La mar de historias

Todo es posible en la mar

El velero ‘Tenacious’ en su última visita al puerto de Málaga en 2015. El velero ‘Tenacious’ en su última visita al puerto de Málaga en 2015.

El velero ‘Tenacious’ en su última visita al puerto de Málaga en 2015. / J. C. Cilveti

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J. C. Cilveti

AL hilo de la visita que hace unos días ha realizado al puerto de Málaga un pequeño catamarán a vela habilitado para que en él viajen personas con diferentes diversidades funcionales, hoy retomaré la historia del Tenacious, un muy singular barco del que ya hace algunos años les hice referencia en esta misma columna.

Construido entre 1996 y 2000 en Southampton por un numeroso grupo de voluntarios dirigidos por varios carpinteros de ribera, este bergantín goleta de tres mástiles y 65 metros de eslora está considerado como el mayor buque de vela fabricado en el Reino Unido en los últimos 100 años. Adscrito bajo contraseña de la Jubilee Sailing Trust, una organización británica sin ánimo de lucro que pretende fomentar la integración de personas con cualquier tipo de diversidad funcional, el Tenacious, desde su viaje inaugural en septiembre de 2000 realiza singladuras llevando a personas con déficits físicos, psíquicos o sensoriales; unos impedimentos que a bordo de este velero quedan minimizados gracias a su muy especial acondicionamiento. Gestionada su navegación por nueve marinos profesionales, este barco puede albergar a un máximo de 44 pasajeros mayores de 16 años que, aun sufriendo algún tipo de diversidad funcional trabajan a bordo en calidad de marineros.

Adaptado cada milímetro de este barco para afrontar toda clase de dificultades de movilidad, el Tenacious posibilita que las todas las barreras arquitectónicas que en tierra puedan tender personas en silla de ruedas, ciegas, sordas o con cualquier tipo de disfunción queden olvidadas. Y así, ascensores, rampas, señalizaciones sonoras y en braille, además de otras muchas ayudas se combinan la perfección en la decoración, la habilitación y en los instrumentos de navegación de un velero clásico; un barco que permite que cualquiera de sus pasajeros pueda subir a uno de sus tres mástiles o participar de una forma activa en una guardia en su puente de mando.

Un buque verdaderamente especial que, atracado en el muelle número dos visitó por última vez las aguas del puerto de Málaga en marzo de 2015. Un velero que confirma aquella frase que alguien dijo y que hacía referencia a que “todo es posible en la mar”.

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