A la sombra de las críticas
Los toldos que decoran la calle Larios provocan opiniones negativas entre los malagueños El Ayuntamiento se defiende aludiendo al convenio de patrocinio por el que recibe 75.000 euros


El Centro ultima ya los detalles para los días de Feria. Calle Larios se inunda poco a poco de biznagas y farolillos, pero ha sido la instalación de los 26 nuevos toldos en la calle principal del centro histórico lo que ha provocado críticas entre los malagueños. Así, personalidades de la cultura malacitana enjuician el diseño del equipamiento basándose en que el "desmesurado" tamaño del logotipo del patrocinador supondría "supeditarse a intereses publicitarios", según valora el arquitecto y diseñador gráfico José Oyarzábal.
Aunque no ponen en duda la funcionalidad de los toldos -ya que cobijarían bajo su sombra a los visitantes durante las fiestas-, consideran que la publicidad debería de ser más recatada. "Es un atentado a la estética de la vía más importante de Málaga, calle Larios no merece tan mal gusto", opina Diego Rodríguez, presidente del Ateneo de Málaga.
La falta de armonía con el resto de decoración es otro de los aspectos juzgados, si bien se acepta la publicidad por la financiación que aporta. "La mayoría de la decoración para Feria me parece inapropiada, falta de elegancia y sin estilo sobre todo cuando se relaciona con el centro histórico", argumenta el profesor de Geografía en la UMA Alfredo Rubio.
Las críticas más agudas provienen del colectivo de hosteleros de la ciudad, que acusan al Consistorio de no aplicar las normas que establece. "Si nos pide ser cuidadosos en este tema ellos también deberían seguir esa misma línea", señala el presidente de la Asociación Malagueña de Restauradores (Amares), José Porras.
Porras se refiere en concreto a la ordenanza de Publicidad del Ayuntamiento de Málaga en el Centro de la ciudad, donde en el segundo apartado del artículo 45 se marca que el diseño de publicidad se realizará "teniendo en cuenta la discreción y el respeto a su calidad arquitectónica [de los edificios]". A esta misma norma se acoge el anterior presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería en Málaga (Aehma), Rafael Prado, compartiendo la opinión de la directiva de Amares. "El Ayuntamiento nos obliga a seguir la ordenanza a rajatabla, así que ellos deberían de aplicarla también", explica Prados.
Ante las opiniones negativas, el Ayuntamiento de Málaga se aferra al convenio de patrocinio firmado en junio con la empresa de cerveza San Miguel. "Nosotros tenemos una obligación de patrocinio y entre las condiciones está dejar el logo para que la Feria cueste menos a los malagueños", señaló ayer la concejala de Fiestas y Servicios Operativos, Teresa Porras, refiriéndose al apoyo económico por parte del patrocinador, que abona 75.000 euros, a cambio de adquirir una serie de derechos como la posibilidad de plasmar su logotipo en los toldos del Centro Histórico, cuya confección e instalación corre también a su cuenta.
Sin embargo, es este mismo aspecto -junto a las críticas de hostelería- el más juzgado, ya que en cierta manera la ciudad se estaría "subordinando" a intereses comerciales y económicos. "Entre La Equitativa y los toldos de Larios tenemos una Málaga vendida al patrocinio de cerveza", subraya Tecla Lumbreras, profesora de la Universidad de Málaga y gestora cultural, aludiendo a las lonas con publicidad de Cruzcampo que cubren uno de los iconos arquitectónicos del centro de la ciudad.
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