Málaga y Betis, un pares o nones

Es un derbi sin ninguna concesión a la alegría, que huele a chamusquina. Como una noche de Halloween atrasada. Ni el Málaga ni el Betis imaginaban jugar un pares o nones con sus urgencias a estas alturas de temporada. Schuster no termina de establecerse en un carril concreto, a Mel el coche le va a tirones. Es tanto el terror que puede generar un partido así que suele finalizar en empate.

En el sótano de la clasificación hace frío. Por eso ambos conjuntos andan jugando atenazados, sin una idea clara, sin continuidad. Ambos aferrados al ligero repunte que tuvieron en la jornada intersemanal. El Málaga se abrazó a las viejas sensaciones, las que dieron sus frutos cuando el técnico jugó con un novedoso sistema con Tissone de bisagra y acumulación de centrocampistas ofensivos por delante. Los verdiblancos valoran la bravura para jugar casi una parte y media en inferioridad contra el Levante dominando y haciéndolo todo bien menos marcar. 0-0 unos, 0-0 otros, no hace falta pedir cita para conocer sus males. Octubre es la radiografía, ya que ambos han sido los peores equipos del mes, con sólo un punto cada uno.

Las diferencias llegan desde el banquillo. Schuster podría culminar el milagro de repetir alineación por primera vez esta temporada. Lo que funciona bien no se toca, lo pone alto y claro en el manual del entrenador. Más aún cuando, en el caso de Schuster, derivó en una sensible mejora el pasado miércoles. Falta encontrar la tecla del gol, eso sí. La de El Hamdaoui volverá a no estar. Algunas molestias en los últimos entrenamientos dieron pábulo al alemán para dejarlo fuera de la convocatoria otra semana más. Santa Cruz, con un pasado verdiblanco feliz en su mayoría y final agridulce por su marcha al Málaga, se queda como bandera. Aunque las esperanzas están puestas en que la fuente de fútbol de Darder continúe fluyendo. Su luz mantendrá la tregua de la afición, que recibirá bien a su equipo y se mantendrá así o no según el resultado.

Dar con la alineación del Betis resulta un ejercicio quinielístico en el que mirar un vistazo al último partido permite inferir alguna rotación. Eso sí, seguirá presente la orfandad de Rubén Castro, al que le queda poco para regresar pero cuya baja ha convertido a los vecinos en un equipo plano.