Cuatro meses sin ver portería sería demoledor para cualquier delantero. Blanco Leschuk, sin embargo, está hecho de otra pasta. Conoce el juego como pocos, sabe cómo interpretarlo, lucha como pocos, no se queja, genera ocasiones para los demás... Son muchas sus virtudes y Muñiz lo sabe, por eso se toma con calma su sequía.

"Siempre que hay algunas situaciones especiales, hablamos con los jugadores. La misión del cuerpo técnico es que todos estén al máximo. Gustavo ha jugado con molestias, con diferentes dificultades, y no le podemos sacar ningún pero. Nosotros tenemos que trabajar para que cuando lleguen los partidos importantes todos estén en el mejor momento, él se sacrifica mucho", analizó Muñiz.

Siguiendo esta línea, el asturiano explicó que el argentino es mucho más que un killer: "Los delanteros tienen rachas, y hay delanteros que sólo viven del gol; ese no es el caso de Blanco, él ayuda al equipo en otras muchas situaciones, y el equipo lo agradece. Lo que tenemos que buscar es que, si le llega ese ansia, que no le perjudique, porque nosotros miramos otras muchas cosas".