La Copa del Rey, el torneo fetiche de Schuster
El alemán logró seis títulos como futbolista y alcanzó cuatro finales, tres como jugador y una como técnico ● “Es una competición que se me da bien”, afirma el entrenador del Málaga
Bernd Schuster resopló tras el gol de Weligton que silenció El Madrigal. No es que se jugara el puesto en ese partido, pero su figura habría quedado sensiblemente tocada en caso de derrota. Si el empate contra el Villarreal aspira a ser un punto de inflexión, la Copa del Rey se presenta como una buena oportunidad para ganar crédito. Viene Osasuna, rival no inaccesible. Los lazos de Schuster con la Copa, no obstante, van más allá. Es su torneo fetiche, el que más alegrías le ha granjeado, sobre todo en su carrera como futbolista, siendo uno de los jugadores que más veces la ha levantado. Quién sabe si pensaba en ella como bálsamo tras el gol de Weligton.
Schuster ha ganado hasta en seis ocasiones la Copa del Rey. Todas ellas como futbolista. Ya siendo entrenador, ha alcanzado la final, aunque se ha tenido que conformar con el subcampeonato. Schuster ocupa el segundo puesto en el ranking histórico de jugadores con más títulos de Copa, con seis. Sólo le supera el vizcaíno Piru Gaínza, con siete. Ambos igualan en otra estadística, aunque menos exitosa: tanto Schuster como Gaínza saben lo que es perder tres finales del llamado Torneo del KO.
El alemán ha llenado su vitrina de Copas del Rey durante su estancia en los tres grandes clubes españoles: con el Barça se adjudicó tres (1981, 1983 y 1988); con el Real Madrid, una (1989); y con 7 Copas de Gaínza. Sólo el vasco tiene más Copas que Schuster, con seis (con Madrid, Barça y Atlético) el Atlético, otras dos (1991 y 1992). En las finales coperas, su adversario favorito fue el Madrid, al que ganó en dos ocasiones, una siendo culé y otra como colchonero. Ambos encuentros son especialmente recordados: el primero, por la famosa butifarra que dedicó al equipo blanco tras el tanto definitivo de Marcos Alonso; el segundo, por un golazo de falta desde 35 metros que encendió el Bernabéu, la que fuera su casa pocos años antes. Athletic, Zaragoza y Barça fueron sus verdugos en las finales de los años 84, 86 y 90, respectivamente.
Como entrenador su curriculum en Copa no es tan brillante, pero sí a tener en cuenta. En 2007 Schuster dirigía al Getafe que vio cómo un por entonces proyecto de estrella llamado Leo Messi le metía uno de los mejores goles de la historia, parecido al de Maradona a Inglaterra en el Mundial del 86. El argentino sorteó a todo rival que le salió al paso desde el centro del campo. El Barça ya se veía en la final tras vencer 5-2. "Hemos sido muy blandos, no hemos dado una patada a nadie", dijo esa noche Schuster. El conjunto catalán, preocupado por la integridad de su perla y pendiente de la Liga, dejó a Messi en Barcelona. Un Getafe imparable le remontó la clasificación con un 40 incontestable que coronó Dani Güiza. "Mi mejor día como técnico", celebraba entonces un eufórico Schuster.
Un Sevilla legendario no dio tantas facilidades en la final, en la que se proclamó campeón con gol de Kanouté. El mejor Sevilla de la historia le impidió ganar la Copa en 2007 al frente del Getafe Su buen hacer en el conjunto azulón le valió su fichaje por el Madrid, donde el Schuster entrenador ya no revivió su romance con la Copa. En su primer año al frente del equipo merengue fue apeado en octavos por el Mallorca; al siguiente, poco antes de ser destituido, el Real Unión de Irún protagonizaba el milagro de echar al Madrid en los dieciseisavos del Torneo del KO. Incluso jugando en Chamartín.
"Sí, la Copa siempre se me ha dado bien. Como jugador y como entrenador, porque en Ucrania también dejé al equipo en la final antes de marcharme. Y en Turquía pasó algo parecido. Por tanto, me parece que es una competición que se me da bien", dijo Schuster en una entrevista a este periódico en septiembre. Lo más lejos que llegó el Málaga en Copa fue a unas semifinales en el 73. En Schuster tiene a un maestro. Este domingo, primer test ante Osasuna.
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