El Málaga está inmerso en el último día de mercado con muchísimos deberes por hacer. Son horas frenéticas para la dirección deportiva mientras el equipo se desplaza desde Barcelona tras jugar en Girona el domingo, donde llegó la primera derrota de la temporada y se evidenciaron las carencias, pese al corazón exhibido por el equipo, que tiene la plantilla de Víctor.

Ya se explicó cuál es el problema con el límite salarial, pese a todas las salidas que se han dado (12 más Jony, cuyo caso está aún por resolver aunque juega provisionalmente con el Lazio) aún se está por encima y ello bloquea la inscripción de nuevos jugadores. En la antesala están los fichajes, Okazaki y José Rodríguez, más los canteranos Mula e Iván Rodríguez, que al cambiar su contrato cuentan como nueva inscripción. También están Simón Moreno, que incluso se ha entrenado con el equipo pero aún no firmó el jeque su contrato, y el argelino Benkhemassa, capricho de Al-Thani.

Munir, Cifu, Lombán, Tighadouini, Adrián, Luis Hernández, Juankar, Diego González, Rolón, Boulahroud, Renato, Keko, Juanpi y Dani Pacheco son los 15 hombres profesionales que tiene Víctor. Varios de ellos no cuentan. Más allá de la poca flexibilidad (el tope de canteranos por convocatoria es de seis y el de estar en el césped cuatro) que tiene Víctor tácticamente (la carencia de delanteros es alarmante), en cuanto llegaran las lógicas sanciones y lesiones, el panorama sería dantesco y habría verdaderos problemas para completar listas y no incumplir normas.

Así las cosas, cuatro hombres, por su elevado sueldo por el contexto actual, centran las llaves de esta última jornada. Juanpi Añor, Luis Hernández, Keko Gontán y Esteban Rolón. En menor medida, Mikel Villanueva y Tighadouini. El club plantea la fórmula que ha empleado el Las Palmas, en situación similar, la reducción de fichas a cambio de más tiempo de contrato. Luis Hernández y Juanpi, por ejemplo, tienen contrato esta temporada y alguna más. Son jugadores evidentemente válidos pero con sueldos prohibitivos, de otra época. Es una opción para ambos.

En otros casos, la resolución de contrato es otra opción, aunque la indemnización que recibieran computaría para el límite. El mercado de Keko menguó tras estar salpicado por la Oikos (su temporada en Valladolid no fue mala pero tampoco destacó) y además se arrastra la amortización del traspaso que se pagó en 2016 al Eibar. También existe ese problema con Rolón, comprado en 2017 a Argentinos Juniors. Ni en este momento de carestía de jugadores han contado como piezas básicas para Víctor.

Tighadouini entrena en el gimnasio habitualmente y su mercado se reduce. Y Mikel ha sido titular en los dos últimos partidos y su sueldo no es demasiado elevado en la media de la plantilla. No obstante, ahora mismo cualquier futbolista de los otros nueve que quedan es susceptible de salir si llega una proposición mínimamente atractiva en una jornada final de mercado que se presume de locos.

En esta coyuntura, Caminero ha avanzado en los fichajes de jugadores que vendrían desde filiales, fichajes del tipo Simón Moreno. La cantera del Atlético de Madrid, donde Manolo García Quilón tiene numerosos jugadores y que Caminero conoce bastante bien, más allá de su relación con el agente, es una vía a la que hay que estar atentos.