Dos testigos con una actitud totalmente distinta. La ex alcaldesa de Marbella Marisol Yagüe y la ex teniente de alcalde Isabel García Marcos comparecieron ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga como testigos en el juicio del caso Minutas, sobre las presuntas irregularidades en los encargos del Ayuntamiento de Marbella al abogado José María del Nido, presidente del Sevilla CF. En la sala sólo estuvieron presentes dos de los 18 procesados.

Yagüe fue la primera en responder a las preguntas formuladas por el Ministerio Fiscal. Durante su casi hora y media de intervención la ex alcaldesa parecía sufrir amnesia. "No tengo ni idea". "No recuerdo nada", fueron las respuesta más repetidas a las preguntas formuladas por el fiscal. Incluso llegó a asegurar que está en tratamiento por lo que "de lo que hago hoy, puede que mañana me acuerde de muy poquito".

"Hasta 2003 no me empecé a dar cuenta de que había papeles en el Ayuntamiento". Así resumió Yagüe su paso por el Ayuntamiento desde 1999 hasta que accedió a la Alcaldía. "Era concejal de Participación Ciudadana. En ese tiempo pocos papeles del Ayuntamiento he llevado, por no decir ninguno. Yo estaba en la calle con los ciudadanos, que era mi trabajo", afirmó Yagüe, que aseguró desconocer cuál era el trabajo que desarrollaba Del Nido en el Consistorio.

En lo que respecta a las sociedades municipales de Marbella, la ex regidora aseguró que "incluso ahora" desconoce el objeto social y su control financiero, aunque fue presidenta de una de ellas cuando accedió a la Alcaldía. "Entonces es que no tengo memoria, pero de verdad que no lo sé", dijo sobre estas entidades.

La también procesada en el caso Malaya, la operación contra la mayor trama de corrupción conocida en un ayuntamiento, reiteró que su trabajo durante el periodo que se mantuvo al frente de la Alcaldía se regía "perfectamente tal y como marcaba la ley". "Lo que he hecho ha sido inmaculado y transparente", aseguró.

La actitud de García Marcos fue totalmente distinta. Desde el comienzo de su declaración aseguró por activa y por pasiva que el Ayuntamiento de Marbella funcionaba hasta 2003 con una "opacidad absoluta" y aseguró que todo lo que se hacía en el Consistorio era "por voluntad y decisión" de Jesús Gil. "Jesús Gil hacía uso y abuso de su poder absoluto. Aunque siempre estaba en el Club Financiero y no acudía al Ayuntamiento su poder se notaba. Tenía un mando a distancia", recalcó.

"Jesús Gil no daba la posibilidad de participar en nada", indicó, al tiempo que afirmó que Del Nido fue a partir de 2003 "el sustituto" del que hasta ese momento había sido el asesor jurídico del Ayuntamiento y hombre de "máxima confianza" de Gil, José Luis Sierra.

Respecto al ex regidor Julián Muñoz, García Marcos manifestó que éste mantenía una relación "cordial" con Del Nido y afirmó que el entonces secretario municipal, Leopoldo Barrantes, también acusado en este caso, no dificultó la labor de oposición a pesar "de las circunstancias difíciles". Puntualizó que Muñoz, durante su mandato "imitaba un poco" a Jesús Gil.

Respecto a la fiscalización por parte del Tribunal de Cuentas. García Marcos, acusada también en el caso Malaya, señaló que fue "una batalla campal para saber qué estaba ocurriendo" por la falta de información de la oposición y explicó que ese tipo de encargos para hacer alegaciones se hacían a asesores externos "con lo que teníamos menos posibilidad de enterarnos", aunque afectaba "a la cuenta general".

El caso se reanudará el 14 de enero, con la comparecencia de miembros del Tribunal de Cuentas.