Málaga es la sexta provincia con más población de España pero el sueldo medio anual está a años luz del existente en las dos mayores provincias del país, Madrid y Barcelona, y es también inferior al de Valencia y Sevilla. El salario medio anual bruto en 2017 era en Málaga de 15.939 euros, según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria tomando como referencia las declaraciones de Hacienda. El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía publicó ayer otro estudio en el que incluso rebaja ese sueldo medio anual en Málaga hasta los 14.986 euros en ese mismo ejercicio.

Esos 15.939 euros de media que los malagueños declararon a Hacienda en la pasada campaña de la renta quedan bastante lejos de los 25.120 euros anuales de los madrileños, los 22.782 de los barceloneses o los 18.716 de los valencianos. Incluso es inferior a los 16.257 euros de Sevilla, pese a que Málaga es considerada por todos los expertos como el motor económico andaluz. Málaga tiene, por tanto, el sueldo más bajo que las cuatro primeras provincias españolas en volumen de población y el mismo que la quinta, Alicante, donde son 15.938 euros, algo que casi no extraña teniendo en cuenta que Málaga y Alicante son prácticamente hermanas siamesas en materia económica y las dos lideran desde hace años, por ejemplo, la venta de viviendas a extranjeros no residentes en España.

Málaga tiene uno de los sueldos medios más reducidos del país, hasta el punto que los salarios son 3.200 euros inferiores a la media nacional, fijada en 2017 en 19.172 euros. No obstante, en el contexto andaluz puede llorar con un ojo porque los sueldos son menores en Almería, Cádiz –este caso es realmente sintomático porque es otra de las provincias con mayor población del país y el salario medio declarado es de 13.914 euros ya que su tasa de paro oficial es también de las mayores de España–, Granada, Huelva y Jaén. La nómina media en Andalucía en 2017 era de 15.114 euros, la segunda menor del país tras Extremadura.

Un repartidor de Amazon

Málaga no tiene los sueldos más bajos que otra provincia porque sí, sino que es una consecuencia de su estructura económica. El 80% depende del sector servicios y éste, a su vez, mayoritariamente del turismo. La mayoría de los contratos que se ofrecen son para puestos de baja cualificación como cocineros, camareros, ayudantes de cocina, repartidores, peones, comerciales... Son empleos tan dignos como cualquier otro, pero suelen estar marcados por la temporalidad, por bajas tablas salariales y por una reducida cotización a la Seguridad Social.

Esta provincia adolece de un sistema industrial fuerte que permita puestos de trabajo más estables y con mayores cargas salariales. Los expertos llevan años diciendo que sería necesario diversificar más el modelo productivo para no tener una dependencia tan alta del turismo y la construcción, aunque del dicho al hecho siempre hay un trecho. Solo se ha seguido esa tónica en el Parque Tecnológico de Andalucía y aunque su aportación al PIB local es cada vez mayor, su incidencia final en los salarios es reducida.

En el convenio de hostelería, publicado en agosto del año pasado, se recoge, por ejemplo, que el salario mensual en un hotel de tres estrellas oscila entre los 1.324 y los 1.710 euros mensuales brutos en función de la categoría o que un camarero en un restaurante está en torno a los 1.200 euros mensuales. En el convenio de la construcción se detalla que se cobra desde 1.051 euros al mes de salario base en la categoría más baja hasta los 1.466 euros en la más alta, al margen de pluses.

Málaga tiene un serio problema salarial en el sentido de que con estas medias es difícil converger con el resto de España y de Europa, un hecho que se vuelve acuciante cuando se dispara el precio de la vivienda en compra o en alquiler. También es cierto que, lamentablemente, hay una gran bolsa de economía sumergida que, lógicamente, no aparece en los sueldos declarados a Hacienda y que genera una actividad económica extra.