La supervivencia frente al cáncer infantil –aunque varía según el tipo concreto de tumor y de su estadio– es cercana al 80%. Incluso con los actuales tratamientos de quimioterapia personalizada se están consiguiendo tasas de curación del 80 al 90% en la leucemia linfoblástica aguda, que es la enfermedad maligna más frecuente en los niños y que tiene una incidencia anual de unos cuatro casos por cada 100.000 menores.

Estos datos alentadores sobre la supervivencia fueron dados a conocer este viernes precisamente en el Día Internacional contra el Cáncer Infantil. El Materno, que acogió un acto con este motivo, diagnosticó el año pasado 79 patologías oncológicas en menores de 14 años. De esta cifra, un tercio fueron leucemias agudas y el resto, tumores sólidos.

En 2019, trece pacientes pediátricos se sometieron a trasplantes de progenitores hematopoyéticos (células madre) en el Materno. La Unidad de Hematología Infantil de este hospital fue designada en 2010 por el Ministerio de Sanidad como centro de referencia nacional para estos tratamientos con células madre de donante.

El Materno es centro de referencia nacional desde 2010 para ciertos trasplantes pediátricos

La jefa de Oncología Pediátrica, Ana Benito, apuntó que garantizar la calidad de vida y limitar la toxicidad de los tratamientos deben ser aspectos en los que hacer especial hincapié en la asistencia de los menores y por ello resaltó la importancia de explorar la eficacia de nuevos fármacos. En total, en esta unidad se atendieron el año pasado más de 2.000 consultas oncológicas.

El acto de este viernes contó con la presencia de autoridades, pacientes, familiares y representantes de asociaciones. La delegada de Educación, Mercedes García Paine, destacó el trabajo que realizan estas organizaciones y los voluntarios. “Hacen una labor fundamental en el hospital, ofreciendo compañía a los pequeños y multitud de actividades para que la estancia en el centro sea más llevadera”, dijo la representante autonómica.

Además de la labor asistencial, los profesionales desarrollan una tarea investigadora clave para que avancen los tratamientos. La Unidad de Hematología pediátrica, por ejemplo, tiene en marcha varios ensayos clínicos nacionales e internacionales.