El yate del bienestar

Recién entregado a su propietario, este yate presenta un diseño interior basado en la filosofía japonesa Wabi-Sabi, la conciencia ecológica y el cuidado de la salud de sus tripulantes

Ilustres noráis malagueños

Yate 'Nasiba' atracado en el muelle número uno junto a la Farola
Yate 'Nasiba' atracado en el muelle número uno junto a la Farola / Juan Carlos Cilveti

Si han paseado recientemente por el muelle número uno, a la sombra de la Farola, seguro que se han fijado un yate pintado de verde. Y aunque esta tonalidad que muy bien podríamos calificar como verde Guardia Civil ya significa a este barco de recreo privado, creo que sorprenderán cuando les reseñe algunas de los secretos que alberga este buque llegado a las aguas malacitanas hace tan solo unos días.

Luciendo el nombre Nasiba y navegando bajo la bandera de las Islas Caimán, lo primero que habría que mencionar es que este yate de 44,3 metros fue entregado en octubre del presente 2025; una circunstancia que posiciona a Málaga como uno de los primeros puertos que ha visitado. Construido por los astilleros italianos Cantiere Delle Marche, este barco de cuatro cubiertas del que se mantiene por el momento el secreto de quién es su propietario y cual ha sido su coste, con una habilitación para una docena de pasajeros repartidos en seis suites y una tripulación compuesta por 14 personas, participa de la muy especial singularidad de sus interiores; un diseño firmado por un estudio inglés que ha centrado su trabajo en decorar al Nasiba siguiendo la filosofía japonesa Wabi-Sabi.

Y así, este yate, construido con una alta conciencia ecológica y consciente con la salud, según sus diseñadores, es un firme exponente del diseño biofílico, una circunstancia que pasa por el uso de tonos terrosos, texturas orgánicas, iluminaciones suaves y materiales táctiles que pretender mejorar el bienestar humano.

Frente a estas especificaciones que, dicho sea de paso, mantienen la estabilidad de los ritmos circadianos del cuerpo, este yate, que ha sido construido con materiales con bajo contenido de compuestos orgánicos volátiles que minimizan los campos electromagnéticos, ofrece a sus pasajeros entre otras muchas cosas muebles de madera caída de 250 años de antigüedad, alfombras 100% de lana tejidas a mano, utensilios de porcelana teñida con pigmentos orgánicos y objetos de cerámica y arcilla tratados con lacas no tóxicas.

Uno curioso barco privado de recreo que, además de su llamativo color verde exterior, posee unos interiores donde, al parecer, se respira una atmósfera muy especial.

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