El Málaga lleva tiempo con el partido de Fuenlabrada marcado con rojo. No es una salida cualquiera, es una cita en la que se pueden alejar fantasmas de manera casi definitiva si todo marcha bien, pero también un lugar donde no se puede tropezar o se le pueden dar alas a un adversario malherido. Por eso se quiere convertir el estadio Fernando Torres en una especie de Pequeña Rosaleda gracias al desplazamiento masivo de seguidores blanquiazules que, tal y como se preveía, se va a producir.

El Fuenlabrada cedió unas 400 localidades al Málaga para los aficionados que quisiesen ir al feudo madrileño. La progresión de venta es magnífica y en la entidad de Martiricos comienzan a sondear la posibilidad de pedir algunas más por si existe demanda. No se puede olvidar que quedan muchos días todavía para el encuentro, que será el sábado 19 a las 16:00 horas.

Excursiones no van a faltar. Las peñas se movilizan y ya hay varios autobuses repletos para el encuentro contra el Fuenlabrada. Gran parte de los expedicionarios serán miembros del Fondo Sur 1904, que estará ampliamente representado. Los precios están situados alrededor de los 30-35 euros. También la Federación de Peñas Malaguistas, que comunicó que llevará también varios autocares. Eso sin contar que habrá numerosos seguidores que irán en sus vehículos particulares o por otras vías.

Todo para reunir, como poco, a 400 aficionados malaguistas, algunos de los más ruidosos, en un estadio donde se cree posible generar un ambiente favorable y donde los locales vean cómo se resiente su localía.El Fuenla, donde recientemente ha aterrizado José Ramón Sandoval para sustituir a Sergio Pellicer, no suele contar con asistencias muy numerosas. En partidos con rivales de cierta cercanía se movió ligeramente por encima de los 3.000 espectadores, si bien en otras se mueve más cerca de los dos millares (alguna vez ni eso). El Málaga es un rival atractivo y la situación del cuadro madrileño es límite. Si así no acuden, sin duda será La Pequeña Rosaleda.