El sol broncea, pero también envejece la piel

El sol es un arma de doble filo. En dosis moderadas y fuera de las horas centrales del día ayuda a procesar ciertas vitaminas. Pero en exceso y sin protección, provoca cáncer y acelera el envejecimiento de la piel. Y para demostrarlo, el Colegio de Farmacéuticos puso ayer a disposición de los malagueños un simulador que permite estimar el deterioro cutáneo en diez años si no se usa fotoprotección.

Su presidente, Javier Tudela, apuntó: "La falta de protección ante el sol altera la piel. Las arrugas aparecen antes, el cutis pierde brillo, elasticidad e hidratación. En síntesis, hay un envejecimiento prematuro. Eso, aparte de que puede favorecer la aparición de cáncer".

Para concienciar sobre la importancia de tomar el sol siempre con fotoprotección, los boticarios han editado unos 50.000 dípticos que se distribuirán en las farmacias en las próximas semanas.

El cuidado frente al sol depende de la edad, el tipo de piel y el lugar en el que se viva. Según Tudela, en Málaga, la protección hay que utilizarla durante ocho meses al año y extremarla cuando se va a la playa, al campo o a la nieve.

Hay distintos tipos de rayos solares. Los ultravioletas A provocan las alergias, el fotoenvejecimiento y las manchas. Los ultravioletas B son los responsables del bronceado, pero también de las quemaduras solares. Por su parte, los infrarrojos A causan el deterioro prematuro de la piel, arrugas profundas y pérdida de firmeza.

Tudela además alertó de que además de fotoprotectores, se deben utilizar unas gafas con los correspondientes filtros solares ya que las radiaciones nocivas del sol pueden provocar cataratas al opacar el cristalino o deteriorar el fondo del ojo lo que se traduce en una pérdida de visión ya que es ahí donde se forman las imágenes.

El Colegio de Farmacéuticos se sumó así a una campaña nacional que hará que en un par de meses un autobús recorra medio centenar de ciudades para promover consejos saludables frente al sol. El objetivo es aprovechar sus efectos beneficiosos y atajar aquellos que pueden hacernos daño.