Málaga

Un viaje a Churriana, ¿en autobús?

  • Se tarda más en llegar al distrito 8 desde el centro usando el transporte de la EMT que en ir a Granada en turismo particular

Un usuario de la EMT que desee ir a Churriana desde el centro histórico de la capital tarda más que si coge su coche y se va a Granada de tapas. 51 minutos y 50 segundos es la duración oficial del trayecto, según se indica en la web de la propia Empresa Malagueña de Transportes (www.emtmalaga.es). La realidad es que suele tardar una hora y media, algo más del tiempo que se consume en llegar en un turismo privado a la ciudad nazarí, que está apenas a una hora de la capital de la Costa del Sol. Los vecinos del citado barrio se quejan de esta situación, pero el Ayuntamiento, en la persona del concejal de distrito José Hazañas, dice que "no hay solución posible". Según parece, al menos de momento, lo que es, es.

"Hay que recordar que la compañía Portillo tiene una lanzadera directa y, según una cláusula de la concesión, hay un porcentaje del trayecto en el que no podemos coincidir, por eso hemos buscado vías alternativas", explica Hazañas. Sin embargo, los vecinos consultados por este periódico también se quejan de este servicio, cuya frecuencia es de 45 minutos. Los churrianeros muestran poca credibilidad en el servicio público de transporte.

La frecuencia de ambos autobuses será mayor, según Hazañas, "si aumenta el número de pasajeros". El planteamiento es como la pescadilla que se muerde la cola, pues no habrá más usuarios, si no se ofrece algo mejor. De hecho, salvo las personas jubiladas, muy pocos son los vecinos de Churriana que usan el autobús, según aseguran distintos colectivos vecinales. "Esto parece un bus turístico más que un servicio de la EMT. Para alguien que no tenga nada que hacer, está estupendo, pero no se puede perder toda la mañana en bajar al centro a un simple recado", asegura Andrés Gómez, presidente a la asociación de Viñas de la Sierra, uno de los núcleos periféricos del distrito, donde siquiera llega el autobús.

El trayecto de la línea 10 de la EMT, la de Churriana, realmente da más vueltas que el bus turístico de la capital. Sale de la Alameda, como la mayoría de líneas, y coge rumbo a la Avenida de Andalucía. Luego se desvía hacia calle Cuarteles y recorre la Carretera de Cádiz completa, obras del Metro incluidas. Esto entra dentro de lo normal, pero al salir a la Avenida de Velázquez, en lugar de seguir hacia el distrito, se desvía hacia el aeropuerto, pasa por el polígono anexo, sigue para Plaza Mayor y vuelve a desviarse hasta Guadalmar, donde realiza todo un tour. Entonces vuelve a pasar junto al citado centro de ocio, pero tampoco sigue una línea recta, antes de llegar a Churriana, hace estación en Ikea. Una hora y media después, si el tráfico acompaña, el vecino de Churriana llega a su barrio.

Colectivos vecinales del entorno de Churriana, por otro lado, reivindican una línea circular dentro del distrito, pues núcleos como los de Cortijo de Maza, Monsalve, El Albaricocal, El Olivar o Viña de la Sierra no tienen autobús.

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