Sibora, la joven ítalo-albanesa a la que se le perdió la pista hace nueve años, presentaba en su cuerpo varios tatuajes. Unos dibujos grabados en la piel que también ha presentado el cadáver hallado la noche de este martes en el domicilio que la desaparecida compartía con su pareja y que han permitido al equipo forense del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga resolver la identificación del cuerpo sin vida. 

Una fecha en el brazo, una estrella y la letra A en la nuca, otra estrella en el pie y un dibujo en la espalda son los dibujos permanentes que presentaba la joven, según anunciaba la plataforma Sos Desaparecidos en 2014 cuando difundió la alerta sobre su desaparición por si alguien tenía noticias de ella. Se desconoce si todos ellos se podían observar, a pesar del estado avanzado en el que se encontraba el cadáver. 

Aunque los primeros resultados de la necropsia han sido concluyentes en cuanto a la causa de la muerte -apuñalamiento- y también respecto a la identificación del cadáver, será una prueba de ADN la que confirme con más exactitud que el cuerpo corresponde a Sibora. Para ello, desde la Subdelegación del Gobierno en Málaga intentan que la madre y la hermana -solo por parte de uno de los progenitores- se desplacen desde Italia hasta España para someterse a estos análisis genéticos y puedan cotejarse con los ya extraídos al cuerpo sin vida hallado. A continuación, el examen será remitido al laboratorio de la Policía Científica.

Así lo ha explicado este jueves el subdelegado, Javier Salas, que ha asegurado que están manteniendo "conversaciones" para que se desplacen, pero lamenta que "anímicamente están muy mal". De esta manera, ha anunciado que si este extremo no fuese posible, tratarían que la Policía italiana fuese la que se encargase de extraer las muestras genéticas. "Vamos a hacer lo que sea más rápido y lo que respete los deseos de la familia y su intimidad", ha manifestado, 

Asimismo, ha recordado que hace nuevo años ya se recogieron muestras de ADN procedentes de enseres de Sibora que su pareja, y presunto responsable de su asesinato, facilitaron a la Policía. Si bien, ha apuntado que estas pruebas "evidentemente no tienen la fiabilidad completa" e "inducen a duda".

Sibora recibió varias puñaladas. El cuerpo presenta signos de haber sido agredida con un arma blanca. Las pesquisas apuntan a que, en este caso, el presunto autor usó ácido para evitar el fuerte olor que suele desprender un cadáver en estado de descomposición. No obstante, las mismas fuentes consultadas señalan que, pese al tiempo transcurrido desde que se cometiera el crimen, los restos se han conservado en un estado que ha permitido concluir inicialmente que se trata de Sibora.

El cuerpo estaba bajo cal, junto a un cuchillo ensangrentado y flores sobre el torso. Fue localizado dentro de una caja de madera escondida en una doble pared del piso de Torremolinos en el que la joven convivió con Marco R., la última residencia conocida de la víctima antes de su desaparición hace nueve años, denunciada por el propio sospechoso.