Los vecinos reiteran su negativa a que la noria del puerto siga en Muelle Heredia
La empresa, en una reunión la pasada semana, demandó seis meses más Pomares confía en el acuerdo y pospone la decisión
La pelota, definitivamente, se sitúa en el tejado del alcalde, Francisco de la Torre. Si cumple con el compromiso asumido semanas atrás, la noria-mirador provisional instalada en el suelo portuario de Muelle Heredia tendrá que ser desmontada pasado el próximo día 22. ¿Por qué? Porque los vecinos residentes en los bloques situados al otro extremo de la avenida mantienen su rechazo a que la instalación recreativa se siga en pie en ese punto.
La negativa fue nuevamente ratificada en una reunión celebrada el pasado jueves y convocada, a modo de intermediario, por los responsables de la Gerencia de Urbanismo. A la misma acudieron varios representantes vecinales, el responsable de la noria, Santi Sardá, y el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares. "Urbanismo quería conciliar las dos posturas, cosa que es imposible, porque no se trata de una postura intermedia; o se quita o no se quita", expuso de manera contundente Sergio López, uno de los residentes que rechaza que se otorgue una nueva licencia a la noria de 80 metros de alto.
"Ellos [en referencia a la promotora de la atracción] quieren continuar y eso para nosotros es inviable; hemos aguantado un año y otras semanas más de prórroga y no estamos por la labor de continuar soportando la noria enfrente", apostilló. Lo verbalizado por los vecinos la pasada semana coincide con el mensaje que vienen trasladando durante todo el año y que tan bien conocen tanto los responsables de la noria, Mederyt, como del Ayuntamiento. Según confirmó Pomares, el planteamiento de la empresa es continuar otros seis meses.
López no deja lugar a la duda. "Nuestra decisión es firme y se lo hemos dicho; posibilidad de negociar no hay ninguna; siempre hemos pensado que a partir del día 23 la noria dejará de funcionar y empezará a ser desmontada", añadió. En cuanto a la posición que adoptará el Ayuntamiento, este vecino confía en lo afirmado por el alcalde. "Estamos al tanto de sus manifestaciones y creemos que está por la labor de no perjudicar a la ciudadanía; estamos convencidos de que el Ayuntamiento va a tener en cuenta nuestra opinión y actuará en consecuencia". "Hemos sido muy comedidos y moderados; soportar un mirador enfrente de nuestros hogares, eso hay que vivirlo", criticó.
A pesar de que las cartas están sobre la mesa, el concejal de Urbanismo parece confiar en que antes de que venza el periodo del que dispone la noria para seguir con su actividad se encuentre un punto de entendimiento entre las partes implicadas. Pero ¿qué papel asumirá el Ayuntamiento si no es así? Las palabras expresadas el pasado 22 de abril por el propio Pomares no dejaban lugar a la duda, al condicionar una nueva licencia al aval vecinal. Sin embargo, ahora Pomares no es tan claro.
"La cuestión de fondo es si el posicionamiento de uno o dos bloques de vecinos puede más que la opinión de la ciudad. Es un debate que hay que tener. Espero que al final haya un acuerdo. Los dos llevan parte de razón", expuso Pomares. A juicio del concejal, es razonable el planteamiento vecinal en lo tocante al impacto visual de la noria. "Con perspectiva es muy bonita, pero cuando abres la cortina lo que te encuentras es una cabina y dos hierros", expuso el edil, que también dijo comprender a la empresa y su deseo de avanzar en esta propuesta para "negociar con el puerto la idea de una noria permanente".
Por ello, confirmó su intención de aplazar una decisión al momento en que "entre por registro la petición de licencia". Hasta ese momento, "mi objetivo es tratar de acercar las posiciones de los vecinos y la noria; cuando llegue el momento habrá que sopesar los intereses de unos y de otros, pero me da coraje cuando pueden ganar en cinco o seis meses", añadió.
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