Un vestido para chuparse los dedos

Las celebraciones más especiales siempre están coronadas por un postre. Y es que el dulce no pasa de moda, en parte porque sus formas de presentarse se renuevan cada día. La cubierta laminada a base de azúcar, agua y glucosa, también conocida como fondant, no solo ha retomado fuerza sino que se ha convertido en un auténtico atractivo que inunda los escaparates de numerosas tiendas de repostería. Pero si creía haberlo visto todo sobre esta técnica, siempre habrá alguien dispuesto a sorprenderte.

Entre tartas, galletas y cupcakes, Silvia Rojas, encargada de la tienda Dariela's Cake, en Marbella, ha elaborado su propio vestido de novia tamaño real hecho con fondant. "Pasamos meses pensando cómo hacerlo, tenía que salir bien a la primera porque suponía un gasto muy grande", explicó esta marbellí. Empezó siendo un reclamo para atraer a la clientela, y asegura que en alguna ocasión le han llegado a pedir presupuesto para elaborar una tarta siguiendo el modelo. "Calculamos que el precio podía rondar los 6.000 euros. Es muy trabajoso, el vestido tiene 700 volantes, y cada uno de ellos hay que cortarlo, darle forma, tratarlo", comentó. En resumen, 20 kilogramos de fondant que muchos sueñan con convertirlo en la mejor guinda de las fiestas.

Pero no es el único modelo. Un vestido de noche de lo más dulce decora la entrada del establecimiento. Y ya se barajan nuevas ideas, como un vestido de gitana, entre otras tantas. "Gustan mucho, es raro el que entra por primera vez y no quiere hacerse una foto con él", agregó.

Para Silvia Rojas, maestra de profesión, la repostería creativa comenzó siendo una afición hasta que las circunstancias la llevaron a lanzarse de lleno a abrir su propio negocio donde esculpir, montar y elaborar con detalle dulces de lo más innovadores y, sobre todo, curiosos. Desde la apertura de la tienda hace dos años no ha dejado de formarse en la materia de la mano de grandes artistas como la londinense Peggy Porschen, Patricia Arribalzaga o Loleta Linares.

Pero, sin duda, una de las tareas con las que más disfruta su trabajo es con los talleres de repostería dirigidos a adultos y al público infantil. "Son clases muy prácticas donde los alumnos se van con las nociones básicas para poder ponerlas en práctica en casa", manifestó. Iniciación a la tarta fondant, manga pastelera, flores de azúcar, galletas o cupcakes son solo algunos de los cursos que pueden realizarse en este local, aunque ya están en marcha nuevas ideas como un taller de aerografía, de chocolate, e incluso de helados. La duración de los mismos oscila entre las dos horas y media hasta varios días -dependiendo del taller-, y los precios, desde los 25 euros para los talleres dirigidos a niños, y los 50 para los adultos. "Echas muchas horas pero es un trabajo creativo y satisfactorio", expresó Rojas.

Por último, también se celebran cumpleaños donde los más pequeños podrán ponerse el delantal y preparar la masa de las galletas, recortar las formas y disfrutar de una rica merienda con su grupo de amigos.