Un trozo de Castilla y León en pleno corazón de Torremolinos

EL PÓRTICO

A 20 metros de la plaza Costa del Sol, en pleno centro de Torremolinos, y a escasa distancia de la conocida calle San Miguel (en calle Hoyo, 1 Edificio La Fuente), se encuentra el restaurante El Pórtico que ofrece a sus clientes los mejores y más conocidos platos de la cocina castellano-leonesa. Fundado hace nueve años, este establecimiento cuenta con un salón para 45 comensales y una completa carta donde se ofertan productos llegados directamente desde el norte de España; desde cordero lechal, hasta cochinillo (por encargo), pasando por embutidos, arroz con bogavantes, mollejas de cordero e incluso cecina de ternera.

Pero, sin duda, uno de sus platos más conocidos es el cocido maragato que al contrario que el cocido más tradicional se come al revés, es decir, primero la carne, luego las legumbres y por último la sopa.

Sin embargo, estos no son los únicos platos que componen esta carta, puesto que una de sus comidas más tradicionales es el botillo del Bierzo, aunque el dueño del restaurante, Emilio Varela que regenta el establecimiento con su mujer, Isabel, explica que se hace por encargo o los viernes puesto que el proceso de elaboración llega "a durar más de cuatro horas. "Todos nuestros productos son naturales y la elaboración es tradicional. También ofrecemos los mejores vinos para acompañarlos", asegura Emilio.

Además, para dar a conocer más los productos castellanos durante noviembre se organiza la cuarta edición de unas jornadas gastronómicas donde se ofertan menús cerrados a los clientes. Y como novedad este año El Pórtico abrirá una terraza con alrededor de doce mesas donde se servirán las mejores tapas del restaurante, aunque está previsto que esta nueva instalación se inaugure el próximo verano con la llegada del buen tiempo.

La decoración es acorde a su estilo, sobria, elegante, con altos techos abuhardillados con grandes vigas de madera, pared de ladrillo visto, espejos cobrizos y amplios ventanales de medio punto, donde el buen yantar se disfruta.