La tercera depuradora de Málaga se queda en el aire por el cambio de proyecto

La Junta condiciona hacer la obra a rebajar a menos de la mitad la capacidad de la nueva planta respecto a lo que se había previsto hace años El Ayuntamiento de la capital se opone

Instalaciones de la depuradora de aguas residuales del Guadalhorce en Málaga capital.
Instalaciones de la depuradora de aguas residuales del Guadalhorce en Málaga capital.
Raquel Garrido Málaga

22 de enero 2015 - 01:00

La construcción de la llamada depuradora del Bajo Guadalhorce, que sería la tercera de la capital malagueña y que aglutinaría las aguas residuales de otros municipios de los alrededores, vuelve a encontrarse con un obstáculo. Proyectada hace ocho años, la nueva planta corre el riesgo de no ejecutarse finalmente por el desacuerdo entre la Consejería de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de la capital sobre sus dimensiones. La Junta de Andalucía considera ahora que la previsión inicial estaba sobredimensionada y propone rebajar a menos de la mitad su capacidad de tratamiento de aguas residuales.

Primero fue la falta de presupuesto argumentada por el Gobierno autonómico para no hacerla y ahora es ese cambio de rumbo respecto a la idea inicial, lo que amenaza con dejar aparcada una obra que resulta fundamental para aliviar la sobrecarga a la que está sometida la depuradora del Guadalhorce que trata incluyendo las aguas residuales de Torremolinos, Cártama, Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre.

Fue por ese motivo por el que se planteó construir una tercera depuradora en la zona norte de la ciudad que tratar los vertidos procedentes de estos tres últimos municipios y parte de los de la capital. En total, la previsión era que la nueva planta tuviera una capacidad para depurar unos 100.000 metros cúbicos, la carga contaminante que se estima para unas 400.000 personas al día.

Pero la propuesta que ahora hace la Consejería de Medio Ambiente, y que a priori es rechazada rotundamente por el Consistorio malagueño, es que sería suficiente con construir una depuradora con capacidad para recibir unos 43.000 metros cúbicos. El argumento de la Junta, según explicó ayer el delegado provincial de Medio Ambiente, Javier Carnero, es que "el problema que tiene la depuradora del Guadalhorce en estos momentos es que parte de la carga contaminante que recibe proviene de los polígonos que no están tratando sus aguas previamente y eso se arreglaría si se les obliga a hacerlo, no construyendo una depuradora más grande".

Los estudios técnicos realizados por el Gobierno autonómico, y que fueron presentados la semana pasada a la Empresa Municipal de Agua (Emasa) de Málaga, estiman que para una depuradora de esa capacidad habría que invertir unos 52,5 millones de euros y que serían financiados íntegramente con cargo al llamado canon autonómico, recargo que se cobra en las facturas del agua de todos los ciudadanos desde mayo de 2011 para obras hidráulicas.

En ese sentido, Carnero dijo no entender cuál es el problema del Ayuntamiento para rechazar que la Junta invierta en esa obra y advirtió que "si no hay disposición claro ni compromiso real por parte de ellos no se va a licitar el proyecto y tendremos que pensar ubicarla en otro sitio".

A falta de recibir los estudios técnicos realizados para valorar oficialmente la propuesta de la Junta, el concejal de medio Ambiente en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, aseguró que "no tiene sentido hacer una depuradora en la capital, cuyos terrenos vamos a pagar nosotros, si no va a beneficiar a los malagueños dado que la capacidad que se plantea para la nueva depuradora no es suficiente para atender la sobrecarga que asumimos de otros municipios".

El Ayuntamiento de Málaga llegó a reservar incluso en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) una parcela de alrededor de 40 hectáreas, entre el aeropuerto malagueño y el límite con el municipio de Alhaurín de la Torre, para construir esta nueva depuradora. Y es que pese a la gran cantidad de población que concentra, sólo la capital, Torremolinos y Alhaurín de la Torre están depurando sus aguas en todo el área metropolitana en la depuradora del Guadalhorce. El resto sigue a la espera de la terminación de la futura estación depuradora del norte, que fue incluida en las 47 obras de interés autonómico decretada por el Gobierno autonómico hace años.

Sobre la posibilidad de obligar a los polígonos industriales a depurar previamente sus aguas residuales antes de llegar a la depuradora del Guadalhorce, el edil señaló que "ese no es el problema, sino las aguas residuales de unas 100.000 personas que llegan desde fuera de la capital".

En el protocolo de actuación que la Junta de Andalucía y los alcaldes de Málaga y la comarca del Guadalhorce se comprometieron a impulsar en 2006, la construcción de esta depuradora se valoró en 24 millones de euros. Pero en 2012 el propio Gobierno andaluz reconoció que no había dinero para realizar esa obra a corto o medio plazo y que en su lugar se iban a empezar a construir dos colectores que llevarían las aguas residuales de Cártama y Alhaurín el Grande hasta la planta del Guadalhorce. Pero la propuesta se encontró también entonces con el rechazo de Emasa que alegó la saturación de su depuradora.

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