Málaga

SOS: Faltan profesores de matemáticas en los institutos de Málaga

  • Los graduados de esta facultad reciben importantes ofertas de trabajo del sector privado antes de acabar la carrera

  • Los puestos docentes se cubren con otras especialidades

Un alumno realiza un ejercicio de Matemáticas en la pizarra.

Un alumno realiza un ejercicio de Matemáticas en la pizarra. / D. S.

Hasta no hace muchos años la principal –y casi única– salida laboral de los matemáticos era la docencia. Terminar la carrera, estudiar el antiguo CAP (curso de adaptación pedagógica) y prepararse unas oposiciones constituía la vía profesional de estos especialistas. Una realidad que ha cambiado por completo y que deja en manos de titulados en otras materias la impartición de dicha asignatura en los institutos públicos. La situación no es ajena ni a Andalucía ni a Málaga, donde cada vez son más los profesionales en esta rama del saber que optan por trabajar en la empresa privada ante la alta demanda de empleados con ese perfil para responder a la nueva revolución industrial: la digitalización.

Aunque no se llega al extremo de otras zonas de España, ya han aparecido los principales síntomas de un problema al que ha de enfrentarse el sistema educativo andaluz: empiezan a faltar matemáticos en los centros de enseñanza. En las recientes oposiciones a profesor de Secundaria han quedado, tras la realización de la primera prueba, 18 plazas vacantes de las 703 ofertadas en esta especialidad. Dicha cifra, aunque resulte pequeña respecto a la registrada en Cataluña (183) o en la Comunidad Valenciana (168),es indicativa de una auténtica metamorfosis laboral en el ámbito de las matemáticas.

José Luis Flores, catedrático de la Universidad de Málaga y coordinador del máster en Matemáticas, cree que este fenómeno responde a varios factores. “Por una parte, la cuarta revolución industrial ha generado una fuerte demanda de trabajadores de perfil matemático, que se ha traducido en un aumento de la oferta de trabajo en el sector privado”, expone Flores.

A esto se le une otro condicionante. “Los graduados en Matemáticas están siendo también demandados en empleos que tradicionalmente desempeñaban otros profesionales, debido a su capacidad para resolver problemas, su pensamiento analítico y facilidad de abstracción, versatilidad, entre otros aspectos”, reconoce el experto. Finalmente se lamenta por el poco reconocimiento social y precariedad en la que se desarrolla actualmente la docencia en secundaria. “Esto hace que sea percibida como una salida poco atractiva para muchos de nuestros graduados”, sentencia el catedrático.

A todo esto Flores añade que las universidades andaluzas no están haciendo los deberes en este asunto. “Por ejemplo, en relación al Máster de Profesorado, en la especialidad de Matemáticas, que es habilitante y, por tanto, obligatorio para acceder a las oposiciones, la Universidad de Málaga le adjudica el mismo grado de preferencia a los graduados en Matemáticas que a los de otras muchas especialidades con un contenido matemático muy inferior”, explica el profesor. Además, se trata de un máster que cuenta con mucha demanda, esto provoca, según Flores, que algunos graduados en Matemáticas no puedan acceder a él, y por consiguiente, se vean inhabilitados para opositar, en favor de otros candidatos en principio peor preparados.

La excelencia académica

Sólo hay que comprobar las notas de corte de la primera adjudicación de plazas de este año para constatar la exigencia para entrar en el grado de Matemáticas que oferta la Universidad de Málaga. Y es que actualmente este dato se sitúa en un 11,835 sobre 14. “Esto es una consecuencia clara del aumento de las salidas profesionales de esta disciplina. En los años noventa ya experimentamos una demanda parecida, pero por razones diferentes: la crisis económica de la época, con un paro desbordado, motivó que muchos estudiantes se decantaran por una titulación que, entonces, se identificaba casi exclusivamente con el trabajo de profesor de secundaria, un empleo que resultaba atractivo por ser fijo y relativamente bien remunerado”, cuenta Flores.

Es más, en los últimos años, muchos estudiantes del grado ya son captados por las empresas antes de incluso finalizar sus estudios. “Yo mismo, como coordinador local del máster en Matemáticas, recibo a lo largo del curso múltiples ofertas de empleo para ser difundidas entre nuestros estudiantes. Además, estas ofertas vienen muchas veces acompañadas de cursos de formación especializada en la actividad que van a desempeñar, por lo que resultan doblemente atractivas para nuestros alumnos”, explica el catedrático.

La visión docente

Una profesora imparte clases de Matemáticas. Una profesora imparte clases de Matemáticas.

Una profesora imparte clases de Matemáticas. / Sebastián Mariscal (EFE)

Irene García forma parte de la primera generación del grado de Matemáticas en Málaga y completó su formación con el doble máster de Docencia e Investigación de Matemáticas de Málaga. Actualmente es docente en la pública y desempeña la labor de jefa del Departamento de Matemáticas y Economía en el IES Camilo José Cela de Campillos. “El interés por la docencia lo tengo desde pequeña. La mayoría de mis compañeros de promoción se ha dedicado a la docencia, aunque otra parte más minoritaria intentó investigar en la Universidad con temas también relacionados con la docencia. Muy pocos se quedaron para tratar las Matemáticas puras”, afirma la joven Irene, de 29 años.

La profesora también alega que el grado de Matemáticas tiene actualmente mucha demanda por las salidas profesionales actuales. “Antes el que entraba al grado era para ser docente, pero hoy en día las empresas buscan el razonamiento lógico que tiene un matemático. He llegado a escuchar incluso que podrían contratarnos en un bufete de abogados, simplemente por ese pensamiento y el planteamiento que podríamos hacer del caso en cuestión”, comenta entre risas García.

“Hoy en día un matemático es una persona muy cotizada. En cualquier grupo de trabajo en el que se tenga que programar, resolver algún problema o crear nuevas programaciones requieren de matemáticos”, insiste la profesora. No obstante, ella lo tuvo claro desde el principio, y es que para ser profesora de educación secundaria debes tener muy definido tu objetivo. “Me encantan los números, pero soy profesora porque me gustan más los niños. Al final si no empatizas con ellos no vas a ser capaz de dar una clase, te equivocas de opción y dificultas el aprendizaje de los propios niños”, opina Irene.

“Ellos necesitan recursos y motivación para tener autoconfianza, para que ante cualquier problema puedan debatir con argumentos. Es básico que sepan razonar, para las matemáticas y para la vida en general”, confirma la docente.

Es innegable que Matemáticas es una de las asignaturas más temidas por los adolescentes durante la Educación Secundaria Obligatoria. Irene cree que está en los propios profesores la clave para que pierdan ese temor y se enfrenten a ellas con otra mentalidad. “Los niños tienen miedo porque cuando se les explica un problema de una forma y no tienen otra manera de resolverlo se bloquean. Tampoco hay que enseñar las matemáticas tal y como vienen en los libros, el niño debe escoger la vía que le resulte más eficaz, y en el día de mañana él sabrá hacerlo porque lo ha razonado y no memorizado”, asegura Irene García, recalcando que el resultado con su alumnado de varios años es muy satisfactorio.

Profesores de otras especialidades

Realización de una tarea matemática con la ayuda de la calculadora. Realización de una tarea matemática con la ayuda de la calculadora.

Realización de una tarea matemática con la ayuda de la calculadora. / D. S.

El mencionado condicionante tecnológico, junto a las facilidades de inserción laboral en el sector privado y las circunstancias actuales de la enseñanza pública, provoca que cada vez sea mayor el número de titulados en otras ramas del saber que ocupa la plaza de profesor de matemáticas: arquitectos, ingenieros o químicos.

José Luis Flores indica que en general un profesor de otra especialidad no puede impartir la materia igual que un matemático. “Esto se debe no solamente a la obvia diferencia en la carga formativa matemática que poseen unos u otros, agravada por la drástica reducción de contenidos matemáticos en los planes de estudios de las ingenierías y otras especialidades similares, sino también al tipo de formación matemática”, explica el catedrático.

Es más, indica que los graduados aprenden a usar Matemáticas, pero también a generarlas. “Eso les dota de una perspectiva muy valiosa a nivel didáctico, que les capacita para transmitir su carácter dinámico y creativo frente al rutinario y aburrido que muchos hemos sufrido en nuestros años de secundaria”, afirma Flores. No obstante, indica que también hay expertos de otras especialidades que poseen una gran vocación docente y que han resultado ser magníficos profesores de Matemáticas.

Por su parte, Irene García confirma que un matemático va a saber explicar un concepto de muchas formas distintas. “El de otra especialidad solamente va a saber hacerlo desde su perspectiva. Sí, se puede hacer, pero van a explicar su opción, y eso hace que la asignatura sea más complicada para el profesor y para el alumnado”, asegura la jefa del Departamento de Matemáticas y Economía en el IES Camilo José Cela de Campillos.

“Me gustaría pensar que seremos capaces de responder satisfactoriamente a la demanda de egresados en Matemáticas por parte de la sociedad. Prestigiar la profesión de docente en secundaria obviamente ayudaría. Por otra parte, con más recursos y flexibilidad en la Universidad de Málaga, podríamos aumentar ligeramente el número de egresados”, desea Flores. El catedrático advierte que las titulaciones universitarias más exigentes son las que sufren mayormente las consecuencias de un sistema educativo defectuoso en los niveles más básicos.

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