Seis vidas cruzadas por los trasplantes

Una malagueña recupera su vida normal tras una intervención de riñón pionera en España

Leonor García Málaga

28 de mayo 2013 - 01:00

Hay pequeños placeres en la vida que no se aprecian por simples y rutinarios. Pero hay una mujer que sabe valorarlos. Saciar la sed con un vaso de agua o acompañar a su hija al colegio eran lujos que hasta hace un par de meses no estaban al alcance de esta malagueña con insuficiencia renal crónica. Por imperativo legal debe mantenerse su anonimato. No hay fotos, ni nombres, pero sí una historia; conmovedora en lo personal y prometedora en lo asistencial.

Cuenta esta mujer que como estaba enganchada a la máquina de diálisis, acababa tan cansada que no tenía fuerzas para llevar o recoger a su niña del colegio. Ni podía beber agua cuando sentía sed dado que por su patología los riñones no le funcionaban y no orinaba. Así que tenía que consumir el menor líquido posible para que la diálisis fuera más llevadera.

Pero el pasado 12 de marzo cambió su vida. Se sometió a un trasplante renal de donante vivo. No fue una operación cualquiera. Ha sido el primer trasplante cruzado triple de España en el que tres personas han intercambiado en cadena sus riñones para curar a sus familiares. Su marido donó a un receptor en Barcelona y un familiar de otro enfermo renal de Cataluña le dio el órgano a ella. Tres parejas que mediante un dominó clínico han superado la enfermedad.

"Para mí ha sido volver a la vida. Estoy muy contenta y de salud me encuentro estupendamente. Hago vida sana, pero normal. No tengo limitación de agua, puedo comer fruta [antes limitada por su alto contenido de potasio] y puedo llevar y traer mi niña al colegio, que es un éxito para mí", relata.

La entrevista se hace por teléfono para garantizar que ni siquiera trascienda su imagen. El altruismo y el anonimato son dos pilares del sistema español de trasplantes. Un sistema que a esta mujer le ha devuelto la salud.

Esta malagueña empezó con problemas renales con apenas 17 años. Era muy joven cuando se sometió al primer trasplante que le duró 2,5 años. Luego tuvo que volver a diálisis. El segundo trasplante le funcionó 15 años. Justamente en el interín de esta segunda operación se quedó embarazada. Así que a pesar de su enfermedad, pudo ser madre.

Pero otra vez recayó y tuvo que volver a la máquina. Los dos primeros trasplantes habían sido de donante cadáver. Pero su caso se complicó porque debido a las dos intervenciones anteriores había generado anticuerpos. No valía cualquier riñón. Había que buscar un donante muy compatible.

Su marido, que lleva con ella desde que eran adolescentes y ha compartido sus sufrimientos desde el primer trasplante, se ofreció a darle uno de sus riñones. Pero las pruebas fueron demoledoras: no eran compatibles. Fue entonces cuando entró en el programa de donante cruzado, que consiste en que los familiares dispuestos a donar intercambien los órganos con enfermos desconocidos, pero con los que sí son compatibles.

Y eso fue lo que hizo su marido. Dar un riñón a un desconocido que tenía el mismo problema que su mujer, para que ella recibiera el órgano que necesitaba. "Para mí es como si ella llevara mi riñón. Yo aconsejo a las personas que sean donantes porque es regalar vida. Ahora, gracias a Dios y a los médicos podemos hacer una vida normal", explica. El coordinador de Trasplantes de Málaga, Miguel Ángel Frutos, destaca que el marido no tiene que tomar ninguna medicación y que "va a vivir lo mismo que con dos riñones".

La mujer trasplantada no solo sabe su fecha de nacimiento. También recuerda al dedillo la de cada uno de sus tres trasplantes. No es para menos. Dice que estas intervenciones le han dado la oportunidad de "vivir otra vez".

stats