Málaga

El verano más amargo de Tívoli

  • El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga ha declarado el concurso de acreedores necesario de la explotadora del parque

  • El parque arrastra un pleito judicial desde la pasada década

El verano más am Vista general del parque de atracciones Tívoli World de Benalmádena.argo de Tívoli

El verano más am Vista general del parque de atracciones Tívoli World de Benalmádena.argo de Tívoli / SERGIO CAMACHO (Benalmádena)

El Parque de atracciones y espectáculos Tívoli World de Benalmádena ha pasado uno de sus veranos más amargos con la declaración por parte del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga del concurso de acreedores necesario de la empresa que explota el recinto –sumado al periplo judicial existente por la propiedad y posesión de los terrenos e instalaciones-, y los efectos generados por la pandemia de Covid-19, que ha influido en su facturación.

Aun así, el parque “ha funcionado con normalidad” y este verano ha registrado una afluencia que ha estado “por encima de las expectativas” previstas, a lo que ha ayudado la participación del recinto lúdico en la campaña turística que ha desarrollado el Consistorio durante la temporada estival, registrándose la entrada de “más de 15.000 niños” menores de 12 años, aseguró José Luis Guzmán, que lleva al frente de las relaciones públicas de Tívoli 30 años.

La temporada alta la definen desde el parque como “satisfactoria” desde que abrieron las instalaciones en el mes de julio, donde se han implementado las medidas de seguridad e higiene para prevenir la propagación del coronavirus, como “la obligación de entrar con mascarillas”, el mantenimiento del “distanciamiento social, la higienización en todas las atracciones, taquillas, bares y aseos” y “la limitación de aforo al 60 %”. Además, el “Pasaje del Terror y el Parque de bolas han permanecido cerrados”.

La crisis sanitaria y económica no ha impedido así disfrutar este verano de un parque de atracciones que es considerado un emblema de la Costa del Sol, y por supuesto de la ciudad de Benalmádena, aunque “lógicamente” sí ha afectado a la facturación con respecto al pasado año, refirió Guzmán, quien destacó que “apenas hemos tenido visitantes extranjeros y la respuesta del público nacional ha sido fantástica, por lo que nos sentimos muy satisfechos de cómo ha ido la temporada a tenor de cómo apuntaba la situación”.

Tívoli World cerró sus puertas a mediados de septiembre y su futuro inmediato dependerá del informe que realice el administrador concursal nombrado por el Juzgado en agosto, el letrado Juan Antonio Sánchez, que tiene hasta este mes de plazo para confeccionarlo, según relató, aunque ha solicitado una prorroga “de dos meses más” debido a que no ha dispuesto “de la documentación que tiene que presentar la concursal" hasta el inicio de este mes, sumado al período vacacional. Espera tenerlo presentado en el mes de “octubre”, precisó.

Sus facultades son, según explicó, las de “intervención y sustitución, tanto en la administración como en la disposición del patrimonio societario” de la Compañía Internacional de Parques y Atracciones SA (CIPASA), que es la empresa declarada en concurso necesario y explotadora del parque desde su compra en 2004, y está vinculada al empresario cordobés Rafael Gómez, más conocido como Sandokán.

En este sentido, detalló que primeramente elaborará un informe para comprobar “cuáles han sido las causas que han llevado a esta sociedad a una situación de insolvencia”, para lo que tendrá que confeccionar “las masas activas y pasivas” y “ver cuál es la viabilidad del parque”.

Tras la presentación de este documento al Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Málaga, el siguiente paso será abrir “una solución de convenio del concurso o liquidataria” de los activos. En este último caso, especificó que el procedimiento legal contempla el pago a los acreedores “con el producto de la venta” de aquellos “hasta donde llegue esa tesorería”.

A falta de examinar toda la documentación, que aseguró ha recibido en un plazo reciente al inicio del mes de septiembre, sus primeras impresiones sobre el espacio lúdico están relacionadas con la crisis que atraviesa el país. “La situación económica actual nacional y en el sector del turismo principalmente son las que son y eso dificulta mucho la viabilidad de cualquier empresa del sector del ocio y turístico”. “Ésta es una situación que tenemos que ir valorando y viendo cómo va afectar al desarrollo del parque”, estimó.

El concurso de acreedores necesario ha sido solicitado por Tremón, un grupo inmobiliario que compró en 2007 el parque en el marco de una operación más amplia al empresario cordobés Rafael Gómez, y que finalmente derivó en un conflicto judicial por una presunta falta de pago. Por ello, Sánchez explicó que el Juzgado considera a Tremón como “acreedor en base a la pretensión que articuló en su momento en un procedimiento judicial contra Cipasa” y “le otorga legitimación para solicitar la declaración”.

Entre los principales deudores de la compañía están las Seguridad Social y la Agencia Tributaria, que a expensas de revisar toda la documentación, acarrea una deuda “en torno a los 9 millones de euros”, la “mayor parte” de esta cantidad a ambas administraciones, aseguró el letrado.

El abogado recordó que el litigio judicial iniciado entre estas dos empresas “afecta a la propiedad y la posesión de los terrenos y las instalaciones del parque de atracciones Tívoli y que está pendiente de resolución por el Tribunal Supremo”. Surge como consecuencia de “un contrato marco celebrado entre las dos”, donde “hay una serie de negocios jurídicos entre ambas, que son los que han provocado el procedimiento”, que está por resolver en los juzgados. Sánchez señaló que el periplo judicial se inicia “por Tremón contra Cipasa, que tiene una sentencia favorable en primera instancia”, mientras que la segunda compañía “ha recurrido en casación al Tribunal Supremo y está pendiente de resolución”.

El alcalde de la localidad, Víctor Navas, ha mostrado en varias ocasiones una visión positiva sobre la declaración del concurso de acreedores necesario de Tívoli, ya que lo considera una “oportunidad” porque el parque estaba en una “situación de precariedad y de falta de inversión” debido a que “no se sabía quién era realmente el propietario”.

El regidor destacó que el Ayuntamiento siempre ha tratado te “desbloquear” la situación hablando con las partes y buscando inversores, asegurando que “hay empresas interesadas en explotarlo, pero que por la situación que había, no se atreven”. Por ello, aseguró que una vez que el administrador concursal demuestre que “Tívoli es viable, que es rentable”, desde la Administración local se trabajará para dar “el máximo nivel de protección urbanística al propio parque de atracciones” y “para promocionar la marca Tívoli”.

Navas estimó que la viabilidad del parque de atracciones es posible porque “es un elemento esencial, un foco de atracción turística que es rentable” y que “ha estado funcionando prácticamente sin inversión durante los últimos años, generando un volumen importante de rentabilidad”. “Imagina si está bien gestionado” y “con un plan de inversiones previsto”, resaltó.

Sobre la plantilla, apuntó que “se encuentra tranquila y aliviada” frente a la “incertidumbre constante” en la que ha permanecido todos estos años.

El munícipe recordó que Tívoli cuenta con “un auditorio de 3.000 localidades que nada tiene que envidiar ni al Marenostrum de Fuengirola, ni al Starlite de Marbella, y que durante mucho tiempo fue realmente el lugar de conciertos de la Costa del Sol”.

“Nosotros confiamos plenamente en la rentabilidad del parque y es algo único, emblemático y un polo de atracciones”, valoró el alcalde, quien no dudó en poner en valor el “elemento vintage” y “romántico” de Tívoli, como su Tiovivo, La Montaña rusa o La Noria, que “son atracciones que no verás en ningún otro porque son de los años 70 y 80 y cumplen todas las normas de seguridad”.

Preguntado por las alternativas para Tívoli, Navas fue tajante: “Parque de atracciones y centro comercial”, apuntilló en relación al proyecto de centro temático, comercial y de ocio presentado por Tremón en 2017. “No hay ninguna otra alternativa si te refieres a residencial o viviendas, no está permitido”, asegurando que el Ayuntamiento va a proteger el espacio “urbanísticamente”.

En 2022 Tívoli cumplirá 50 años de historia, algo que Navas quiere “celebrar por todo lo alto, por lo que ha significado para Benalmádena y la Costa del Sol”. Fue en 1972 cuando un grupo inversor de origen danés puso sus ojos en la comarca y construyó el parque de atracciones “simulando el complejo de Copenhague, en Dinarmarca”, con el mismo nombre. La gerencia más destacada la asumió un año después la familia danesa Olsen en 1973 hasta que se vendió a Sandokán en 2004.

Durante su evolución, Tívoli experimentó en la década de los 70 un “boom” al ser el único parque de estas características que existía en la zona; se “estabilizó” en los años 80, donde “bajó un poco al final”; mientras que en los 90 se “reactivó” y “ha ido navegando en cifras estables hasta la actualidad, según relató su relaciones públicas.

En un principio, el recinto se creó para un público objetivo que rondaría el 80 % de visitantes extranjeros y un 20 % de turismo nacional, invirtiéndose la fórmula años después al comprobar que el mercado autóctono marcaba la pauta de las visitas anuales, pasando la estrategia comercial de ofrecer “un único precio con todo incluido, a uno módico de entrada” y pudiendo optar dentro a las distintas alternativas.

Destacado fue el escenario del Teatro de Tívoli, por donde han pasado las principales figuras nacionales e internacionales de cada época como James Brown, Montserrat Caballé, Julio Iglesias, Isabel Pantoja, Rocío Jurado, Miguel Bosé, Sergio Dalma, Miguel Ríos, Lola Flores o Mecano, entre otros.

La oferta de atracciones mecánicas ha sido otro de los incentivos del espacio lúdico, con más de 37 para todas las edades, resaltando el Pasaje del Terror, que fue inaugurado por el mito de Hollywood Anthony Perkins, y que marcarían un antes y un después en su historia.

Por las instalaciones de Tivoli han pasado en sus 48 años de permanencia más de 30 millones de personas de todas las edades y nacionalidades, siendo el perfil de los visitantes el de un 40% de extranjeros y un 60% de nacionales en temporada baja, invirtiéndose esta tendencia en verano.

Fue a partir de 2005, ya bajo la explotación de Rafael Gómez, cuando se “informatiza” el parque y se acometieron una serie de reformas en las instalaciones de Tívoli en “los jardines, las fuentes, los viales, los locales comerciales, los restaurantes, etc”. Asimismo, se adquirieron nuevas atracciones mecánicas como El Saltamontes, la Noria gigante, la Torre de caída libre infantil y la impresionante Torre de caída libre de 60 metros de altura, incluso se adquirió un mini tren turístico con capacidad para 70 personas con acceso adaptado para minusválidos, que recorre las calles del parque facilitando la visita, según destacaron desde el espacio lúdico.

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