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Los trasplantes de médula ósea son más difíciles de explicar y entender que los de órganos. Porque es fácil comprender una operación en la que se pone el corazón de otra persona, pero no tanto cómo las células madre sanas de un donante se siembran en un enfermo y se cura. No es un milagro, sino ciencia. Y así se salvan muchas vidas. El año pasado, en Málaga se hicieron 144 trasplantes de médula ósea. La cifra supone casi cinco veces más que un par de décadas atrás. En 2002, por ejemplo, se llevaron a cabo 32. En 2012, 85. En 2024, 144.
“Se salvan muchas vidas y hoy muchas más que hace 10 años o cinco años porque los resultados mejoran cada lustro”, explica la jefa de sección de Trasplantes de Médula Ósea del Hospital Regional, María Jesús Pascual.
El incremento obedece a que cada vez el arsenal de terapias se amplía. De las células madre obtenidas de la médula ósea de donantes sanos –de ahí su nombre–, pasando por las de la sangre que circula por el organismo o las de cordón umbilical. Y con cada nueva terapia, más posibilidad de vivir para pacientes con cánceres hematológicos. El crecimiento también se explica porque los avances médicos permiten que los enfermos lleguen antes y mejor al trasplante, lo que mejora su pronóstico.
De los 144 realizados en el Regional el año pasado, 125 fueron a adultos y 19 a niños. Del total, 82 fueron con células madre (progenitores hematopoyéticos) de donante y 62, del propio paciente. Los trasplantes autólogos –en los que las células parar el tratamiento son del mismo enfermo– se mantienen más estables. Los que llevan una tendencia al alza son los alogénicos, en los que el paciente recibe los progenitores hematopoyéticos de un donante para curarle.
Tanto la suma de nuevas terapias a lo largo de los años como el mejor estado clínico en que llegan los pacientes, permiten a su vez a los especialistas indicar un trasplante de médula ósea a más enfermos de leucemias, mielomas, linfomas y un largo etcétera.
En comparación con los de órganos –que el año pasado sumaron 337 en el Hospital Regional–, los de progenitores hematopoyéticos son menos. Pero en cuestión de dos décadas se han multiplicado 4,5 veces. El total de 144 trasplantes de médula ósea realizados a lo largo del año pasado supone que se hace uno cada dos o tres días en el centro sanitario malagueño.
Los trasplantes de donantes requieren una logística compleja y contrarreloj, en la también participa el Centro Regional de Transfusión, Tejidos y Células (CTTC). Porque las células madre compatibles que habrán de curar al enfermo se rastrean por todo el mundo a través del Registro de Donantes de Médula Ósea (Redmo). Se traen de donde hagan falta; sea Estados Unidos, Australia, Alemania o Jáen... De donde sean para tratarlo y sanarlo.
A diferencia de los trasplantes de órganos que requieren una operación, en los de progenitores hematopoyéticos las células madre se meten al torrente sanguíneo del paciente mediante una especie de transfusión. Dicho así parece fácil. Pero supone un gran esfuerzo de coordinación para profesionales de diversas partes del mundo: los del hospital donde está el donante y los del Regional. Además, deben ajustar muy bien los tiempos de la preparación previa.
Antes de transfundir las células madre, al paciente hay que destruirle su médula ósea, porque está enferma. Para ello, se le administra quimio o radioterapia. Una vez que se queda sin su médula y se le infunden los progenitores hematopoyéticos que habrán de curarle, hay que esperar a que, como si de una siembra se tratara, la nueva agarre y crezca. Todo este periodo es duro y complicado para el enfermo, porque carece de defensas y es vulnerable a cualquier germen. De ahí que deba permanecer en una habitación de aislamiento hasta que el trasplante evolucione y tenga una médula propia y sana.
El programa de trasplantes de médula ósea del Hospital Regional se inició en 1989, diez años después que el de órganos. Desde entonces ha estado en constante crecimiento. Al inicio, solo se obtenían células madre para tratar a enfermos de la médula ósea de donantes. Luego siguieron llamándose así, aunque las células pasaron a extraerse de más fuentes. En 1993, el hospital sumó los trasplantes con progenitores hematopoyéticos obtenidos de sangre periférica (la que circula por el cuerpo). En 2006, incorporó a los tratamientos las células madre de sangre de cordón umbilical. Y así, el programa ha ido sumando técnicas y posibilidades que, todas, se traducen en más vidas salvadas.
Hacerse donante de médula ósea es un paso que puede salvar vidas. El receptor que se beneficie de la donación puede estar aquí, en Málaga, en Andalucía, en España o en cualquier parte del mundo. Porque la persona no dona directamente a un enfermo, sino que se incluye en el Registro de Donantes de Médula Ósea (Redmo). Donante y receptor se escogen en función de la compatibilidad. Así, por ejemplo, un donante de España puede salvar la vida a un enfermo en EEUU y otro de Alemania, quizás, a un malagueño. Porque Redmo no sabe de fronteras a la hora de salvar vidas. Y mientras más donantes haya en ese registro internacional, mejor. Hay diferentes formas de hacerse donante. Una, es que las mujeres que van a dar a luz donen su cordón umbilical informando antes a los sanitarios que siguen su embarazo para que se hagan los correspondientes preparativos. Además, cualquier persona sana de 18 a 55 años no que no tenga enfermedades transmisibles puede ser donante de médula ósea. El trámite se realiza en el Centro de Transfusión, en el Hospital Civil. Allí se le hacen unos análisis y se le apunta como donante en Redmo. Solo si un paciente en cualquier parte del planeta lo necesita se le tendría que hacer, con anestesia, una punción en la cadera para extraerle médula ósea. También se puede donar sangre periférica. En este caso, se estimula la producción de células madres y luego se hace una extracción.
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