Las temperaturas del agua del mar continúan en ascenso en la provincia de Málaga hasta tal punto que este miércoles se situaron "hasta 5 grados" por encima de la media registrada otros veranos, según indican varios expertos consultados por este periódico. 

Aunque el presidente de la fundación Aula del Mar Mediterráneo, Juan Antonio López, explica que esta situación necesita de varios matices, puesto que la gradación depende del área del litoral malagueño en que nos enfoquemos. En general, cuanto más próximo se esté del oceano Atlántico serán más frías; mientras que cuanto más cerca se esté del mar Mediterráneo, más cálidas. 

Este miércoles, la zona de poniente (desde Manilva hasta Málaga) registró temperaturas en superficie que se oscilaron "entre los 20º y los 23º", por su parte, en la zona de levante (desde el Rincón de la Victoria hasta Nerja) fluctuaron "entre los 24º y 25º".

Echando la vista atrás para entender el contexto, la tendencia que arrojan los datos (y a falta de que se complete el verano para poder analizarlo al completo) es la temperatura del agua "va en aumento".

A nivel nacional, las aguas de mares y océanos que rodean a España han registrado en los últimos días hasta 24,6º de media, un dato sin precedentes para estas fechas desde 1940.

El pasado 2022 Málaga ya alcanzó su récord histórico de temperatura media marina "con 20º". Este, ya se están produciendo picos de 25º. Y eso que, tal y como indica López, el litoral malagueño tiene ciertas bondades termorreguladoras "gracias a la próximidad del estrecho de Gibraltar", que le suministra corrientes más frecas, a diferencia de otras áreas como "Murcia, Valencia y Baleares", donde las aguas "son más cálidas". 

Desde el Aula del Mar, afirman que esta subida "de dos o tres grados" repercute directamente en la biodiversidad marina, provocando el "infradesarrollo del exoesqueleto" de distintos tipos de moluscos, "alterando la función de fotosíntesis" de las praderas de posidonias y modificando el comportamiento de la fauna; tanto de aquellos que tienen capacidad de movimiento (que marchan en busca de aguas más frescas) como de las denominadas especies "oportunistas" en las que se encuentran algunos tipos de algas (que arriban en las corrientes más tórridas). 

Una situación que, según precisan, por el momento no se está traduciendo en un aumento de medusas signficativo, más allá de que puedan avistarse en las playas algunos ejemplares de Pelactia noctiluca (la más común, de color rosado), de acusado efecto urticante; y de Cotylorhiza tuberculata (popularmente conocida como medusa huevo frito), menos agresiva al contacto con la piel humana. 

En este sentido, el director de la Cátedra de Cambio Climático de la UMA, Enrique Salvo Tierra, precisa que a las especies anteriores hay que sumar otras procedentes de latitudes tan dispares como "el Caribe o las costas de Asia" con la consideración de invasoras. En el caso español, la más temida es el alga parda Rugulopteryx okamurae, puesto que en cantidades grandes puede afectar de lleno a la actividad pesquera o al turismo de sol y playa, ya que "cuando se secan acumuladas en las orillas tienen cualidades fétidas". 

Salvo Tierra, asimismo, indica que el aumento de las temperaturas del agua del mar tiene múltiples orígenes que se interralacionan entre sí. Y es que, pese a que en Málaga este ascenso es notorio, es una cuestión que se está produciendo "a nivel mundial" y cuya causa reside en la circulación atmosférica de todo el globo terráqueo. 

En primer lugar, indica Salvo Tierra, debido a que el anticilón de las Azores (que año a año se sitúa sobre la Península Ibérica en época de estío) "rechaza la entrada de masas de aire frío procedentes del norte" dejando las aguas a merced de vientos cálidos que aumentan su gradación.

Pero también por el "deshielo de los polos" que alteran la "oscilación del Atlántico Norte" haciendo que las masas de aire frío permanezcan allí. Por último, es necesario tener en cuenta los fenómenos de El Niño y La Niña (dos eventos climáticos que aumentan y disminuyen respectivamente la temperatura del agua en el oceano Pacífico por medio de oscilaciones).