Los vinos de Ronda, embajadores internacionales
Diversas bodegas han logrado introducir sus referencias fuera de las fronteras españolas y en algunos casos las ventas representan hasta un 40%
Málaga/Los vinos de Ronda, tras consolidarse en el mercado como uno de los referentes de calidad, también traspasan fronteras y se han convertido en embajadores en diferentes regiones del mundo. Existen diversas bodegas que tienen presencia en el mercado internacional, representando ya en algunos casos una parte muy considerable de sus ventas anuales. Algunas de las firmas rondeñas ya tienen en el mercado exterior alrededor un 40% de su facturación, como es el caso de la bodega Los Aguilares, una de las de mayor tamaño en la zona y que elabora entre 100.000 y 120.000 botellas al año.
Canadá, Finlandia, Nueva Zelanda, México, China o Singapur son algunos de los mercados en los que están presentes sus referencias de forma estable, en especial, aquellas de gama alta. Pago del Espino, Tadeo y Pinot Noir, un vino este último que cuenta con tres medallas de oro, son los más reclamados en estos países, a los que también se suman los destinos de Europa a los hace tiempo que lograron acceder. Precisamente en centro Europa se encuentran los destinos con un mayor volumen de ventas, como es el caso de Suiza, Alemania y Bélgica. “Son países en los que vendemos muchísimo, es nuestro gran mercado fuera de España”, asegura la directora técnica de la bodega, Bibi García.
Pero la presencia internacional no se limita a una de las bodegas de mayor tamaño de la zona, aunque pequeña en comparación con las grandes regiones productoras de España. En el lado opuesto se encuentra la bodega Schatz que con tan solo algo más de una hectárea de viñedos y una producción de 15.000 botellas de vino ecológico también logró conquistar el mercado exterior. Para Schatz, una de las bodegas impulsoras de la recuperación de la viticultura en la Serranía de Ronda, las ventas en el exterior representa un 50% de la salida que tiene su selecta producción. Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica e Inglaterra son sus principales mercados en Europa, aunque también exportan a Estados Unidos, Canadá, Japón y China.
Otra de las bodegas que también logró llegar al mercado exterior fue La Melonera, cuyos vinos ya están presentes desde hace unos años en Noruega y Bélgica. Más recientemente han conseguido cerrar un acuerdo con dos grandes importadores para tener presencia permanente en Estados Unidos, lo que llevó a que el 40% de sus ventas venga ya de fuera de las fronteras españolas. Su enóloga, Ana de Castro, explicó que en su caso en el mercado estadounidense les funcionan muy bien los vinos denominados Encina de los que elaboran tinto y blanco, mientras en el mercado europeo son aquellos de un mayor valor los que tienen más presencia. Además, esta bodega tiene la particularidad que utiliza variedades autóctonas que han sido recuperadas para la elaboración de algunas de sus referencias.
En el mercado internacional también está presente otra de las bodegas más antiguas de la zona, Descalzos Viejos, que desde sus instalaciones ubicadas en un antiguo convento trinitario a las faldas del Tajo de Ronda envía vino de forma a California (EEUU), Bélgica, Holanda, Suecia y Suiza. Además, también han iniciado la venta en Alemania, aunque todavía con una pequeña proporción. A ello suman que también están presentes en el mercado asiático con puntos de venta en Tokio, Singapur, Hong Kong o Taiwán. “Esta parte va mucho más lenta a causa de la pandemia”, explicó Flavio Salesi, uno de los propietarios.
Unos puntos de venta regulares que dan salida a alrededor de un 15% de su producción y a los que se unen los envíos a particulares y, en muchos casos, compras directas que realizan los extranjeros residentes en la Costa del Sol que posteriormente se llevan el vino a sus países de origen, lo que representa otra importante oportunidad negocio.
En cuanto a los vinos que tienen una mayor presencia en el exterior, en su caso de trata de sus tintos DV+, DV y su blanco DV Chardonnay, aunque también tienen presencia a menor escala el resto de variedades que elabora la bodega.
Otra de las bodegas que también logró llegar iniciar las ventas en el mercado internacional ha sido Lunares, que en función del año suele enviar entre un 5% y un 10% al exterior, en especial de su blanco y su tinto de gama alta Altocielo.
Son solo algunos de los ejemplos de las bodegas rondeñas que han logrado convencer con sus vinos a clientes internacionales, a pesar de se una región productora de muy pequeño tamaño tanto en número de hectáreas como en producción de botellas, además de ser relativamente reciente la recuperación del sector en comparación con zonas productoras históricas.
No obstante, son ya más de una veintena de bodegas las que existen en la Serranía rondeña, que también han conseguido convencer al mercado nacional y de proximidad en el que un primer momento costó casi más entrar que en el internacional.
De hecho, otra de las principales bodegas rondeñas, Doña Felisa, destina sus más de 100.000 botellas anuales al mercado local, principalmente a la Costa del Sol.
Unos vinos que todos tienen en común su recogida manual de la uva, en muchos casos durante la noche, y un cuidado del viñedo en el que se busca potenciar la calidad frente a la producción, por lo que se realiza una poda en verde para eliminar parte de la uva y así evitar estrés a la planta ante una carga mayor de racimos.
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