Visto su nivel, parece improbable que Joaquín Muñoz permanezca en Málaga el año próximo. Paradójicamente, cuanto mejor juega más difícil será que se prolongue el préstamo del Huesca. Pero el malagueño parece dispuesto a disfrutar completamente de una temporada con la que soñaba desde niño, cuando iba a La Rosaleda con la camiseta de su homónimo en la era Champions. Su paso por la cantera del Atlético de Madrid moldeó al niño que ya destacaba jugando en el Puerto Malagueño. Se curtió en Huesca y Miranda y ahora se disfruta de una versión aún joven de un jugador con hambre.

El de Miraflores sirvió de manera exquisita el gol a Luis Muñoz. que abrió el camino de la victoria ante el Sabadell y no podía ocultar su plenitud por lo que está viviendo. "El estar feliz en un sitio en el que se te quiere, te hace transformarte en el césped. Cada día estoy con más confianza”, explicaba el extremo diestro, un puñal por la banda. Antes de la asistencia ya bordeó el gol. “Sabía lo que había que hacer dentro del área, vi a Luis entrar y se la puse. Él hizo todo el trabajo", explicaba con gracia Joaquín, descarado también fuera del campo. No es el primer gol en el que le asiste.

“Los tres puntos van dedicados tanto a Pablo, que desgraciadamente ha sufrido una lesión que lo va a mantener al margen un tiempo, como a Calero, que ya está recuperándose con nosotros. Es bonito poder hacer un más tres en casa y poder brindárselo”, cerraba Joaquín, ya pensando en el partido de Logroño del próximo fin de semana.