “Tiene cosas buenas y malas, no tiene competidores pero su repositorio cada vez es más completo”. Entre las mejoras que se podrían plantear en el futuro, Ortega habla de que los propios alumnos puedan echar mano de la herramienta antes de entregarla. “Nos lo han solicitado en ocasiones para los TFG y TFM. Ahora mismo no es posible, la única solución es que los profesores pueden mostrar el informe de similitud a los alumnos”, concluye.

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