Málaga

Las toxinas, aún en niveles muy altos, arruinan el verano de los pescadores

  • La flota marisquera en la provincia teme que el cierre de los caladeros se prolongue todo septiembre

  • El sector pide a la Junta que declare la "zona catastrófica"

Barcos atracados en el puerto La Caleta de Vélez.

Barcos atracados en el puerto La Caleta de Vélez.

Casi un mes lleva la flota marisquera de la provincia de Málaga amarrada debido al cierre de los caladeros de moluscos bivalvos que alcanza a todo el litoral. Las primeras alarmas saltaron el pasado 26 de julio, cuando la detección de ciertas biotoxinas (algas) llevó a la Junta de Andalucía a prohibir las capturas de conchas finas, coquinas y chirlas, entre otros, en plena campaña estival, cuando la demanda y los precios en lonja se multiplican de forma exponencial. La situación parece lejos de revertirse, a ojos del sector, que ya da por "perdido" el verano, y sin esperanzas de mejoría hasta "más allá de septiembre".

Así de pesimista se mostró ayer el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de la provincia de Málaga, Miguel Ángel Carmona, quien afirmó que los niveles de las toxinas analizadas (PSP y DSP) "se han multiplicado de forma considerable" en los últimos controles sanitarios realizados por la agencia Agapa, dependiente de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Según apuntó, los niveles se encontraban entre los 1.000 y 2.600.

La zona de la Caleta de Vélez es la que registra una presencia más alta de DSP

Carmona explicó que "es imprevisible saber cuándo entran y cuándo se van" este tipo de toxinas, pero que "el verano está perdido ya". Además, precisó que "con unos resultados tan elevados" las analíticas pasan a realizarse cada dos semanas, cuando en circunstancias normales se toman muestras semanales. A esto se añade que, para mayores garantías, siempre es necesario que haya dos resultados negativos seguidos antes de abrir los caladeros, por lo que subrayó que "no tiene pinta de que se abra en septiembre".

La zona más crítica está en la Caleta de Vélez, en concreto la 309 que abarca desde el río Vélez a la Torre de Maro, donde según la patrona de la Cofradía de Pescadores de Caleta de Vélez, Mari Carmen Navas, los niveles de la toxina DSP estaban "más altos que nunca" -por encima de 2.500- en el último muestreo tomado hace unos 15 días. Está previsto que este jueves se vuelvan a repetir los análisis, pero Navas consideró que con un nivel de toxinas tan alto es "muy difícil" que el resultado salga negativo en tan poco tiempo. Además, añadió que con el doble negativo necesario, en el mejor de los escenarios "nos meteríamos en septiembre".

Por otro lado, las zonas de San Pedro y Estepona son las que tienen mejores perspectivas, ya que en los últimos análisis realizados los niveles habían bajado. Eso sí, según precisó Carmona, en estos caladeros la toxina detectada era la PSP, que suele ser menos persistente en el tiempo que la DSP. En la provincia son más de un centenar las embarcaciones que se dedican al marisqueo, lo que supone alrededor de 400 familias.

Según afirmó el presidente de la Federación, son pocos los que tienen otras alternativas de pesca. "La mayoría ha mandado a sus marineros al paro y están sin actividad ninguna, pero tienen que seguir haciendo frente al pago del autónomo", señaló. Con todo, esta marea roja ya ha supuesto la pérdida de unos 400.000 euros para el sector. De hecho, según los cálculos de la Federación, cada semana que la flota marisquera pasa amarrada dejan de ingresar entre 50.000 y 70.000 euros.

No obstante, Carmona insistió en que no es solo el "grave perjuicio" económico lo que preocupa, sino también la pérdida de cuota de mercado, puesto que las pescaderías y restaurantes están supliendo la falta del marisco "fresco y de calidad de Málaga", con otro procedente de Marruecos o Portugal. "Volver a recuperar eso va a costar", apostilló.

El presidente de la Federación de Pescadores apunta a que "no existen precedentes de esto", por el hecho de que afecte a todas las zonas y con tal volumen de toxinas. Además, la marea roja que afecta a la flota malagueña, también está perjudicando a las provincias de Cádiz, Almería, Huelva y Granada. Por eso, desde el sector reclaman a la Junta que declare la "zona catastrófica" y habilite ayudas extraordinarias tanto a marineros como a armadores, "al igual que se conceden cuando hay granizadas o sequías".

Por otro lado, piden que los próximos fondos europeos FEMP -que se negocian para 2021- recuperen una partida para la incidencia de toxinas en el marisqueo. Desde la Junta insisten en que su apoyo al sector pesquero es "indudable" y recordaron que la Consejería asume el coste de las analíticas del marisco capturado cuando el reglamento europeo establece que es obligación de los productores.

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