Vuelve el fútbol a La Rosaleda tras más de tres meses por el parón colectivo del coronavirus. El 8 de marzo se jugó ante un equipo aragonés, el Zaragoza, y también de la misma región llega el Huesca, inmerso en la pelea por el ascenso a Primera, con opciones de subir directo y que tiene una experiencia reciente en Primera que le vale de señuelo.

El equipo oscense llegó el jueves a Málaga tras un viaje en uno de los chárters que está fletando LaLiga para que los equipos se desplacen con las máximas garantías sanitarias a sus lugares de juego. El cuadro dirigido por el ex malaguista Míchel lucirá en La Rosaleda un brazalete curioso, con boquerones dibujados y los colores blanquiazule de fondo al escudo del club.

"No perdemos las buenas costumbres, con los guiños al equipo rival en el brazalete de nuestro capitán. Esta vez se llena de escamas, poniéndonos en la piel de los 'boquerones', que esperamos no se nos indigesten", decía con cercanía y humor la cuenta oficial de Huesca para explicar los motivos de un brazalete curioso que se podrá ver en el regreso al fútbol en La Rosaleda.