Con 1-1 en el marcador, Muñiz abrió compuertas y metió en el césped a Dani Pacheco y Seleznov por Adrián y Renato. Eran los primeros minutos como malaguista del delantero ucraniano, que no ha dejado indiferente. Su Instagram es canela. Lo mismo sale boxeando que bañándose en la playa a 11 grados en la mañana del partido. Seguramente poca cosa para un nativo de Makíivka, al Este de Ucrania, junto a Donestsk, donde estar bajo cero es usual.

Nada más salir a calentar se llevó una ovación de La Rosaleda, que tenía ganas de verle. Era un momento de atonía, poco antes del empate conseguido por Adrián, y era algo a lo que agarrarse. Estuvo en 23 minutos en el césped Seleznov, que ofreció un primer trazo de lo que se puede esperar de él. Peleó balones por alto, estuvo bullicioso y, eso sí, protestón.

Se dirigió varias veces al colegiado y también alzó los brazos para reclamar el balón a los compañeros. Cuando Leschuk salió lesionado del partido se convirtió en la principal referencia atacante del equipo. Estuvo merodeando en la jugada de la expulsión, ofreciendo una referencia distinta de la que se aprovechó Pacheco para filtrar el balón a Leschuk. También estaba cerca del área pequeña cuando Harper cabeceó el 2-1 definitivo. Los números dicen que tocó ocho veces el balón y dio bien el 72% de los pases. Y que tuvo cuatro disputas en las que salió perdiendo.

Mientras, su principal valedor para el fichaje, Juan Ramón Muñiz, vio detalles positivos en su puesta en escena. “De Seleznov vi que aporta buenas cosas. Acaba de llegar y tiene que ponerse al día en los físico y lo táctico. Tiene muchas ganas, muchas ganas de ayudar, de aportar su granito de arena. Con una buena preparación física estará listo”, dijo el entrenador asturiano sobre su nuevo pupilo.