El sueño de un barrio digno

Durante cuatro días los vecinos de Palma-Palmilla han tocado un sueño con sus manos. La ansiada rehabilitación integral de la barriada ha pasado de ser una lejana quimera a una realidad factible. Una treintena de alumnos del tercer curso de la Escuela de Arquitectura de Granada recorrieron con ellos sus calles para conocer in situ las carencias y potencialidades de la zona. Los propios ciudadanos se convirtieron en verdaderos hacedores del barrio aportando soluciones a problemas que ellos llevan sufriendo desde hace años. Y ayer fue su día grande. Gracias al trabajo conjunto pudieron visualizar en imágenes el antes y después de cada espacio susceptible de mejora.

Ni remedios milagro ni propuestas en saco roto. Las conclusiones de este proyecto integrador se resumen en "herramientas de motivación". Así prefiere denominarlas Juan Manuel García, director del Centro de Servicios Sociales Comunitarios nº 5 Palma-Palmilla. Mediante la proyección en imágenes de la realidad modificada con las ideas de los vecinos, el grupo de trabajo -bajo la supervisión del profesor y arquitecto José María Romero- ha logrado su objetivo. "Que ellos, que son quienes mejor conocen el barrio vean que con su aportación se pueden realizar cambios", explica el director del centro.

Y del papel a la vía pública. Entre las alternativas sugeridas en este workshop por los ciudadanos figuran la eliminación de las barreras arquitectónicas en las seis barriadas que conforman Palma-Palmilla, así como de los muros que aíslan los distintos centros institucionales y su conversión en centros conectados con su entorno.

Otra de las iniciativas vislumbradas ayer en imágenes pasa por la conversión del bulevar Mª Ángeles Arroyo, hoy abierto al tráfico rodado, en un espacio peatonal, con terrazas y espacios verdes. "Los vecinos se quedaban asombrados ayer con las fotografías del cómo sería en las que se les veía a ellos sentados en futuras terrazas, por ejemplo", comenta Romero. Esta suerte de tormenta de ideas en la que trabajaron vecinos y futuros arquitectos también incluyó propuestas "más revolucionarias", añade el responsable del centro social. Entre ellas está la desaparición del muro que rodea el río para conectarlo con la barriada mediante huertos; o el soterramiento del vial de Valle Inclán para conectarlo con La Palma y las casas matas.

Tras la puesta en común de ideas para el cambio, el siguiente paso es difundir los resultados de este workshop por todo el barrio con la publicación y difusión del trabajo realizado en las cuatro jornadas. La iniciativa, pionera en Málaga, forma parte del Proyecto Hogar (implantado en Palma-Palmilla desde hace tres años) y bajo su tutela continuarán desarrollándose mesas de trabajo y asambleas. El trabajo de campo queda ahora en manos de las distintas administraciones. Algunos de sus responsables ya se han pasado por las jornadas.

Como nota anecdótica, el grupo de estudiantes de Arquitectura analizó las distintas propuestas de mejora presentadas anteriormente por los distintos grupos políticos "y demostraron cómo ninguno de los tres conoce el barrio. Planteaban alternativas que cuando se ponían sobre plano resultaban inviables", recuerda Romero.