Un tesoro bajo el mar

Un proyecto europeo tratará de recuperar las praderas de fanerógamas marinas, una especie autóctona en peligro de extinguirseUn proyecto europeo tratará de recuperar las praderas de fanerógamas marinas, una especie autóctona en peligro de extinguirse

Un buzo toma muestras de una pradera de posidonia oceánica para estudiar su nivel de conservación.
Un buzo toma muestras de una pradera de posidonia oceánica para estudiar su nivel de conservación.
Raquel Garrido / Málaga

01 de noviembre 2011 - 01:00

En algún momento los fondos marinos de Málaga debieron albergar densos bosques submarinos de un alga llamada Posidonia oceánica capaz de formar un rico y diverso hábitat para otras muchas especies. A duras penas, estas praderas siguen siendo la base sobre la que se asienta la mayor parte del ecosistema marino del Mediterráneo al ofrecer alimento y cobijo a unas 400 especies vegetales y a varios miles de animales. Eso donde han logrado sobrevivir porque en parte del litoral andaluz han ido desapareciendo por los agresiones que han sufrido por culpa de la contaminación, las especies invasoras, la actividad de la pesca de arrastre y el continuo avance urbanístico de la costa.

Consideradas como un hábitat protegido por la Unión Europea por ser únicas en el Mediterráneo y estar en peligro de extinción, las fanerógamas marinas tienen otras muchas ventajas positivas para el entorno porque sin ellas las graves consecuencias se hacen evidentes a la larga por ser capaces de retener la arena para conservar las playas y evitar la erosión y la desertización, además de ahorrar millones de euros cada año en aportes de arena para regenerarlas. Pero la mayoría de estas praderas marinas no han podido resistir la presión humana y sólo unos pocos puntos se conservan en Málaga. Una pequeña pradera entre la zona de Calaburra y Cabopino en Marbella y Fuengirola, y otra de mayor extensión en Maro-Cerro Gordo en Nerja son los últimos restos de este tesoro marino en la provincia.

Ahora la Consejería de Medio Ambiente quiere conservar las que aún quedan y recuperarlas allí donde sea posible gracias al proyecto Life que ha puesto en marcha en colaboración con la Unión Europea para la conservación de las praderas de Posidonia oceánica en el Mediterráneo andaluz. En el paraje natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo ya se ha puesto en marcha una de las medidas que prevé el proyecto con la instalación de boyas en las que las embarcaciones puedan anclar para evitar el daño que las anclas pueden hacer a las praderas al ser arrastradas en el fondo marino.

El litoral almeriense y el granadino también se beneficiarán de este proyecto que se desarrollará en seis Lugares de Interés Comunitario (LIC) hasta finales de 2013. Unos cien voluntarios participarán en la conservación de las praderas de fanerógamas con la colocación de arrecifes artificiales -bloques de hormigón con agujeros en los que quedarían enganchadas las artes ilegales de pesca-, y el control de especies exóticas como la caulerpa taxifolia, también conocida como "alga asesina" que está considerada una de las especies marinas introducidas en el mar Mediterráneo que ha ocasionado mayores problemas en los ecosistemas que ha ido ocupando.

Este proyecto también será aprovechado para realizar un estudio demográfico para ubicar las poblaciones de estas plantas y una cartografía exhaustiva de los puntos donde se conservan para la posible declaración de espacio protegido de las zonas en las que queden ejemplares. En Málaga la mayoría de las que han logrado sobrevivir a la mano del hombre se encuentran en forma de manchas de pequeña extensión o de plantas sueltas. Las plantas más occidentales se han hallado justo en el límite con la provincia de Cádiz, en la zona de Punta Chullera-Cala Sardina, considerado el límite occidental de esta especie. La estrella del Mediterráneo.

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