Málaga CF | Entrevista a Dani Pacheco

Pacheco: "No puedo aparecer cinco minutos y desaparecer 20"

  • El centrocampista atendió a Málaga Hoy y completó un recorrido por su carrera y vida personal

  • Hace una radiografía sincera y crítica sobre su juego y el del Málaga

Dani Pacheco, jugador del Málaga CF.

Dani Pacheco, jugador del Málaga CF. / Javier Albiñana (Málaga)

Dani Pacheco (1991) salió tan joven de Pizarra y ha recorrido tanto mundo que Málaga era casi patria de vacaciones más que el hogar. Se siente extraño aunque feliz al mismo tiempo por el mero hecho de poder tomar un café con un amigo de toda la vida. Su regreso a Ítaca concluyó este verano. Llegó asumiendo sus galones de referente del proyecto, con valentía y responsabilidad. Asegura ser completamente feliz, pero le perturba no saber aún por qué no termina de brotar su fútbol en el campo vestido con la blanquiazul. No huye del debate y desprende sinceridad en un Málaga donde últimamente el mensaje es excesivamente comedido.

–Un partido como el del Reus, ¿conviene olvidarlo rápido o es mejor tenerlo presente?

–En mi opinión, una mezcla de las dos cosas. Olvidarlo mentalmente para pensar en el siguiente, que es igual de importante, sin olvidar todo lo que hicimos mal, las cosas que no hicimos y que no vuelva ocurrir.

–¿Cuáles eran sus sensaciones en el campo?

–Las mías, personalmente, que no estábamos unidos. Iba a presionar uno, iba a presionar otro, ni nos metíamos atrás ni íbamos hacia delante. Ellos se fueron sintiendo cada vez más cómodos y en mucho tiempo creo que ellos no han tenido un partido tan fácil.

–Es raro eso que dice, porque la identidad del Málaga es ser prácticamente el rival más incómodo de la categoría.

–Sabemos que cuando hemos estado a nuestro nivel, a nivel físico, mental y de todos los aspectos, somos un equipo muy duro, al que es difícil crear ocasiones. Es verdad que no hemos tenido mucho la pelota en algunos partidos pero sí la sensación de tenerlos muy controlados casi siempre. Y el otro día, nada de eso.

–¿Caló en el vestuario todo lo que se venía montando alrededor del Reus y del partido en sí?

–Evidentemente se habla de todo. Durante la semana nosotros queremos saber si vamos a jugar o no. Igual que ellos están en una situación incómoda, pero preparas la semana igual, pensando que vas a jugar. Por supuesto que no es ninguna excusa pensar que igual no se jugaba o que ellos fueran a venir tocados. Hemos cometido un fallo, por así decirlo, grave y no puede volver a pasar.

–La afición se molestó mucho en este partido, donde también se vivieron capítulos extraños como los aplausos y vítores al rival. ¿Cómo afecta eso desde dentro?

–Duele, obviamente. Pero ellos pueden opinar lo que quieran. Cuando te aplauden, cuando te pitan. Ellos toman las decisiones que les salen de dentro y nosotros no podemos decir mucho.

–¿Había vivido alguna vez algo semejante?

–No, realmente, no. En los sitios en los que he estado en Inglaterra se vive un poco diferente. En España ha ido siempre bastante bien. No lo había vivido, la verdad, pero repito, están en su derecho.

–¿Cómo le sentó ser sustituido al descanso?¿Se sintió señalado?

–Bueno, señalado no sé, pero no sienta bien. Yo sé que no estoy jugando bien y en el descanso tienes ganas de salir otra vez para cambiar eso. Pero el míster toma la decisión y hay que respetarla.

–¿Usted está contento con su rendimiento?

–No, para que nos vamos a engañar. Yo sé que puedo dar más y quiero. Y trabajar, trabajo para ello. En cuanto a actitud no creo que se me pueda reprochar nada. Intento estar a mi máximo nivel físico. Lo estoy, así que no es ninguna excusa. No estoy rindiendo por otros motivos que no son físicos, pero no sé cuáles son. Si lo supiese intentaría cambiarlo mañana mismo. Y ya está. Sólo puedo trabajar para hacer partidos buenos cada semana. Que alguno sí que he hecho.

–¿Desespera no saber qué está fallando?

–Sí, hombre, pero somos profesionales. Uno lleva ya tiempo en esto, intenta pensar, intenta ver los partidos repetidos o intenta hablar con el entrenador para ver qué se puede hacer para encontrarte mejor en el campo, con los compañeros, con la idea de juego del equipo... Son muchas cosas. Si el equipo juega más con balón yo me encuentro más cómodo. No tengo ningún problema en defender, por supuesto, como todos. Pero hay momentos de partidos en los que jugadores de mi estilo se ven más, otros en los que hay que currar y olvidarte de tocar el balón. Uno quiere jugar siempre bien, pero no siempre sale.

–¿Cuándo habló por última vez con Muñiz?

–Un día antes del partido, creo. Me felicitó por mi cumpleaños y tuvimos una pequeña conversación, me preguntó cómo estaba, que si era completamente feliz, yo le dije que sí, por supuesto, estoy en mi casa, con mi familia y en el club en el que siempre he querido jugar. Tengo la mente limpia, no hay nada que me impida dar mi máximo nivel.

"La última vez que hablé con Muñiz me preguntó si era completamente feliz", cuenta Pacheco

–¿Está cumpliendo con todo lo que le pide Muñiz?

–Yo intento darlo. Me pide que con balón sea yo. Algo que comparto es que en partidos como el de Almería, Mallorca y algunos ratitos de otros partidos, aunque no muchos minutos, cuando he estado bien con balón el equipo lo ha notado mucho. Robamos el balón, me llega a mí, la aguanto, mantengo el balón, hago a jugar al equipo... Eso lo tengo que hacer más veces, más continuo, no cinco minutos y luego desaparecer 20 minutos. Y sin balón me explica que él me pide un cinco. No me pide que defienda como Ricca, sino lo justo para estar bien para atacar. Defendiendo estoy dando más que un cinco y atacando estoy dando menos. Tengo que intentar dar la máxima nota en las dos facetas.

–Concluye la primera vuelta, ¿se puede hacer ya algún balance?

–Sí, se puede hacer, pero en esta liga hay que hacerlos a final de temporada. Yo he estado en descenso en diciembre y he conseguido el ascenso. No he vivido la otra parte, pero sí lo he visto en otros equipos. Al final es cada semana. Mire, pensábamos que íbamos a ganar al Reus fácil y fue al revés.

Dani Pacheco posa para Málaga Hoy. Dani Pacheco posa para Málaga Hoy.

Dani Pacheco posa para Málaga Hoy. / Javier Albiñana (Málaga)

–Los futbolistas y el mismo Muñiz mandan ese mensaje de la complejidad de la categoría, pero no termina de calar ese mantra en la gente, da la sensación de que se quiere el ascenso y se quiere ya.

–Sí, a ver, yo soy malaguista y malagueño. Conozco a la gente de aquí. Siempre he seguido al equipo los años que he estado fuera. No podemos cambiar lo que la gente quiere pensar. Y la gente quiere pensar, piensa y cree que estamos obligados a ascender sí o sí de manera, además, fácil. Y eso no es así. Lo que la gente diga tenemos que respetarlo y hacer todo lo posible por ascender. Pero puede darse o puede no darse. ¿Que estamos en la obligación de pelear por ascender? ¡Sin duda! Por presupuesto del equipo, porque este club tiene que estar en lo más alto y porque hay una afición detrás empujando cada semana. Pitando o aplaudiendo, pero están ahí. En otros sitios no están. Tenemos unas obligaciones pero que no son fáciles y hay mucha gente en Málaga que piensa que lo es. Me da coraje eso, porque estoy dentro. Si ellos estuviesen dentro, se darían cuenta de que no es fácil.

Dani Pacheco posa para Málaga Hoy en el estadio Ciudad de Málaga Dani Pacheco posa para Málaga Hoy en el estadio Ciudad de Málaga

Dani Pacheco posa para Málaga Hoy en el estadio Ciudad de Málaga / Javier Albiñana (Málaga)

–Pese a todo, el líder sigue a tiro del Málaga.

–Por eso. Yo he estado en el Alavés, ganando 1-0 y todos metidos atrás achicando agua y la gente estaba loca con el equipo por cómo defendíamos. Y aquí es diferente y ya está. En el sur de España la cosa es un poco diferente, los aficionados son más fanáticos, más hinchas,más pasionales. Para lo bueno y para lo malo. Cuando va bien, uno se siente un dios. Cuando va la cosa regular, es más complicado. No empujan tanto o ven las cosas distintas a como las vemos desde dentro. Si estamos defendiendo, pues estamos defendiendo. Hay que apretar, ayudar y defender. ¡Ojalá marcáramos el segundo! Si es lo que queremos. Pero si vas 1-0 y te están apretando, pues te toca defender. Parece que hay que ganar 4-0. Pero no aquí, digo en el sur. Yo estuve en el Betis y era igual. En el Sevilla pasa igual. Es la diferencia entre esto y lo que pasa de mitad de España hacia arriba.

–Hagamos el recorrido por su currículo. Ya nos ha dicho cómo es en Málaga y Sevilla. ¿Y en Madrid ya eso cambia?

–En Madrid estuve en clubes con no tanta masa social. El Rayo es diferente, su afición es especial. En Getafe ya se sabe cómo es, que es muy frío. Pero los que están apoyan siempre. Alcorcón es parecido a Getafe. No se puede comparar esa masa con la que hay aquí.

–Y dice que en Euskadi lo de defender se premia.

–Allí es una maravilla. Pero que no digo que aquí no se premie. El esfuerzo defensivo, cuando te tiras al suelo, cuando robas un balón, se premia también. La gente no es tonta. Sólo que, después de muchos años jugando en Primera y en Europa, la gente se cree que debemos arrasar y no se dan cuenta de que no es sencillo.

–¿Y cuál es la cultura inglesa?

–Creo que es más respetuosa que la española en general. Ven al futbolista como un trabajador, lo respetan. Es diferente.

–Fuera pueden ser más distantes, pero en el campo parecen lo contrario.

–Sí, bueno. También allí están más activados, quedan antes y sobre todo beben más alcohol que aquí [Risas].

–¿Cómo es vivir el Boxing Day?

–Es bonito. Toda la jornada, los diez partidos se juegan el mismo día y los de Segunda también. Los campos allí están llenos siempre, pero parece que ese día lo están más aún y que están más felices por la Navidad o por lo que sea. Tiene su parte mala si eres español y estás acostumbrado a pasar con tu familia las fiestas, te quedas sin eso. Pero si tienes suerte pues te la llevas allí y ya está.

–¿Y cómo ha vivido este último Boxing Day como aficionado?

–Guay, porque hacía mucho tiempo que no volvía a Liverpool. El club me trató genial, no me faltó de nada y sentí el cariño de la gente. Encima fue un partido bonito y atractivo.

–¿Por qué es tan especial el Liverpool?

–Creo que es porque se lo dan todo al jugador para que sólo tenga que preocuparse de jugar. Cuando llegas allí con tu familia te lo buscan absolutamente todo. Había detalles con los que alucinaba. Acompañan a tu mujer al médico si hace falta, van contigo a todas partes. Te lo hacen todo muy, muy fácil. En ese club, me refiero. No digo que en otros no pase, pero allí, mucho más. He tenido compañeros como Arbeloa y dice que en esos aspectos está muy por encima el Liverpool del Real Madrid. Entonces el jugador se siente como en deuda. Es que hacen todo para el jugador, su familia y sus amigos... Es un club muy fiel y muy especial.

"El primer día que llegué a Liverpool me recogieron en un coche y dentro estaba Torres; tenía 16 años y flipé"

–¿Tiene un punto familiar?

–Sí, sí, en el club trabaja la gente de toda la vida, las cocineras de la ciudad deportiva nos daban un beso a todos cuando llegábamos. Da gusto.

–¿Recuerda su primer día?

–Sí, el primer día estaba en un hotel. Me dijeron que me iba a recoger un taxi y era una furgoneta de estas negras con los cristales oscuros. Claro, yo estaba en la puerta esperando para no llegar tarde el primer día y cuando se abre la furgoneta, la puerta automática, estaba Fernando Torres dentro. Yo con 16 años y él acababa de marcar el gol de la final de la Eurocopa. Recuerdo que el camino duró 20 minutos y no dije ni media palabra. Yo lo miraba de reojo, flipando. Fue bonito.

–¿Y él no le dijo nada?

–Sí, pero tampoco es que sea un tío muy abierto y tal. Supongo que también tendría sus nervios, aunque fuesen menos que los míos. Me saludó, fue cariñoso y tal, pero yo estaba súper cortado. Imagínese, pasas de los cadetes del Barcelona a estar ya en el vestuario del primer equipo del Liverpool. Como estaba Rafa Benítez empecé a entrenar con ellos. Un salto muy grande.

–¿Usted cree que ha dado los pasos adecuados en su carrera?

–Eso nunca lo sabes. He dado los pasos que he tenido que dar. Cuando me fui a Liverpool pensaba que era lo mejor. Luego se tuerce un poco con la salida de Rafa (Benítez) y me paso un año entero sin jugar. Volví a jugar con el filial porque yo lo pedía para tener minutos de juego. Sí que es verdad que ya me sentía que no avanzaba. Yo quería jugar al máximo para que me viera el entrenador del primer equipo, pero ya iba viendo que sobraba en el filial. No mejoraba. Y sabiendo que no iba a tener oportunidades en el primer equipo, decidí salir. El primer sitio fue Huesca. Quizás yo esperaba algo mejor, pero es uno de los sitios donde mejor me he sentido. Volví a sentirme importante. Era una categoría como Segunda División, en la que yo no había jugado nunca.

–¿Y después?

–Hice muy buenos números y al año siguiente fui al Alcorcón. Era una apuesta personal de mi agente. Pensaba que Madrid era un buen escaparate porque hay mucha gente viendo fútbol. Fue bien, fue un año muy bueno. Después ya me fui al Betis.

"El Betis es una enfermedad, para lo bueno y para lo malo; abres un entreno y van 10.000 personas"

–¿Y el Betis también es tan distinto a otros clubes?

–Para mí sí, es un club muy especial. Están locos, están locos. En un entrenamiento a puerta abierta te encuentras a 10.000 personas. El Betis es una enfermedad. Buena y mala. Yo estuve un año y fue bueno, ascendimos. No pagas en restaurantes... de todo, de todo lo que le pueda contar. Pero el año anterior había descendido y tenía compañeros a los que casi les volcaban los coches con la familia dentro. El Betis es así, es extremista. O lo quieres o lo odias. Y el Sevilla igual, por lo que he podido vivir allí.

–¿Es un ascenso más que un título?

–Uf, por lo menos igual. Porque es el máximo logro que puedes conseguir si estás en Segunda. Aunque sea vía play off. Aunque yo he tenido la suerte de vivirlo y sabe mejor que el ascenso directo. Es una tensión increíble que no se la recomiendo a nadie. Bordalás siempre lo decía, que nuestro título era ascender. Así que yo he conseguido tres títulos muy importantes o cuatro con el de Inglaterra.

–A veces parece que es mejor llegar a la liguilla como sexto después de remontar que tercero tras quedarte a las puertas del ascenso directo.

–Se dice y a veces se ha visto que sí, que el que ha llegado sexto ha ascendido. Yo he vivido de todo. En el ascenso con el Getafe a play off quedamos terceros, a las puertas. Y aun así creo que en las eliminatorias fuimos superiores a todos. Pero nos medimos al Huesca, que llegó sexto pero nos daba un poco de miedo porque había ganado los últimos seis partidos. Al final el que llega último llega bien y con la mente un poco más limpia.

–Hablando de Betis y Getafe. ¿Con quién se queda, con Jorge Molina o con Molinero?

–[Risas] Fuera del campo... Con los dos estuve en Betis y Getafe. He vivido mucho con ellos, mucho bueno. El último año, que fue el peor para mí, me ayudaron mucho. Y dentro del campo los dos son unos profesionales increíbles. Pero como soy atacante me quedo con Jorge porque es un delantero al que no se ha valorado lo suficiente en España. Lo sigue demostrando con 38 años. Me parece un delantero increíble.

–Lo bien que le habría venido al Málaga.

–Creo que lo intentaron pero fue complicado. Habría sido bonito tenerle aquí.

–Más raro fue lo de Álvaro Jiménez.

–Sí, la verdad. Yo había estado con él en Getafe y me dijo que tenía muchas opciones de venir para aquí, que además su agente tenía muy buena relación con el club. Yo pensaba que estaba hecho. Además estuvo aquí un día y se presentó a la plantilla, estuvo en el vestuario. Y no sé lo que pasó. No le llamé, aunque tengo muy buena relación con él. También estaba recién llegado y andaba liado con mis cosas.

–¿Ha conocido ya a Seleznov?

–Sí, el lunes estuvo en el Anexo en el pequeño entrenamiento que hicimos pero no se entrenó, estuvo con los lesionados. Él se maneja en inglés.

–Pues a usted y N’Diaye sobre todo les va a tocar hacer de traductores.

–Sí, pero bueno, hay mucha gente más que se maneja.

–¿Es gol lo que le falta a este Málaga?

–Hombre, gol... Al final mientras más generes más opciones hay de hacer gol, evidentemente. ¿Si generas poco y marcas un gol te falta gol? Pues no, porque con poco has marcado. Si generas 50 y no marcas, pues a lo mejor sí te falta. Pero no somos un equipo que haya generado muchísimas ocasiones de gol. Falta que no los tenga que marcar sólo Blanco. Falta que yo marque, que Ontiveros marque, que Juanpi marque, que Harper marque más... Que todos aportemos. La culpa del gol no es sólo del delantero, tenemos que coger la responsabilidad todos.

"Al Málaga le falta que hagamos goles Onti, Juanpi y yo, que no todo recaiga en Blanco Leschuk"

–¿Y gente que genere juego falta?

–[Toma aire] A ver, tú ves un equipo con jugadores como Juanpi, como yo, como Onti... aunque él no es tan como nosotros y genera desbordando porque es un fenómeno en eso. Creo que jugadores como nosotros tres, que somos los que más minutos estamos teniendo en esa línea, y algunos más como nosotros, tenemos que buscar la manera de generar más. Querer, queremos. El problema es cómo. Si no encontramos la manera, en su mayor parte es culpa nuestra y en una parte más pequeña, de todos. De la manera en que jugamos, de que estamos muy atrás o muy adelante... En ello estamos. Cada semana vemos lo que se puede hacer para intentar que salgan más partidos como algunos que han salido.

–Volviendo a lo personal, ¿se siente raro después de tanto tiempo viviendo fuera y estando en Málaga sólo de vacaciones?

–Me siento bien, raro no. Pero no estoy acostumbrado. Soy muy feliz. Terminar de entrenar y poder irte a tu casa o tomar un café con tus mejores amigos... Eso es algo que no podía hacer. Lo valoras mucho ahora. Un simple café me hace feliz porque estoy en mi casa, lo conozco todo. No tengo que poner el GPS, sé dónde voy.

–Sabe dónde va pero está haciendo un poco de turismo. Se está pegando sus escapadas por los pueblos de la provincia.

–Claro, porque cuando venía sólo quería estar en mi pueblo. Me fui muy pequeño y ahora que estoy aquí aprovecho para conocer partes de Málaga que no conocía. Voy con mi novia y ya hemos visto Ronda, Nerja, Frigiliana, Casares... Vamos a desconectar y salir de la rutina, de la ciudad. A ambos nos gusta estar más tranquilos. Si ha ido bien el partido, pues a disfrutar desconectando. Si ha ido mal, pues a desconectar a secas [risas].

–¿Qué es lo que más le ha gustado a ella de Málaga?

–El tiempo. Ambos sabíamos que hacía buen clima, pero este invierno creo que está siendo demasiado bueno. Lo estamos disfrutando mucho. Hemos estado en el norte, en Madrid, en Inglaterra... En todos sitios hacía frío. Estar aquí en sudadera da gusto.

–¿Se ha sentido un poco guiri en estos primeros meses?

–Un poco quizás. Porque estoy viviendo en Fuengirola y la parte en la que vivo hay mucho guiri, pero me voy al pueblo cuando eso y ya todo cambia.

–Hablando del pueblo y de su infancia. Cuando era pequeño, ¿cuál era su sueño más grande, hasta dónde llegaba?

–Yo creo que jugar en Primera División y la selección española. Yo creo que cualquier jugador imagina esa camiseta, el color, el himno... Por suerte lo he vivido muchas veces en las categorías inferiores. El himno era algo que siempre emocionaba. Luego te vas haciendo más mayor y yo le decía siempre a mis amigos cuando venía: "Joder, acabo de pasar con el coche por la autovía, lo bien que estaría yo en este campo,entrenando todos los días y con mi familia". Y mira, ahora tengo la suerte.

–Los sueños se van adaptando a las edades. Igual de pequeño uno alucina más y de mayor empieza a desear cosas más cotidianas pero igual de valiosas.

–Sí, es como lo que decía antes. Tomarte un café con un amigo es algo muy normal. Pero para mí este año está siendo algo muy grande. Antes tenía que reunir el día que venía a 20 amigos para estar con ellos cinco minutos. Ahora quedas con uno u otro, más tiempo. Vas al pueblo cuando quieres. Que igual no vas en una semana, pero sabes que está ahí. La tranquilidad esa de algún día que esta uno más enfadado y sabe que va allí y vuelve mejor.

–¿Y cuando se enfada se pone también Manuel Carrasco?

–No sé, ha sido en los últimos años. Me gustan sus letras, cómo canta, me genera tranquilidad. Lo escucho bastante.

–¿Qué más aficiones tiene?

–Soy un enfermo del fútbol, me lo veo todo. Aunque cuando está la jefa también vemos La Voz o programas así, series de Netflix... Las vemos en inglés porque así mantenemos el idioma.

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