Málaga C.F.

Luis, héroe de barrio

  • El central es el primer futbolista crecido en Nueva Málaga

  • Se rehizo a una fractura de vértebra que casi le aparta del fútbol: "Lloraba casi todas las noches en la cama, perdí un año y medio"

Luis Muñoz, muy sonriente posa ayer en el césped de La Rosaleda.

Luis Muñoz, muy sonriente posa ayer en el césped de La Rosaleda. / reportaje gráfico: javier albiñana

Nueva Málaga rezuma juventud. Los estudiosos datan la génesis del barrio en los años 60. Pero fue construyéndose a impulsos y hasta la década de los 90 su fisonomía no se terminó de definir. La primera salida profesional como cofradía agrupada de la Hermandad de Nueva Esperanza fue en el 97, así que es una de las últimas en adherirse al circuito. José Luis Muñoz León nació ese mismo año. Joselillo. Ahora es Luis, un central de Primera División. El deportista de élite que le faltaba al barrio. Su tío Félix fue campeón de España de boxeo en la categoría de pesos pluma, pero nunca hizo el ruido que ahora despiertan sus casi 20 años.

Alexis, exmalaguista en el Alavés, puso el barrio de Las Chapas en órbita hace tiempo. Ahora le toca a Luis. Acaba de empezar a andar el camino, pero su proyección y las bendiciones que acumula hacen ser optimista con él. Sigue viviendo donde están sus raíces, aunque con apenas 7 años se marchó al 26 de Febrero para hacer carrera. Duró poco, como infantil ya estaba en el Málaga (su hermano pequeño ha hecho el camino inverso). Y ya puede decir qué se siente sobre el césped de La Rosaleda: "La primera vez que entré a La Rosaleda fue como infantil. Me impresionó la gente, cómo animaba. Siempre pensaba: 'Me gustaría estar ahí ahora'. Y ahora que estoy me siento muy contento. El lunes estaba un poco nervioso, pero en cuanto entras en contacto con el balón y pegas un par de carreras los nervios se te pasan. Me sentí a gusto y la afición se portó muy bien conmigo".

El canterano está dando sus primeros pasos. Y los disfruta como quien nunca imaginó que pudiera haberlo hecho. Porque casi pasa. En edad cadete sufrió una fractura por estrés de la vértebra L2. Con los peores pronósticos posibles. "Me perdí un año entero y medio del siguiente. Estaba todo el día de médicos y muchos me decían que tenía que dejar el fútbol, que esa lesión era muy grave y no sabían si me iba a recuperar o no. Había muchas noches en las que lloraba en la cama porque pensaba que tenía que dejar el fútbol. Pero fui a otros médicos, dieron con lo que era y lo pudimos arreglar. Fue una época muy dura, pero la superé. Mi familia me arropó", puede contar ahora con la tranquilidad de saber que no volverá a pasar. Con las únicas secuelas de tres tipos de plantillas diferentes según el tipo de bota que use y una tabla de ejercicios diarios el resto de su vida para fortalecer la espalda.

Cualquiera le quitaba las ganas de luchar al central, que por entonces seguía teniendo muy fresco en la rutina el Málaga de Champions. "Los recogepelotas de esos partidos salían de mi infantil. ¡Ahí sí que venía al fútbol contento! Era un equipazo con el que disfrutamos mucho", rememora Luis, quien se fijaba especialmente en la gran pareja de centrales que hacían Demichelis y Weligton, ahora sus compañeros: "Yo flipaba con ellos. Ahora estoy muy contento de tenerlos por compañeros. Para alguien tan joven es bueno que venga alguien como Demichelis, un jugador con gran recorrido. Siempre te puede enseñar mucho desde su veteranía La pena es que Weligton no pueda estar por su lesión, pero también es un gran futbolista".

Fuera del Málaga sus referentes son nacionales. "Sergio Ramos y Puyol, en ellos me fijaba". Pero su fútbol recuerda al de Beckenbauer, a quien no le dio tiempo a ver por nacer cuando ya hacía años que el ahora presidente de honor del Bayern Múnich se había retirado. "Me lo dicen por ese gusto por subir al ataque, por mis arrancadas", cuenta el blanquiazul, que en el momento en que agarre confianza se dejara ver con esas salidas hacia el ataque que le hacen tan peculiar: "Alguna bronca me ha caído por subir. Y es que eso depende del momento. Tienes que saber cuándo despejar, cuándo salir así, cuándo tocarla rápido. No puedes hacerlo siempre, pero lo intentaré en algún momento". Su querencia es fruto de haber jugado un par de etapas como canterano en el centro del campo.

Más nombres propios son importantes en su vida. Algunos no hace falta ni preguntárselos, él mismo los pone en la conversación por el agradecimiento que siente. "Tengo que dar las gracias al Gato por la oportunidad que me ha dado y a Arnau y Casanova, que siempre me han tratado muy bien y han sido los que me han ayudado para llegar hasta aquí", asegura Luis. También tiene palabras para Miguel Torres, aunque aclara que se siente "arropado" por todo el vestuario: "Siempre me habla. Que tenga cuidado con las salidas, que vigile mi espalda, me da instrucciones, me dice dónde fallo... A los jóvenes nos cuida mucho".

Estos días quiere añadir su foto en el Bernabéu junto a la que ya tiene en el Camp Nou y La Rosaleda. "Sería un sueño jugar también en el Bernabéu. De pequeño ves a Messi y Cristiano y piensas: 'Me gustaría cubrirlos'. Es la ilusión de cualquier defensa. Si tengo la oportunidad, estaré muy contento", cuenta Luis, que está en los planes del Gato para ser titular mañana. Ello hará que cada vez más lo paren en Nueva Málaga para hacerse una foto. Sería todo un honor para un canterano confeso que en varias etapas de su carrera tuvo la opción de marcharse y no lo hizo. "A uno siempre le gusta jugar en el equipo de su tierra, donde ha nacido, donde está su familia. Porque te gusta estar al lado de los tuyos. Estoy muy orgulloso de eso". De ser un héroe de barrio.

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