EdDy Tabora. periodista y Premio Libertad de prensa de la cátedra unesco

"La violencia no es el único problema para un periodista en Honduras"

  • La Cátedra Unesco de la UMA reconoce la lucha por la seguridad de los profesionales en Honduras

Eddy Tabora, ayer, en el Rectorado de la Universidad de Málaga.

Eddy Tabora, ayer, en el Rectorado de la Universidad de Málaga. / dani pérez / efe

-¿qué supone que la Cátedra Unesco reconozca el trabajo del Comité por la libertad de expresión en Honduras C-Libre?

-Que se nos reconozca el trabajo que realizamos en medio de tanta hostilidad, de tanta situación de violencia que vive el país, es muy importante. Aunque genera un sentimiento encontrado. Por un lado nos aporta alegría, pero por otro el premio implica que alrededor de todo esto hay muchísimas víctimas. Y la Catedra Unesco supone para las libertades públicas un baluarte de reivindicación de estos derechos tan importantes. Este premio nos da más fuerza para seguir haciendo este trabajo, hay muchas cosas por las cuales luchar en libertad de expresión y derechos humanos.

-¿Ser periodista es una profesión de riesgo en Honduras?

-Todas aquellas personas que se dedican a buscar, a recibir y difundir información, tanto periodistas como aquellos ciudadanos que divulgan a través de las redes sociales, están en alto riesgo. Todos aquellos que cuestionan la forma de cómo se administra y manejan los recursos, de cómo se gobierna, los análisis sobre corrupción, seguridad pública, narcotráfico o violencia están en el centro de posibles ataques.

-¿Qué tipo de ataques?

-Pues por un lado están los ataques a la integridad física y psicológica y por otro, las múltiples amenazas legales al ejercicio periodístico. Es una labor que se genera con una condición que no tendría que ser necesaria para este oficio, la valentía. A las personas que abrazan esta necesidad de que la gente se de cuenta de lo que ocurre se les cataloga como personas valientes, pero esperamos que algún día cambie esta situación y el ejercicio del periodismo no implique esto necesariamente.

-¿Qué está ocurriendo en Honduras?

-Que las condiciones democráticas no son buenas en este momento y estos derechos en situaciones de crisis se vuelven preponderantes para la población, para que nos demos cuenta de lo que está ocurriendo y podamos tomar mejores decisiones políticas.

-Desde fuera Honduras no se ha visto como un país tan peligroso como otros de América Latina...

-Ahora hay mucha hostilidad contra los periodistas extranjeros, para los que llegan con la intención de informar de una manera profunda de lo que ocurre. La población está en una situación de indefensión. El contacto con el estado es para recibir agresión. Además, mucho de lo público se ha fusionado con la criminalidad organizada, con el narcotráfico, y eso genera una situación bastante peligrosa. La ciudadanía está en una situación de mucha precariedad con los derechos básicos, como el derecho a la vida. Alrededor de 75.000 personas han sido asesinadas desde 2003.

-¿Hay, entonces, una gran impunidad?

-Tremenda. Solo el 10% de estos crímenes han sido investigados. Muchos de esos asesinatos han sido cometidos por fuerzas de seguridad. Cuando la población manifiesta en la calle su descontento en tres días se asesinaron 15 personas por parte de los militares. La democracia está en una terrible crisis tras el golpe de estado. El 63% de la población vive en la pobreza, de ellos, el 42% en extrema pobreza. Esos son índices que habían mejorado antes del golpe de estado y hemos vuelto a valores anteriores al año 2000.

-¿Cómo vive un periodista su día a día en Honduras?

-La violencia no es el único problema para los periodistas. Hay otros extremadamente graves. Los medios de comunicación están en pocas manos y éstas responden a los intereses de los empresarios. Los periodistas no pueden decir lo que piensan. Algunos pagan su espacio en los medios y aún así se les censura. Hay un gran control mediático. Creo que Honduras es el único país del mundo que tiene una ley de cambio de publicidad oficial por impuestos, y no solo del medio en cuestión, sino de todas las empresas del empresario.

-¿Cómo se puede decir la verdad?

-Es muy difícil. Hay un gran cerco legal, hay mucha legislación que puede generar el cierre del medio muy fácilmente. Y las alternativas que hay de radios comunitarias, por ejemplo, no les dan permiso. Y si abres una frecuencia libre, también es un delito y son hostigados judicialmente. Se han puesto de moda las acusaciones por injurias y calumnias, en los últimos dos años se han interpuesto 15 contra periodistas y líderes de opinión. A esto hay que añadir la Ley de Secretos Oficiales que genera un manto de oscuridad tremendo sobre las instituciones. Si publicas algo sobre esto, igualmente estás delinquiendo.

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