La vida vuelve a las aulas de La Cónsula bajo la tutela de Empleo

Hubo abrazos y encuentros en una mañana fría mientras se esperaba a que el resto de alumnos llegase a La Cónsula. En parte, se podía considerar como la celebración callada e íntima de una victoria. Aunque no completa y mirada con cierto recelo. En el comedor del restaurante, ese mismo que hacía días había sido lugar de reivindicación, la secretaria provincial del Servicio Andaluz de Empleo recibía a los estudiantes para darles la bienvenida y pedir un regreso a las clases "con la máxima naturalidad". Así se inició ayer una nueva etapa tutelada por el SAE con el compromiso de no bajar ni un ápice la calidad de la formación de la escuela. Algo que ponían en duda los estudiantes al saber que aún no hay fecha para abrir el restaurante.

"Se trata de reanudar la formación para que puedan finalizar toda la adquisición de sus conocimientos y competencias, el equipo de trabajo ha manifestado su máxima colaboración para que podamos llegar a ese objetivo y yo creo que los alumnos también han prestado su disposición", dijo ayer la secretaria provincial del Servicio Andaluz de Empleo, María del Carmen López. En cuanto al restaurante, explicó que "el SAE no lleva ningún centro que tenga gestión de ingresos, algo que tiene que estar regulado y habrá que estudiarlo. Conforme se vaya normativizando el objetivo es que si el restaurante estaba dentro del proyecto formativo esté, pero cuando se hayan resuelto temas jurídicos y administrativos".

Pero no pudo poner una fecha a ese proceso. "Entendemos que uno de los valores de las escuelas de hostelería es la realización de sus prácticas en un entorno real y de calidad como es éste y estamos trabajando para resolver esto, un asunto en el que participan distintas instancias de la administración", destacó López.

Miguel Ferrer, jefe de estudios del centro, satisfecho con este "paso adelante", apuntó que los alumnos "han perdido entre dos y tres meses de clase pero hay disposición de recuperarlo si todos arrimamos el hombro, se podría prolongar el curso". Ferrer indicó que los dos cursos "se podrían quedar junio y julio dando clase para irse de prácticas en agosto, de esta forma, los docentes estiman que daría tiempo a impartir la materia". En cuanto a las prácticas, el jefe de estudios reiteró lo dicho por el SAE. "Todavía no tenemos la estructura para abrir el restaurante porque no sabemos cómo gestionar estas ventas, pero lo que sí tenemos es disposición económica para hacer prácticas en el restaurante". Ferrer destacó que cocinarán todos los días de la semana y resaltó que "no van a notar la diferencia, van a cocinar para una persona y les va a dar igual que sea del centro o de fuera, van a rotar por todas las partidas como siempre se ha hecho".

El profesor de sala José Antonio Jiménez propuso ayer dar clases de refuerzo por las tardes para los grupos de segundo. "Las prácticas las tendrán de 11:00 a 15:00, se haría un comedor nivel 1 para alumnos y en el restaurante haríamos un comedor nivel 2 que se abriría cuatro días a la semana y uno lo utilizaríamos como monográfico, por ejemplo, de aceite, de corte de jamón, de vino, de trinchado...", apuntó Jiménez. También iba a lanzar la posibilidad de que los de segundo puedan continuar en septiembre y octubre para terminar el temario. En cuanto a la compra a proveedores, desde el centro afirmaron que se hará como hasta ahora, puesto que las facturas no llegan a la cantidad mínima para convocar un concurso público. Eso sí, "ahora la autorización tiene que venir del SAE", dijo Miguel Ferrer.

Aunque la satisfacción no era del todo compartida por los alumnos. "Parece que por fin llega la solución pero no es completa", dijo Nelson de Arcos. "No es lo mismo trabajar para el centro que en un restaurante real".