Tradicionalmente, los torneos internacionales han servido de escaparate para todo tipo de jugadores y para todo tipo de mercados. Un arco casi infinito. La Copa América puede que sea el mejor exponente. Clubes y ojeadores están al acecho de cualquier mirlo blanco que se pueda poner a tiro. Pero no sólo es caladero de futuros elementos, también sirve para reflotar a algunos que han perdido algo de peso en el mercado. En esa categoría entran los intereses actuales del Málaga.

El club de Martiricos necesita soltar lastre y los tres internacionales venezolanos lo son. Ya no es una cuestión meramente deportiva, es lo económico lo que prima. No ha sido nada del otro mundo esta Copa América para Roberto Rosales, Juanpi Añor y Mikel Villanueva, que ya están oficialmente de vacaciones después de que Argentina eliminase al cuadro vinotinto.

Venezuela cayó por 0-2 contra la albiceleste, dejando ya sin posibilidad de exhibirse a los blanquiazules. En realidad, el único que jugó fue Rosales, titular en su lateral derecho. Juanpi no tuvo minutos contra el combinado argentino y Mikel Villanueva, que no había empezado nada mal el torneo, fue baja por varicela. Una pena, porque en un césped en el que está Leo Messi siempre hay más ojos mirando. 

Los tres jugadores tienen contrato en vigor con el Málaga. Los dos defensas tienen firmado hasta el 30 de junio de 2020, mientras que el mediapunta llega hasta 2021. El caso de Juanpi es el que más preocupa al club. Primero porque tiene, de lejos, el sueldo más alto de la plantilla y seguramente de los cinco más altos de toda la categoría. Encontrarle salida será muy complicado.

Rosales sí viene de cuajar un buen año en el Espanyol y debe encontrar acomodo en Primera o alguna liga extranjera de nivel. Pero ya no es un niño y difícilmente alguien pagará una gran cantidad por un lateral derecho. Mikel, por su lado, puede que haya salido algo reforzado del torneo, pero su mercado en teoría es más modesto.